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Que sí nos tiemblen las piernas

Consejo de Ministros.

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Nadie está libre de decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis

Montaigne

Da grima meterse en el chapoteo de este debate viciado, arrastrado hasta el fondo más hondo de la demagogia, sin análisis real. Da grima y es estéril. El Estado de Derecho pende del hilo de la propaganda mas aviesa -de aquí y de allá- y nos deberían temblar las piernas antes de dar un paso y caer en ese abismo. 

Ahora que ya no tiene importancia saber o no de qué se habla; ahora que ya no sirve haberse pasado años intentando comprender cómo suceden las cosas en un entorno concreto para poder después discernir qué pasaba en cada caso; ahora que hasta el más ignaro pretende que su opinión vale lo de la de aquel que intelectualmente se ha esforzado; ahora es cuando deberían temblarnos las piernas a todos por el riesgo que corre el mundo que construimos y en el que la mayoría quiere seguir viviendo.

Una ley penal no se hace por plebiscito ni en los platós ni en los mítines ni a grito pelado. Deberían temblarle las piernas, y mucho, al gobernante que sabe que sin Estado de Derecho no hay esperanza y que se adentra en ese bosque oscuro. Una ley penal es un aburrimiento, un tedio, un trabajo de hidra de múltiples cerebros. Una ley penal es lenta, es prolija, se ofrece en estudio a juristas, se debate en seminarios, se escriben hasta libros sobre sus esqueletos. Todo lo demás es hibris y basura democrática. Que siempre nos tiemblen las piernas ante la vuelta al juicio indiscriminado de la plebe enfebrecida porque de eso nos libra la Justicia. El pueblo no hace las leyes a aullidos, las hacen sus representantes siguiendo los marcos y principios del Estado de Derecho. Deberían flaquear las piernas a todo demócrata ante el que se insinúa otra cosa. 

La Ley Montero tiene deficiencias técnicas por las que pasó el Consejo de Ministros y todos los diputados que la votaron, incluidos el presidente del Gobierno y la ministra de Justicia y no les temblaron las piernas. Esa ley no puede destruir el principio de la retroactividad de la ley penal favorable, así que o asumes la rebaja penológica desde el principio o apechugas con que dijiste que no pasaría y pasó. La penología no se discute en las calles ni con eslóganes. Es lícito tener una política criminal que no considere el incremento del castigo lo fundamental pero has de asumirlo y explicarlo. 

El debate del instante es de un nivel que hace temblar las piernas. 

El consentimiento siempre ha estado presente en el Código Penal por la sencilla razón de que el Código Penal solo habla de sexo no consentido o del consentimiento viciado. Todo otro tipo de sexo sucede extramuros del derecho penal. Por eso la reforma que propone el PSOE para mejorar técnicamente la ley, y no para evitar excarcelaciones, no retira el consentimiento de ningún sitio. No digas consentimiento donde quieras decir prueba. Siendo que el CP solo se ocupa de los hechos sexuales producidos sin consentimiento, el problema siempre ha sido la prueba y el hecho de que el principio de presunción de inocencia es inamovible y el derecho de defensa permite cuestionar esa falta de consentimiento. Esto no lo cambia la ley de ningún partido democrático y si alguno pretende cambiar eso que yo he sintetizado, entonces nos deben temblar no solo las piernas sino el cuerpo entero. 

La ley Montero tiene una parte no penal que no está en discusión y, más allá de la propaganda y de los lemas, pretendía también arreglar algunos problemas reales, como el hecho de que las drogas que someten la voluntad impidan consentir y, por tanto, siempre producen sexo no consentido y en el que no es precisa la violencia ni la intimidación para violar. Eso era muy necesario, aunque subsista el problema de probar que se produjo esa intoxicación previa. Si lo que la ley Montero pretendía era evitar la interpretación necesaria de los jueces para aplicar la ley a un caso concreto o bien evitar la prueba o bien cegar la presunción de inocencia, entonces sí nos deberían temblar las piernas. 

Eso no empece que se mejore la gradación de las penas impuestas según la gravedad de los hechos, porque en eso se basa el derecho penal. Que si quieren llamar agresión a todos los supuestos, pues muy bien, pero que no puede tener la misma pena que te droguen y te violen o que te violen y te desgarren y te inflen a palos o que te pongan una navaja en el cuello. El consentimiento se puede cegar usando la violencia, usando la intimidación o usando la anulación de la voluntad. Todo ello es delito, pero todo ello no merece el mismo castigo ni produce los mismos daños en la víctima. Si eso no se entiende, incluso por el más lego en derecho, entonces nos tienen que temblar las piernas porque significaría que la sociedad ha perdido el sentido de la proporcionalidad del castigo. Y ese castigo está además en relación con el que hayas previsto para otras conductas, “sale más barato una agresión sexual que robar” ha dicho Llop y eso no puede ser porque en el reproche penal también hay escalas, como las hay en la propia conciencia social.

El debate técnico es complejo pero solo pueden mantenerlo quienes hablan el mismo lenguaje. Nos deben temblar las piernas cuando vemos cómo se quiere negar el conocimiento y transformarlo en un griterío emocional. Legislar es una tarea muy seria. Las leyes no son catálogos de deseos ni programas electorales, las leyes tienen consecuencias. Incluso como político tienes que pensar que tu propio futuro depende de que éstas no sean contrarias a una parte demasiado amplia de la sociedad a la que sirves, por tu propia supervivencia, como ya les conté.

Por lo demás, no intento convencer a nadie y me retiro de este chapoteo infame que convierte el noble arte de legislar en una batalla campal entre hinchadas. Solo quería animar a todos aquellos que conocen las lindes del abismo para que noten el temblor en las piernas y a los socialistas del Gobierno, a que recuerden que, entre ellos, están muchos de sus votantes, porque no es la única ley con la que han tragado que la realidad les va a devolver en forma de bofetada. Las piernas tienen que temblarte antes del lanzarte al vacío, después todo es más complicado.

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