Agua!!!

El día que gigantescos barcos cargados de agua partan de los puertos de Canadá, y de otros países con miles de lagos, y lleguen a Etiopía, y a otros países sedientos, ese día dejará de haber guerras en la Tierra.

Dejará de haber guerras porque los ocho mil millones de personas que habitan este planeta se habrán hecho humanos.

La inteligencia habrá triunfado y los miles de filósofos, incluidos aquellos considerados como dioses por sus semejantes, podrán sentirse satisfechos.

Tampoco habrá cambiado tanto, simplemente habrán sido sustituidos los miles de surtidores de combustible, que enriquecen a una parte de las personas del planeta, por otros nuevos que cargados de agua transportan vida a todas las personas de la Tierra.

Conseguir la Paz perpetua no es tan difícil, solo son necesarias pequeñas cosas como esta del reparto justo del agua. También es necesario que una inmensa mayoría lo quiera y se organice en su defensa.

Defensa pacífica por supuesto con la palabra como la única arma.