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Rivera descarga en Arrimadas la misión de buscar una mayoría alternativa al independentismo

Inés Arrimadas quiere que haya elecciones anticipadas en Cataluña

Carmen Moraga

Cataluña se ha convertido en uno de los principales retos de Albert Rivera para el nuevo curso político. Los dirigentes de Ciudadanos insisten en todas sus comparecencias en que Inés Arrimadas es la única dirigente política capaz de abanderar una alternativa constitucionalista que plante cara a los partidos independentistas si finalmente Carles Puigdemont se viera obligado a adelantar las elecciones autonómicas en Cataluña.

Los de Rivera están convencido de que al final no habrá referéndum el 1-O por lo que llevan meses reclamando ese adelanto electoral para acabar “con la pesadilla” y el “hartazgo” que a su juicio está creando el proceso secesionista. El discurso de Rivera y de los principales dirigentes naranjas es reiterativo: “Los catalanes tienen que elegir si quieren a Arrimadas de presidenta o quieren a Oriol Junqueras”, el líder de ERC.

Con la convicción de que al final habrá urnas “de verdad”, Rivera ha decidido descargar en la portavoz nacional de su partido la responsabilidad de buscar esa alternativa constitucionalista, una misión muy difícil, por no decir casi imposible en las actuales circunstancias. Sin embargo, la estrategia del partido naranja es mantener ese mensaje dirigido a la ciudadanía contraria a la independencia, un sector que Ciudadanos considera “amplio e importante” y en el que Arrimadas ve su natural caladero electoral.

El llamamiento de Ciudadanos para formar esa deseada alternativa al independentismo va dirigido no solo al PSC y al PP, sino sorprendentemente también a Podemos, pese a saber que la marca catalana de la formación de Pablo Iglesias jamás daría luz verde a un Gobierno encabezado por Arrimadas.

Rivera quiere que antes del 1-O el Congreso celebre un debate parlamentario sobre Cataluña que culmine con una resolución, en el que espera que Ciudadanos, PSOE y PP demuestren su mayoría y su unidad en ese terreno votando conjuntamente a favor de la propuesta. Con ello busca además que Unidos Podemos y PNV expliquen cuál es su postura. Rivera ha asegurado que ambos partidos deben aclarar “si están con la legalidad o con Colau” y Catalunya en Comú, a favor del secesionismo.

En las circunstancias actuales Ciudadanos solo puede aspirar en Cataluña a un hipotético acuerdo con el partido de Miquel Iceta y el de Xavier García Albiol. En la actualidad los socialistas cuentan con 16 diputados  y los conservadores con 11, que junto a los 25 de Ciudadanos suman 52 escaños. La mayoría absoluta parlamentaria está establecida en 68. Las tres formaciones tendrían que cosechar una importante subida electoral para poder conformar una alternativa viable al resto de los partidos. Eso en el caso de que los socialistas se inclinen por apoyar a Arrimadas, que también está por ver.

Con el PP, en cambio, coinciden en muchas cosas, entre ellas en su decisión de no asistir a las votaciones del pleno sobre las leyes con las que el Govern pretende dar legitimidad al  referéndum y a la desconexión

De los 25 escaños que consiguió Ciudadanos el 27-S de 2015, la mayoría, 17, los logró en Barcelona. Alli, Ciudadanos tiene esperanzas de mejorar resultados. En Tarragona sacó 4, mientras en Girona y Lleida obtuvo dos, respectivamente. En estas tres provincias el hecho de mantenerse sería todo un logro.

Por otro lado, la posibilidad de que fructifiquen las conversaciones entre Oriol Junqueras y Pablo Iglesias para configurar un nuevo bloque de izquierdas entre ERC y los comunes parece cobrar fuerza. 

La cena que mantuvieron en Barcelona los líderes de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, y el de Esquerra Republicana, Oriol Junqueras, para analizar esa posibilidad ha levantado las suspicacias del PDeCat. “Huele a tripartito de izquierdas”, dijo la coordinadora general de la antigua Convèrgencia, Marta Pascal.

Pero el escenario en Cataluña es muy incierto. La última encuesta del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) -el CIS catalán- prevé una victoria incontestable del 'sí' a la independencia si se pregunta a los encuestados sobre qué votarán el 1-O, en el caso de que la consulta finalmente se celebre.

Sin embargo, a la cuestión de si quieren una Cataluña independiente, los contrarios a la secesión se imponen a sus partidarios. En concreto, por un 49,4% frente a un 41,1%. Asi las cosas, nadie se atreve a vaticinar qué podría ocurrir si se celebran unos comicios anticipados a finales de otoño.

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