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Los días aciagos de Pedro J. Ramírez

Pedro J. Ramírez en Las Mañanas de Cuatro respondiendo a las críticas de Rajoy por sus informaciones

Gonzalo Cortizo

No hace mucho, nadie en el PP con pretensiones salía de casa sin haber asimilado lo que ese día ofrecía el diario El Mundo. Ahora, las cosas han cambiado y en las últimas semanas se ha desatado, a los ojos de cualquier observador, una guerra sin cuartel entre la cúpula del PP y el director del segundo diario de nuestro país. La guerra ha cobrado visibilidad tras la entrada del presidente de la comunidad de Madrid, Ignacio González, con las maneras poco discretas del PP madrileño, moldeado a la imagen y semejanza de Esperanza Aguirre. Sin embargo, esa pelea que busca la salida de Pedro J de la dirección de El Mundo lleva mucho tiempo fraguándose. Ramírez, consciente de su final de etapa, ha deslizado entre sus colaboradores más cercanos sus proyectos para después del despido.

Rajoy no envió a ningún ministro a la fiesta que Ramírez convocó a principios de noviembre para presentar el llamado “cambio de piel” del diario. Esa misma tarde, La Razón ofrecía otra fiesta, en este caso para celebrar su aniversario. Fue el único castigo público de Rajoy a El Mundo: no aceptar su invitación. Mientras PJ se quedaba solo, a la convocatoria del diario de Planeta respondieron los príncipes, Mariano Rajoy, los expresidentes Aznar y Zapatero y hasta un total de nueve miembros del Gobierno. Además de ellos, asistieron los presidentes de Congreso y Senado, cuatro presidentes autonómicos y otros tantos exministros. Por estar, estaba hasta el director del Centro Nacional de Inteligencia, Felix Sanz Roldán. En la otra punta de Madrid, Pedro J Ramírez, consciente de las calabazas recibidas, dijo durante su discurso: “Los lectores nos quieren más que los políticos, sobre todo cuando éstos tienen mando en plaza”.

Paralelamente al gesto simbólico, se ha estado produciendo una merma considerable en los ingresos percibidos por El Mundo de las campañas institucionales contratadas por administraciones del PP. El diario ABC se está consolidando como opción preferente frente al diario de Pedro J.

Además, el enfrentamiento ha saltado por los aires en la última semana. Tras una información en la que el diario de Ramírez daba nuevos detalles sobre el ático que Ignacio González posee en Marbella, el presidente madrileño pasó a la acción y tiró de teléfono. Aprovechando la presencia de Ramírez en una tertulia de la cadena COPE, González pidió paso en antena. En riguroso directo, el presidente madrileño le dijo al periodista: “Usted solo publica basura”. El director de El Mundo, apenas se pudo defender ante un Ignacio González nervioso y tendente a interrumpir cada intento dialéctico de su contrincante.

No contento con eso el presidente madrileño insistió en la pelea al día siguiente y utilizó cada una de sus comparecencias públicas para cargar contra el todavía director del El Mundo. Esperanza Aguirre le respaldó. Lo más llamativo de la campaña del PP madrileño contra El Mundo fue el elevado tono de la disputa, algo en lo que muchos interpretan que entre Pedro J Ramírez y el PP no hay posibilidad de reconciliación.

Peleado con todos

Ramírez ha conseguido enfrentarse con todas las familias del PP, al límite de perder el equilibrio. Hace casi un año, el 20 de enero de 2013 su periódico publicó que “Bárcenas pagó sobresueldos en negro durante años a parte de la cúpula del PP”. A las semanas de publicarse aquella información todos daban por seguro que la fuente era María Dolores de Cospedal a quien el diario trató de manera exquisita aquellos días. “Fue María Dolores de Cospedal la que dijo 'basta ya' al reparto de sobresueldos en B”, relataba El Mundo en la primera información publicada sobre los papeles de Bárcenas.

No pasó mucho tiempo hasta que esa relación también acabó por romperse y el 14 de agosto la propia Cospedal rubricaba el divorcio ante el juez Ruz afirmando “yo no leo El Mundo”, y evitando con su respuesta dar aclaraciones sobre la nómina de Luis Bárcenas que el rotativo había publicado en portada unos días antes.

No hace tanto que el director de El Mundo gobernaba el PP con mano firme y sus editoriales y apuestas informativas eran tomadas en Génova 13 como argumentario de obligada repetición. Desde sus páginas se dictó la teoría de la conspiración que Acebes y el PP asumieron para recriminar a Zapatero que había llegado al Gobierno sin merecerlo. Pero en todo ese camino, Ramírez dio pasos que ahora no se le perdonan. No lo hace la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que nunca olvidará cómo Ramírez llevó a portada aquella sugerente foto tomada en la habitación de un lujoso hotel madrileño.

Algunas fuentes cercanas a Ramírez señalan que el proceso de negociación para su despido se ha iniciado ya. Según las mismas fuentes, el periodista ha pedido una estratosférica indemnización (cercana a los 80 millones de euros) a cambio de abandonar la dirección de El Mundo, pero hay quien interpreta también que es él mismo quien está detrás de las filtraciones con el objetivo contrario: que nada suceda.

El director de El Mundo registró hace años el dominio “El Universal” para todos los formatos y en la previsión de tener la necesidad de un nombre como cabecera de nuevos proyectos. En los últimos meses se ha acercado a la dirección de El Confidencial con quien habría negociado una posible compra que, según fuentes cercanas al periodista, está bloqueada en estos momentos.

Todos los movimientos parecen alentar la idea de que será el PP de Rajoy quien finalmente acabe con la cabeza visible de un periódico claramente presidencialista y que, hasta la fecha, no ha conocido otro director que Pedro J. Ramírez.

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