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El papel de los Mossos el 1-O arrastra a Trapero de nuevo a la Audiencia Nacional

Josep Lluís Trapero, tras su primera declaración en la Audiencia Nacional.

Marcos Pinheiro

Josep Lluís Trapero, el exmayor de los Mossos d'Esquadra, se sentará este viernes de nuevo ante la jueza Carmen Lamela. Volverá a declarar en la Audiencia Nacional cuatro meses después de que ese tribunal abriese con su comparecencia la causa contra los impulsores de la independencia de Catalunya. Con Trapero empezó un caso de sedición, que ahora se ha extendido a un delito de rebelión tras la celebración del referéndum del 1-O, un acontecimiento que ha arrastrado de nuevo a Trapero ante la juez bajo una nueva acusación de sedición.

El auto de la juez por el que cita a Trapero para este viernes analiza la actuación de los Mossos durante la jornada del referéndum y los días previos. Asegura que la conducta de la policía autonómica bajo las órdenes de Trapero “fue de total inactividad” aunque estuviese enmascarada “bajo los principios de actuación policial de proporcionalidad, congruencia y oportunidad”.

Lamela apunta a un plan premeditado “para obstruir cualquier actuación que bloquease el plan estratégico hacia la independencia”. Apunta directamente a Trapero al afirmar que tuvo como objetivo era “facilitar la celebración del referéndum y con ello la proclamación de una república catalana, independiente de España, siendo consciente que desarrollaba una actuación al margen de las vías legales”. La magistrada insinúa que la conducta del exmayor podría calificarse en el futuro como constitutiva de un posible delito de organización criminal.

Los hechos del 20 y 21 de septiembre, ocurridos en la Consellería de Economía, llevaron a Trapero por primera vez a la Audiencia Nacional en octubre del año pasado. Las protestas que se generaron en las calles durante una operación policial contra los preparativos del 1-O llevaron a la Fiscalía a presentar la primera denuncia de este proceso.

La Fiscalía le acusó desde el principio

Tras su declaración, la jueza le dejó en libertad en contra del criterio de la Fiscalía, que ya anunció que no se quedaba satisfecha con esa decisión. El Ministerio Público deslizó entonces que su intención era ampliar la investigación al papel de Trapero durante el referéndum, algo que han conseguido cuatro meses después. La propia jueza Lamela no descartaba esa posibilidad en el auto por el que le dejaba libre, que apuntaba ya a que sobre el entonces mayor de los Mossos pesaban indicios que le vinculaban con la “estrategia de actuación con finalidad separatista” y más concretamente con el contenido de EnfoCAT, la supuesta hoja de ruta de los independentistas.

En estos meses Trapero ha experimentado la caída definitiva que ya se atisbaba tras su comparecencia en la Audiencia Nacional. A finales de octubre el Gobierno tomaba el control de la Generalitat aplicando el artículo 155 de la Constitución en respuesta a la Declaración Unilateral de Independencia. La primera decisión del Ministerio del Interior fue destituir a Trapero al frente de los Mossos.

Los investigadores siguieron reuniendo indicios contra Trapero y los Mossos, a los que la Guardia Civil acusa de haber entorpecido su trabajo durante la celebración del 1-O. Sostuvieron que había obviado las órdenes del mando único de Interior, Diego Pérez de los Cobos, y que sus agentes habían protegido a altos cargos investigados. Un informe apuntaba también a que había ordenado controlar los movimientos de Guardia Civil y Policía durante el referéndum.

Con la causa contra el antiguo Govern ya abierta por un delito de rebelión, y el Supremo comandando esa investigación, la Fiscalía pidió al alto tribunal que le imputase. Sin embargo, el juez Pablo Llarena se ha negado a incorporarle a la causa porque le considera un actor secundario.

Así lo deslizaba en la última respuesta a un escrito del exconseller de Interior Joaquin Forn, quien también pidió que Trapero fuese investigado en el Supremo para no separar la causa en tribunales distintos. La participación en los hechos de Trapero “sólo ha favorecido, pero no determina la actuación presuntamente ilegal de Forn”, alegó Llarena, que advirtió también que la investigación no iba a extenderse a quienes, en su opinión, no formaron parte del núcleo duro.

El testimonio “demoledor” de De los Cobos

Si Trapero se sienta mañana de nuevo en la Audiencia Nacional, ademas de por el empeño de la Fiscalía y los informes de la Guardia Civil, es por el testimonio que ha prestado Pérez de los Cobos. El encargado de coordinar a Policía, Guardia Civil y Mossos durante el 1-O ha comparecido como testigo en el Supremo y en la Audiencia Nacional para explicar su versión de cómo actuó la policía autonómica. Un abogado resumía la impresión de las partes después de uno de esos interrogatorios: “El testimonio ha sido demoledor para Trapero”.

El coronel de la Guardia Civil detalló las tensas reuniones que mantuvo con los representantes de la Generalitat los días previos al 1-O y concluyo que la actuación de los Mossos durante el referéndum había estado encaminada a garantizar que se produjese. Es evidente, dijo, ques Trapero “intento dar apariencia de cumplimiento del mandato judicial, pero su ejecución evidenció su verdadera voluntad de incumplir las ordenes judiciales”. Además, le situó dentro de una cúpula en la Consellería de Interior, junto con Forn y Pere Soler, cuyas acciones se destinaron a que los Mossos facilitasen el 1-O.

Ante la jueza Lamela, De los Cobos expresó también que Trapero podía haber evitado fácilmente la celebración del referéndum. Le bastaba con haber requisando urnas y elementos informáticos, dijo. Tras su testimonio, la magistrada ha acordado esta nueva citación del exmayor de los Mossos. Trapero, que vio cómo se imprimía su cara en camisetas tras su gestión comunicativa de los atentados de Barcelona y Cambrils, vuelve este viernes al tribunal donde comenzó su caída.

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