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Aznar mete a Venezuela en el nuevo 'eje del mal' en un alegato a favor de la alianza de la UE con EEUU

El expresidente del Gobierno y presidente de la Fundación FAES, José María Aznar.

Aitor Riveiro

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Rusia, China, Irán... y Venezuela. Es el nuevo eje del mal para la derecha internacional, que tiene en José María Aznar su máximo representante en España como presidente de FAES. En la clausura de unas jornadas de la organización que dirige, el expresidente del Gobierno ha arremetido contra la actual dirección estratégica de la UE, contra la “rendición” de EE UU en Afganistán y contra la gestión de la pandemia por parte de las organizaciones supranacionales. Pese a todo, ha dicho, el único camino que tiene Europa es, precisamente, “fortalecer la relación transatlántica” ante el final de lo que ha venido en llamar “orden liberal internacional”.

Aznar ha cerrado este viernes

Aznar ha cerrado este viernes el Campus Faes que, bajo el título “La UE, un actor estratégico en pospandemia”, ha acogido durante una semana diferentes charlas y conferencias. El expresidente ha aprovechado su intervención final para reivindicar de forma general las líneas económicas del autericidio que la derecha ha venido defendiendo en las últimas décadas: “restablecer las reglas económicas, reorganizar el mercado y reequilibrar las cuentas públicas”. Aznar ha avisado de que “la retirada de los estímulos del BCE” está “cerca”, lo que pondrá en riesgo las economías de la UE.

Una UE, ha dicho, “que hoy por hoy no es estratégica” a nivel internacional. “No tiene recursos para serlo, pero tampoco voluntad política. Carece de liderazgo, no hay visión común sobre estrategia de seguridad y defensa, más allá de estrategia de industria militar europea”, ha asegurado.

Por eso, la UE vive relativamente ajena al conflicto por el nuevo orden mundial que, ha dicho Aznar, no es nuevo, pero sí se ha visto acelerado por la pandemia provocada por el coronavirus. El expresidente ha aprovechado para atacar, sin mencionarlas, a la ONU y la OMS, al señalar que “la pandemia demostró que las instituciones multilaterales no han sido capaces de articular una respuesta global a un problema global” ante la “ausencia de liderazgo internacional capaz de concitar los esfuerzos” necesarios.

Ese liderazgo ausente es el de EE UU, que tampoco lo ha ejercido en el campo militar. Aznar ha criticado duramente la retirada de Afganistán, que ha tildado de “rendición”, para decir que parece que el país se ha “levantado de la mesa donde se sustanciaban sus responsabilidades globales”. José María Aznar, eso sí, ha obviado que fue durante la Administración de Donald Trump bajo la que se tomó la decisión de abandonar el país centroasiático, para lo que se abrió una negociación con los talibanes, así como que fue el mismo presidente quien gestionó la pandemia. El expresidente español ha citado de forma general las tres últimas Presidencias de EE UU como responsables compartidos.

En opinión de Aznar, en el mundo están en marcha tres transiciones (tecnológica, climática y geopolítica) que han sido “aceleradas por la pandemia”. La primera de ellas, ha asegurado, se concreta en una “rivalidad entre EE UU y China”. En otro momento, también ha citado “el indigenismo” como un problema para América Latina. En su opinión, “la interdependencia de la globalización se ha convertido en la vulnerabilidad que pueden aprovechar distintos adversarios, como Rusia, Irán, Venezuela y por supuesto China”. Aznar ha advertido de que “la UE puede quedarse como observador de la batalla, que marcará el futuro de Europa y el futuro del orden liberal internacional en el siglo XXI”. En este sentido, ha afirmado: “Tenemos que ser conscientes de dos cosas: el orden liberal está cambiando y está siendo atacado y socavado por enemigos internos y externos”.

Con todo, ha señalado, “las pandemias no producen grandes cambios estratégicos”, sino que son las “luchas y confrontaciones entre potencias y grandes poderes” las que lo hacen. En este sentido, “la retirada [de Afganistán] es uno de los hechos que va a producir sin duda grandes cambios estratégicos”, ha apuntado.

Las conclusiones de Aznar son las consabidas: que hay que reforzar los lazos entre la UE y EE UU, pese a todas las críticas que ha lanzado a ambas organizaciones. El expresidente ha opinado en el debate abierto sobre un hipotético ejército europeo, para decir que “puede ser un plan a largo plazo”, pero que “hoy por hoy la UE” no tiene un papel “estratégico”. “No tiene recursos para serlo, pero tampoco voluntad política. Carece de liderazgo, no hay visión común sobre estrategia de seguridad y defensa, más allá de la de la industria militar europea”, ha añadido.

“Somos aliados naturales, combatimos enemigos comunes, compartimos valores y sistemas”, ha dicho, para concluir que “la autonomía estratégica europea solo tiene sentido si contribuye al fortalecimiento de la relación trasatlántica” que “es la clave para asimilar ese cambio del orden liberal internacional”.

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