Candidato socialista propone renovar la política para modernizar a Brasil

El abanderado presidencial del Partido Socialista Brasileño (PSB), Eduardo Campos, propuso hoy “renovar la política para modernizar el Estado”, pues el país, dijo, “no aguanta más” el modelo que defiende la mandataria Dilma Rousseff, quien aspira a la reelección en octubre próximo.

Campos abrió un ciclo de diálogos de los principales candidatos para las elecciones presidenciales organizado por la Confederación Nacional de la Industria (CNI), que hoy mismo escuchará también a la propia Rousseff y al abanderado socialdemócrata, Aécio Neves.

Según el líder socialista, Brasil debe acabar con el llamado “presidencialismo de coalición”, un modelo implantado en el país hace más de tres décadas y que “distribuye ministerios” entre los partidos políticos a cambio de apoyo a un mandatario.

Campos sostuvo que esa práctica solo ha fomentado la “ineficacia” del Estado, que permanece rehén de intereses políticos particulares y de “viejos caudillos”, entre los que citó a los expresidentes José Sarney (1985-1990) y Fernando Collor de Mello (1990-1992), conservadores que siempre han apoyado al Gobierno de Rousseff.

“La sociedad ya no quiere ser gobernada de arriba hacia abajo”, afirmó Campos, quien sostuvo que el “proceso de transformación” que “urge” en Brasil no puede estar en manos de la “vieja política”.

Campos, quien tiene como candidata a la Vicepresidencia en su fórmula a la ecologista Marina Silva, aseguró que “no son necesarios 39 ministerios”, como los que hay actualmente, para gobernar el país y afirmó que eso ocurre por la necesidad de “distribución política”.

En concreto, propuso reducir el número de ministerios y el gasto, una mayor transparencia en las cuentas públicas y una apuesta firme en la innovación, que debe ser fomentada por el Estado en sociedad con la empresa privada.

Campos reiteró que, al igual que los empresarios, defiende una “política exterior de Estado, no de partidos”, y que el país “no puede permanecer condicionado al Mercosur”, bloque que Brasil forma con Argentina, Uruguay, Paraguay y Venezuela e impide a sus miembros negociar acuerdos comerciales por separado.

“Debemos poder hacer negociaciones en tiempos diferentes”, indicó Campos, quien aclaró que no se trata de “romper” con Mercosur, sino de que Brasil pueda “discutir sus propias relaciones” con Estados Unidos, la Unión Europea o China, entre otros países y bloques.

Campos también respaldó la propuesta de la CNI para una reforma tributaria; afirmó que la enviará al Congreso en su “primera semana” de Gobierno si gana las elecciones y anticipó que incluiría en ella el Impuesto al Valor Agregado (IVA), que consideró un “factor” unificador de tributos.

También propuso una “agenda de la productividad”, que pasa por mayores inversiones en una educación de calidad, por la apuesta en la innovación y la tecnología, y por el desarrollo de infraestructuras, pues la carencia de ellas encarece los productos nacionales.

“La inversión en infraestructura pública y privada no pasa hoy del 2,5 % del Producto Interior Bruto (PIB) y debe subir a entre 3,5 y 5 %”, aseguró Campos, quien sostuvo que el primer paso para esos objetivos pasa por una reforma política que “modernice” al Estado y establezca una nueva relación con la empresa privada.

“Esa es la cuestión central en el Brasil de hoy”, declaró el candidato socialista, a quien las encuestas de opinión atribuyen una intención de voto cercana al 10 %.

Según esos mismos sondeos, Rousseff luce como favorita y ganaría el 5 de octubre próximo con un 40 %, frente al 22 % que obtendría el socialdemócrata Aécio Neves.

Esos resultados llevarían la definición a una segunda vuelta, en la que la actual mandataria sería reelegida con una votación cercana al 40 %, contra el 35 % que lograría Neves.