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Rull acusa al Supremo de actuar al dictado del ministro de Justicia

Forn, Romeva y Rull, junto a Jordi Turull, en su primer citación de la Audiencia Nacional.

Marcos Pinheiro

Josep Rull, exconseller de Territorio de la Generalitat, ha seguido este martes la estrategia inaugurada por Oriol Junqueras y Jordi Sánchez y ha cargado contra el juez del Supremo Pablo Llarena. Durante la declaración indagatoria, le ha acusado de seguir la hoja de ruta del Ministro de Justicia, Rafael Catalá, al que ha criticado por ir vaticinando los pasos que se iban a dar el proceso judicial, que ha definido como “un mero trámite”. El magistrado le ha contestado que sus decisiones se basan en pruebas y sus argumentos están en cada una de sus resoluciones. Raul Romeva también ha criticado la investigación, aunque con palabras más suaves, mientras que Joaquín Forn ha optado por distanciarse de sus excompañeros en el Govern y en un tono más conciliador le ha pedido quedar en libertad para poder defenderse de las acusaciones.

En concreto, Forn -el primero en declarar ante Llarena- ha pedido al magistrado que le imponga “una medida cautelar menos gravosa” que la prisión incondicional, que le permita enfrentarse en mejores condiciones a un caso en el que está procesado por rebelión y malversación de fondos. Durante el interrogatorio, en el que solo ha contestado a su abogado, ha reiterado su apuesta por la no violencia para conseguir la independencia de Catalunya y ha recordado al juez que ya ha acatado el 155, el artículo de la Constitución que le despojó de su cargo y competencias, según fuentes jurídicas.

Además, Forn ha vuelto a insistir en que ha renunciado a la política. De hecho, el antiguo titular de la Consellería de Interior fue uno de los primeros en jugar esta baza para intentar salir de prisión, aunque Llarena la despreció y le ha mantenido en prisión rechazando todos sus recursos. Su tono contrasta con el utilizado este lunes por Oriol Junqueras y Jordi Sánchez, que cargaron contra el juez. El expresidente de la ANC llegó a reprocharle directamente a Llarena que se presentase como víctima del caso que tenía que investigar, y aseguró que estaba actuando con falta de objetividad.

Forn ha estado declarando ante el juez una media hora, en una citación prevista para comunicar a los procesados los hechos concretos que se les imputan a cada uno, y que estos pueden aceptarlos, rechazarlos o matizarlos. Tras él es el turno de Josep Rull, exconseller de Territorio, mientras que el último en declarar frente a Llarena será Raul Romeva, que estuvo al frente de la Consellería de Exteriores.

Rull habla de presiones políticas al Supremo

Rull ha optado por seguir la vía abierta por Junqueras y Sánchez. Ha cargado contra la supuesta hoja de ruta para la independencia, que según él era tan solo un programa electoral y ha criticado que se le procese por acudir a reuniones para preparar la independencia sin concretar cuáles fueron. También ha rechazado la acusación de que impidiese atracar el barco de la Policía, porque dice que “ni pidió en forma atracar ni reunía las condiciones para hacerlo”, además de no informar de cuál era su propósito.

El exconseller de Territorio ha cargado contra el Supremo y el Consejo General del Poder Judicial por ir vaticinando -como ha hecho, dice, Rafael Catalá, ministro de Justicia- lo que iba a ocurrir en la causa, e incluso hayan adelantado el resultado de una posible sentencia. Para Rull, esto solo se explica de dos formas: o que el Supremo actúa por presiones políticas o que quien hace esos vaticinios son “oráculos”. Este es, concluye, un proceso político “simplemente por expresar ideas”, un “mero trámite” porque su conclusión ya está decidida.

Durante su comparecencia, ha celebrado las resoluciones de los tribunales “del norte de Europa”, en referencia a la justicia Alemana, que ha considerado como un “rayo de luz en la tiniebla”. El juez Llarena ha contestado a esas acusaciones diciendo que sus decisiones se basan en pruebas y sus argumentos están en cada una de sus resoluciones. Ha descartado que nadie haya adelantado sus decisiones judiciales: “Nada está escrito ni lo está”.

Además, ha rechazado que el proceso estuviese decidido desde el principio. Llarena ha recordado dentro de la sala que no todos los investigados han sido procesados, y que de esta última lista, a algunos se les ha procesado por rebelión y a otros por delitos distintos. Ese supuesto itinerario avanzado públicamente, ha dicho, no se ha cumplido.

Rull ha usado la misma táctica que Sánchez, y mirando directamente al juez le ha acusado de seguir la hoja de ruta de Catalá en este proceso. Ha afirmado que seguirá siendo independentista para que sus hijos puedan vivir en un país en el que la gente no va a la cárcel por sus ideas. Si no hubiesen ganado las elecciones autonómicas, ha añadido, no estarían hoy procesados por rebelión.

Romeva sigue los pasos de Junqueras

El último en declarar ha sido Raul Romeva, quien se ha manifestado en términos muy similares a los de Junqueras. Ha defendido el programa de ERC y que Catalunya tiene “legitimidad” para ejercer la autodeterminación, un derecho que ahora se pretende “criminalizar”, según detallan fuentes de su defensa. No es legítimo, ha dicho, que se haya llevado al terreno de los tribunales un conflicto político: “Este proceso no es jurídico, sino político”.

Según ha explicado, la acción de su Consellería, la de Exteriores, nunca desplazó las competencias propia del Estado, porque no se mantuvieron relaciones consulares ni se han firmado convenios. Tan solo se representó al Estado con las mismas competencias que tienen otras comunidades autónomas.

Romeva, como el resto, ha defendido la no violencia y dice que quien la ejerció fue la Policía durante el 1-O. Como hizo ayer el exvicepresidente, ha criticado la instrucción de Llarena, para la que dice que no tiene competencia, y ha asegurado que la situación de prisión incondicional en la que se encuentra. Ha añadido que su prisión vulnera los derechos de la infancia, porque sus hijos no pueden ir a verle a la cárcel.

El auto de procesamiento sitúa a Forn en la cúpula que diseñó los pasos para conseguir la independencia, y le otorga un papel especial porque de él dependían los Mossos d'Esquadra. De hecho, forma parte del grupo de investigados ha estado confinado en prisión provisional desde el pasado 3 de noviembre por su responsabilidad en los actos del 20 y 21 de noviembre, y en el referéndum del 1-O, donde el juez defiende que la policía autonómica no hizo nada por impedir la votación.

En cuanto a Romeva, Llarena la acusa de trabajar para crear estructuras de estado para Catalunya, participar en el proyecto que iba a posibilitar la votación por internet de residentes en el extranjero y asumir la atención a los observadores internacionales.

Rull, por su parte, está procesado por participar en múltiples reuniones “definitorias de la estrategia independentista”. Además, sostiene el magistrado que tras el referéndum impidió que un ferry destinado a acoger a policías atracase en el Puerto de Palamós.

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