Guillermo Díaz, el diputado de Ciudadanos que ensalzó los cómics en el Congreso ante las mofas de Casado

Carmen Moraga

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Guillermo Díaz (Melilla, 1978), diputado por Málaga de Ciudadanos, nunca imaginó que su intervención del martes pasado en la Comisión de Cultura del Congreso en una proposición no de ley presentada por el PSOE sobre el “reconocimiento y dignificación del sector del cómic en España”, iba a tener la repercusión que ha tenido. Al menos, en las redes. Sus apasionados comentarios sobre su aprendizaje personal a través los cómics, además de sorprender a sus compañeros, merecieron parabienes en Twitter. Entre otros, del periodista y tertuliano Antonio Maestre, que le tildó de “rara avis en los partidos de la derecha”.

Díaz presume de escribir “personalmente, a mano y con pluma” todos sus discursos. Explica que fue una intervención que se preparó con especial “cariño” durante la madrugada del día anterior y en el viaje en AVE camino a Madrid, como respuesta a los comentarios despectivos que en la última sesión de control había hecho hacia el cómic el líder del PP, Pablo Casado, al acusar a Pedro Sánchez de repartir el bono cultural de 400 euros “para que los jóvenes se lo gastaran videojuegos y tebeos”. Unas críticas que repitió luego en Bruselas.

Las mofas de Casado indignaron al diputado que es un gran coleccionista y furibundo amante del género, y durante cerca de tres minutos rindió su particular homenaje a aquellos autores y personajes de antes y ahora de los que contó que había “aprendido mucho”. “Son artistas y genios creadores que han hecho tanto y tan bueno. No dignificamos al cómic apoyando esto aquí hoy, nos dignificamos a nosotros dignificando al cómic”, se despachó como colofón final.

El diputado desvela que las estanterías de su casa, además de estar inundadas por montones de cómics que reserva para su hijo de tres años, albergan miles de películas y libros de historia, sus otras dos grandes pasiones. De hecho, ha trabajado en el mundo audiovisual. Llevaba la gestión de las salas de exhibición del Festival de Cine de Málaga y colabora con algunos medios de comunicación en programas de divulgación científica e histórica. Además, tiene en su haber tres libros: Hipatía de Alejandría (2009); Las mentiras del cine bélico (2013) y Grandes batallas en la pantalla (2021). Otro de sus secretos es que le encanta el heavy metal, la magia y el mentalismo, que practica en cenas y eventos del partido sorprendiendo a sus compañeros.

Díaz lleva tres legislaturas en el Congreso, pero ha sido en esta última cuando ha empezando a destacar dentro del mermado grupo de Inés Arrimadas, que tras la fuga del sevillano Pablo Cambronero al grupo mixto se ha quedado con tan solo nueve miembros en sus filas. Al ser un grupo tan pequeño, se tienen que repartir el trabajo y el malagueño se ha acostumbrado a multiplicarse y a ir de comisión en comisión después de los plenos, a veces maratonianos, que celebra la Cámara.

Nada más aterrizar en el Congreso, tras las elecciones generales de 2016 —las primeras para el partido dirigido entonces por Albert Rivera—, fue designado portavoz de la Comisión Mixta de RTVE. Se convirtió entonces en uno de los azotes del presidente de la corporación, José Antonio Sánchez, como después lo ha sido de su sucesora, Rosa María Mateo. De esa época tiene buenos recuerdos, especialmente por la estupenda relación que fraguó con la diputada de Podemos, Noelia Vera —recientemente retirada de la vida política—, con la que ideológicamente reconoce estar “en las antípodas”. Los dos defendían a capa y espada la necesidad de un concurso público para el elegir a la cúpula de RTVE, un proceso que al final no se ha llevado a cabo pese a las promesas del Gobierno de Sánchez, algo que indignó a Díaz. “Fue una estafa”, concluye.

Guillermo Diáz es coordinador de Ciudadanos en Málaga; fue durante unos meses secretario de Comunicación de la gestora tras la dimisión de Fernando de Páramo, que dejó sus cargos siguiendo los pasos de Rivera; y ahora forma parte de la Comisión Permanente, el núcleo duro de la dirección de Inés Arrimadas que lo considera un dirigente de su absoluta confianza a pesar de su antigua amistad con Fran Hervías —el exsecretario de Organización huido al PP y artífice de la opa hostil contra Ciudadanos— al que acusaron de haberle colocado 'a dedo' como número dos de la lista por Málaga en aquellas primeras elecciones. Es algo que el diputado desmiente y recuerda que para ocupar los segundos puestos de las listas por entonces ya no era necesario someterse a primarias. Posteriormente, en las siguiente generales de abril de 2019, ganó este proceso interno para encabezar la candidatura nuevamente por esta provincia, donde vive desde niño desde de que su padre, militar, fuera finalmente destinado allí.

En Málaga estudió Derecho, carrera que no ejerce. Y en Málaga comenzó su acercamiento a la política. Siendo aún adolescente se inscribió en las Nuevas Generaciones del PP —“no reniego de ello, como otros”, puntualiza—, donde militó unos años hasta que se animó a afiliarse en 2013 a Ciudadanos después de “escuchar y admirar” a los fundadores del partido y tras conocer en una cena a Albert Rivera, con el que sigue manteniendo “una gran amistad”. De ahí que no quiera criticarlo ni especular sobre el supuesto papel que le atribuyen de estar en la operación de acoso y derribo contra Ciudadanos. “Albert no está en eso, estoy seguro”, insiste a todo aquel que se lo pregunta

Tras las elecciones de noviembre de 2019, Arrimadas, además de mantenerlo en la comision de RTVE y en la de Cultura, le encomendó la de Sanidad, que estrenó “sin saber” la que le iba a “caer encima” ya que desde que estalló la pandemia su labor parlamentaria se ha intensificado. Pero el cargo también le ha servido para tener mayor visibilidad mediática. Con Vox se ha enfretado por su negacionismo y rechazo a las vacunas.

Sin embargo, las intervenciones más vehementes y duras se las reserva para los “nacionalistas y populistas” y para el Gobierno de Pedro Sánchez. Sus ataques más furibundos son para la bancada de ERC, pese a que reconoce que se lleva muy bien con Gabriel Rufián “al margen de la política”. Díaz manda un recado a los que le ven dando el salto al PP o a otro partido si las cosas pintan feas. “De Ciudadanos, a casa”, afirma, porque cree “en el proyecto liberal” que está defendiendo y, además, considera que la política es un lugar “de paso”.