La vieja guardia de IU de Madrid se juega su supervivencia en las primarias abiertas
Las primarias abiertas que celebra IU de Madrid (IUCM) este domingo no servirán solo para designar a sus candidatos a los gobiernos regional y municipal. En ellas se dirime, además, el futuro de una de las federaciones más importantes de la coalición por su relevancia a nivel político, mediático e interno justo cuando un sector de IU federal ha puesto en marcha un intento de relevo generacional tras el paso al lado dado por Cayo Lara.
La trascendencia de la cita se puede resumir en el devenir de las relaciones internas en IUCM: alertados por el mal resultado de las europeas, los grupos tradicionalmente enfrentados sellaron una paz que parecía sólida; hoy, la organización está partida en dos de una forma que se antoja irreconciliable, con peticiones de dimisión y graves acusaciones más o menos veladas incluidas.
La votación del domingo servirá para determinar el tamaño de los dos grupos enfrentados. Por un lado, el que tradicionalmente ha controlado IUCM, liderado por los actuales portavoces municipal y autonómico, Ángel Pérez y Gregorio Gordo, y que ha presentado a José Antonio Moreno y Raquel López. Del otro, la candidatura de los diputados regionales Tania Sánchez y Mauricio Valiente, que enarbola la bandera de un cambio que aglutina a los sectores que piden regenerar una federación que ha perdido peso político en la región desde que en 2003 el 'tamayazo' diera al traste con la opción de un gobierno progresista en la Comunidad de Madrid. Hay una tercera candidatura con escasas opciones de lograr la victoria.
Fin de la paz interna
La tensión se ha mantenido soterrada hasta esta última semana. La aparente paz había permitido aprobar un reglamento consensuado. Las primarias serían abiertas a simpatizantes y, aunque el sistema de inscripción y voto no era tan sencillo como en otros partidos, el número de madrileños que mostraron su intención de participar en el proceso superó las expectativas.
Las tradicionales intrigas partidistas comenzaron a salir a la luz, apuntaladas en una resolución de la Presidencia federal que, en pleno proceso de primarias, ponía en la picota a Ángel Pérez, a Gregorio Gordo e incluso al 'número dos' de Cayo Lara, Miguel Reneses, por su “responsabilidad política” en el papel de IUCM en el consejo de administración de Caja Madrid-Bankia. Pérez y el ahora imputado José Antonio Moral Santín formaron el tándem que controló la federación hasta que Moral, acuciado por las revelaciones que día tras día saltaban a la luz, fue despojado de su ascendencia en la organización.
La petición, respondida en menos de 24 horas, enervó los ánimos del sector afín a los excoordinadores regionales. La dirección federal intentó pacificar la situación y pospuso el asunto a después de las primarias. La medida daba una nueva relevancia al proceso interno: el sector de Pérez y Gordo, así como los cuadros afines a Reneses, interiorizaron que perder las primarias supondría perder de facto el control de IU de Madrid. Y perder también el escudo que les podría proteger de las intenciones de algunos dirigentes federales.
El notable e inesperado éxito en la inscripción de simpatizantes se convirtió así en un peligro. Es una variable que no se puede controlar en una organización acostumbrada a ir a los procesos internos sabiendo de antemano y con sorprendente exactitud el resultado final. Las tres candidaturas habían reconocido que las primarias abiertas estaban permitiendo ampliar la base social de IUCM y explicar mejor un proyecto político común, pero saltaron las alarmas cuando el censo de militantes, algo inferior a las 5.000 personas, era duplicado por el de simpatizantes. La ecuación, en todas las candidaturas, era la misma: la decisión de la militancia de IU, muy proclive a mantener las estructuras, podía decantarse por la opción continuista; los simpatizantes podían ser un voto claro a favor de Tania Sánchez y Mauricio Valiente.
El miedo a Podemos
Arrancaron entonces las denuncias de infiltración por parte de supuestos militantes o personas cercanas a Podemos. Fueron primero veladas, en clave interna, y luego públicas. La secretaria de Área Interna, Pepa Merín, y el de Organización, Carlos Paíno, remitieron una circular a las asambleas en la que advertían de estas incursiones y llamaban a la militancia a denunciar, incluso en el día de la votación y con el censo previsiblemente ya cerrado, a los supuestos simpatizantes de Podemos que estuvieran inscritos para participar en las primarias. En disputa, la interpretación del reglamento acordado, que prohibía a “militantes” de otros partidos participar en el proceso. La circular, que no fue aprobada por ningún órgano de dirección de IUCM, aludía a los “simpatizantes” del partido que lidera Pablo Iglesias.
El censo se convirtió entonces en el centro de las discusiones. Las candidaturas han luchado en la comisión coordinadora de las primarias por validar o impugnar cada inscripción. Finalmente se llegó a un acuerdo con el censo: 13.000 inscritos, de ellos 4.775 militantes y más de 8.000 simpatizantes, con tres centenares largos de impugnados de forma individual y el censo completo de simpatizantes de Torrejón de Ardoz en entredicho.
La mayoría de la dirección, afín a Pérez y Gordo, se sacó un as de la manga que no estaba previsto en el reglamento: unos y otros votarán en urnas separadas. La intención, públicamente declarada, diferenciar qué votan los militantes y qué los simpatizantes, una información que puede ser empleada en clave interna a partir del lunes si el resultado fuera muy ajustado. La medida salió adelante por 10 votos a favor y seis en contra en una Ejecutiva que terminó bien entrada la noche del 26 de noviembre.
Para entonces, sin embargo, el censo había perdido relevancia informativa para el público. Varios medios de comunicación publicaron durante la semana supuestas irregularidades de Tania Sánchez durante su etapa en el Ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid. La localidad madrileña es la joya del municipalismo de IU, donde gobierna desde 1991, y escenario de una cruenta batalla interna apenas unos meses atrás que acabó con la dimisión del alcalde, José Masa, y su predecesor en el cargo y también excoordinador regional de Madrid, Fausto Fernández.
Tania Sánchez intentó salir al paso de las acusaciones y tanto la dirección de IUCM como los demás candidatos defendieron su honorabilidad ante lo que consideraban un ataque de la derecha madrileña. La cohesión duró poco. El rival directo de Sánchez, José Antonio Moreno, apoyó primero a su compañera para, en la mañana del viernes, pedir su dimisión. Moreno se sumaba así a la petición de la corriente SomosIU, en la que se enmarcan Ángel Pérez y Gregorio Gordo, quienes han considerado insuficientes las explicaciones de Tania Sánchez pese a que veían con claridad que había “una campaña mediática del aparato conservador”.
La dirección regional, por su parte, aceptaba tras una comparecencia a petición propia de la diputada sus explicaciones, tal y como informó en una nota de prensa en la que aseguraba: “Entendemos que estamos ante un ataque frontal a IUCM por parte del Partido Popular y del Partido Socialista de Madrid, cuyo objetivo es imposibilitar el cambio político en la Comunidad de Madrid”.
La jornada de reflexión de este sábado llega con el censo abierto, pese a que la impugnación de Torrejón de Ardoz debía haberse resuelto el viernes; sin que las personas inscritas como simpatizantes sepan si su derecho a votar ha sido revocado o no, ya que no se ha informado de ninguna impugnación individual; y con duras acusaciones en las redes sociales en las que participan militantes de base pero también miembros de la dirección regional.
El domingo, más de 13.000 personas están llamadas a votar en 100 mesas distribuidas por toda la región. En juego, además de los futuros candidatos de IU de Madrid, el control de la dirección de IUCM y su papel en el relevo generacional que se ha puesto en marcha a nivel federal y que encabeza Alberto Garzón.