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Entrevista Presidente de Ceuta por el PP

Juan Vivas, tras el portazo de Ferraz a un gobierno PP-PSOE en Ceuta: “Voy a seguir buscando un gran acuerdo”

El presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas.

Gonzalo Testa

Ceuta —

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El presidente de Ceuta desde 2001, Juan Vivas (1953), se ha quedado este jueves (casi) compuesto y sin novio en los primeros pasos de su segunda legislatura gobernando en minoría. Tras ganar como líder del PP sus sextos comicios consecutivos y cuando ultimaba un ejecutivo de coalición con el PSOE, que le había pedido tres consejerías y el timón de varias empresas municipales, Ferraz ha vetado el acuerdo que se fraguaba

“Nos han dicho que no es momento de pactos ni de declaraciones, sino de vacaciones”, justificaron los socialistas ceutíes el portazo desde la dirección nacional a unas negociaciones en las que ellos habían exigido pasar de dar apoyos externos al PP a estar “dentro” del Gobierno local.

Convencido de que jamás volverá a entenderse con Vox, Vivas niega que el resultado de las generales o las presiones que recibió para seguir entendiéndose con los socialistas y no con las formaciones localistas al alza condicionasen su acercamiento a los de Sánchez tras una tensa campaña para consumar una gran entente de cuyos principios no abdica en una “encrucijada histórica” para una ciudad que “no debe tener en Marruecos su única opción de desarrollo”.

El 28M volvió a ganar en minoría, pero mejorando sus resultados de 2019, y el 23J el PP, tras ser tercera fuerza en Ceuta en las dos generales de 2019, recuperó los tres escaños de la ciudad en el Congreso y el Senado. ¿Qué lectura hace del resultado local y nacional de ambas elecciones?

Eso es lo más significativo. Nosotros, fundamentalmente por la fuerte irrupción de Vox, tocamos suelo en Ceuta en noviembre de 2019. Conseguimos unos 7.000 votos y en los últimos comicios hemos rozado los 13.000. Más allá de los números, lo hemos logrado con un discurso que se corresponde con el ADN del PP en cuanto a nuestra visión de esta ciudad: proteger la unidad de los ceutíes en la defensa de nuestra españolidad con independencia de credo, origen o cultura; apreciar nuestra pluralidad cultural, de la que estamos orgullosos; y poner la lealtad institucional por encima de colores políticos para garantizar la igualdad de los ceutíes con el resto de los españoles en el acceso a los servicios públicos, el desarrollo económico y las oportunidades de empleo. Con ese discurso tan alejado de las tesis de Vox hemos dado ese vuelco electoral.

¿Y a nivel nacional?

Yo siempre he defendido, también para Ceuta, que el Gobierno lo debe liderar la lista más votada sin perjuicio de que, cuando no hay hegemonía de ninguna fuerza política, hay que procurar grandes acuerdos sobre los grandes temas. Para mí Feijóo ha salido fortalecido aunque puede que las expectativas estuvieran por encima de los resultados, que a su vez han sido muy superiores a lo que teníamos. Es la primera vez que un presidente del PP gana las primeras elecciones a las que se presenta y no podemos olvidar que accedió a la cabeza del partido cuando estábamos al borde del abismo.

Usted fue uno de los primeros líderes regionales del PP que se apoyaron en Vox para gobernar, un año del que salió erigido como el más reacio de todos su compañeros a acercarse a la extrema derecha. ¿Cree que su partido debería definir más claramente su relación con los de Abascal?

No voy a negar que hubo un apoyo en Vox, pero hay que recordar que tuvo lugar porque se frustró nuestra apuesta por el PSOE. En la campaña de 2019 ya dijimos que no pactaríamos con Vox por los mismos motivos por lo que lo decimos ahora, aunque sus posiciones se fueron extremando con el avance de la legislatura. Empezamos a gobernar con los socialistas, pero nos retiraron su respaldo para los Presupuestos de 2020 cuando ya intuíamos que venían curvas con Marruecos. Tuvimos que tirar de la única opción que nos quedaba aritméticamente hablando a cambio de la vicepresidencia primera de la Asamblea, de que cortásemos relaciones con el PSOE y de que eliminásemos determinadas subvenciones a algunas asociaciones [Enfermos Sin Fronteras y Mujeres Progresistas]…

También dejaron de hablar de violencia de género durante un tiempo.

Yo creo que ahí nunca renunciamos… El caso es que al preparar los Presupuestos de 2021 quisieron trasladar al documento su ideario sobre la convivencia y, para no arruinar a Ceuta, llegamos al convencimiento, en plena pandemia, de que no podíamos seguir. Volvimos a entendernos con el PSOE de una forma más contundente y me distinguí claramente en una postura que mantengo: somos incompatibles con Vox en nuestros principios fundamentales aunque tras las elecciones hayan moderado su discurso.

¿Le ha sorprendido que la extrema derecha local haya salido tan mansa de las urnas tras perder votos?

Más que sorprenderme me parece bien. Uno puede expresar sus ideas respetando al adversario y a la institución. Pero eso no significa que haya coincidencia porque en el fondo parece que no ha habido cambio. Sigo pensando lo mismo.

Insisto, ¿el PP debería ser a nivel nacional más uniforme en su relación con Vox?

El nuestro es un partido en el que la dirección nacional confiere a los ámbitos territoriales autonomía en la toma de decisiones y eso me parece positivo. Respeto que en cada territorio se decida, pero creo que la posición del PP está muy alejada de Vox en términos ideológicos. Nosotros somos conservadores y liberales, pero defendemos la Constitución y todos sus artículos: la patria común e indivisible, la diversidad que nos engrandece y hace más fuertes con sus manifestaciones lingüísticas, la España de las autonomías, nuestra integración en la Unión Europea y que españoles somos todos con independencia del credo, la orientación sexual… Tienen posiciones que, siendo de derechas, no entiendo como negar la lacra de la violencia de género o la existencia del cambio climático. Son cosas cuando menos anacrónicas y, para mí, incompatibles con el PP.

Dentro de esa libertad territorial de la que usted también disfruta en el PP, ¿tiene el beneplácito de Génova para intentar gobernar en coalición con el ‘sanchismo’, como han empezado a negociar?

No he tratado el asunto con la dirección nacional todavía. Cada vez que hemos hablado de la gobernabilidad de Ceuta me han dicho que tienen plena confianza en las decisiones que aquí se adopten. Yo no enfoco ese tema desde la óptica ideológica o partidista, sino desde hechos irrefutables como que no tenemos mayoría absoluta, que enfrentamos riesgos y amenazas sin parangón en el resto de España que exigen una respuesta de Estado enérgica y decidida… Necesitamos un gran acuerdo porque en esta legislatura surgen oportunidades y afrontamos retos de mucha envergadura. Creo que no hay gran diferencia entre mi planteamiento con el PSOE de Ceuta y el del presidente Feijóo con los grandes pactos que ha propuesto a los socialistas sobre asuntos de interés estratégico para España.

¿Le ha decepcionado el veto de Ferraz a ese ejecutivo plural?

Yo voy a seguir buscando un gran acuerdo, el más amplio posible, con independencia de cuál sea la fórmula en la que se materialice.

¿Sabía que el PSOE local no había consultado a su ejecutiva federal?

Lo desconocía, pero yo sé que tendría que hablarlo desde la perspectiva de ese gran acuerdo. Ceuta tiene amenazas, riesgos y condicionantes que la convierten, como dicen algunos, en una cuestión de Estado.

¿En qué punto estaban o están sus negociaciones con los socialistas?

Estamos hablando, pero no solo el PP y el PSOE, también otras formaciones que tenemos unos denominadores comunes básicos para materializar un acuerdo como el MDyC [separado de Sumar tras formar parte de su grupo fundacional]. El objetivo es tener en septiembre u octubre, porque son los cimientos de la legislatura, un documento con justificación, ejes estratégicos y objetivos prioritarios para decir adónde queremos ir, cómo vamos a llegar y por qué necesitamos ese gran acuerdo concretando el papel de quienes lo suscribamos y las responsabilidades a asumir. 

Usted salió de las municipales más proclive a pactar con las formaciones localistas [MDyC y Ceuta Ya!, que tienen su mayor respaldo en la periferia de población más empobrecida y árabo-musulmana]. ¿Por qué cambió al PSOE tras las generales?

No sé si proclive… Yo creo que durante la campaña se dijeron algunas cosas desde la candidatura socialista que no nos sentaron nada bien, pero que no se pueden trasladar con frialdad a la necesidad de dar estabilidad a la institución. Lo que pasa en el campo, se queda en el campo. Hablando con una de esas formaciones localistas [Ceuta Ya!], vimos que se hacía bastante difícil establecer un acuerdo de objetivos y programático sobre temas fundamentales para nuestro porvenir como qué tipo de frontera. Reclama distinguir acción de gobierno de posicionamientos partidistas, pero yo creo que si se suscribe un acuerdo es para que haya coincidencia sobre lo fundamental.

No se veía usted en conflictos internos como los del PSOE y Unidas Podemos en el Gobierno central…

Es una buena comparación. No me veía en eso con temas como la frontera. Yo defiendo una europea y creo que es fundamental que se mantenga la supresión de la excepción que en el Tratado de Schengen permitía no exigir a parte de los marroquíes visado para acceder a Ceuta. No es dogmatismo: queremos un paso ágil y unas buenas relaciones con el país vecino, pero el visado es necesario y lo vemos si analizamos la situación actual de orden con el caos anterior.

¿Hasta qué punto ha pesado en su acercamiento al PSOE la posibilidad de que Sánchez siga en la Moncloa?

En nada. Nuestra posición ante el Gobierno de la nación va a ser la misma continúe o no el PSOE. Yo creo que debería gobernar el PP, que ha ganado las elecciones, y si es así nuestras demandas para potenciar la presencia del Estado en Ceuta, para mejorar nuestro Régimen Económico y Fiscal especial, para que se ejecute la interconexión eléctrica submarina con la península, para actualizar nuestra financiación autonómica, para que se abaraten las comunicaciones con el otro lado del Estrecho, para que Defensa ceda suelo, etcétera, serán idénticas. 

¿Y las presiones de poderes económicos y mediáticos para que se arrimase al PSOE y no a lo que llaman “comunistas” e “islamistas”?

De ninguna manera. Yo atiendo a todo el mundo, cualquiera puede opinar libremente y Ceuta es un pueblo, pero las personas legitimadas para decantarse son quienes forman parte de los órganos de dirección del PP a la hora de tomar las decisiones. No hay ningún criterio determinante y cualificado al margen de ese cauce político.

Dice que Ceuta está en una “encrucijada histórica”. ¿Cuál es el camino por el que querría llevar a la ciudad?

Digo que estamos en una encrucijada histórica porque hablamos de la Estrategia de Seguridad Nacional, del Plan Integral de Desarrollo aprobado por el Consejo de Ministros en octubre, del nuevo Plan General de Ordenación Urbana, del modelo de frontera, del tránsito hacia un nuevo modelo económico, de los fondos europeos… Me veo un poco como llegué por primera vez al Gobierno de la Ciudad [en 2001] tras casi 20 años de inestabilidad.

Tras la ciudad militar y comercial, ¿cuál quiere que sea la enseña de Ceuta en diez o veinte años?

Me gustaría que fuese una ciudad con una presencia muy potente del Estado empezando por Defensa. Primero por nuestros condicionantes estructurales a los que hay que dar respuesta. No quiero una Ceuta que sea administración y nada más, pero sí una presencia potente porque es necesaria, porque transmite confianza y porque favorece el arraigo de la población. También un sector productivo sostenible con actividades de base tecnológica, economía circular y del conocimiento, el Turismo, el Puerto… Quiero una Ceuta de igualdad de oportunidades para todos, sin focos de exclusión ni marginalidad y con una frontera que funcione como una europea. Más España y más Europa.

Con una frontera casi permanentemente colapsada, el tránsito de la OPE en retroceso y las franquicias [Mango, Stradivarius, Desigual...] en desbandada, ¿no teme que la ciudad se convierta en un Peñón de Alhucemas gigante?

Me preocupa el cierre de franquicias, pero por la información que tengo no responde solo a la pérdida de compradores marroquíes. En julio tuvimos más pernoctaciones de turistas del país vecino que antes de la pandemia. Hay otros factores. Marruecos no es la única opción de desarrollo económico de Ceuta y además creo que no lo debe ser. Cualquiera me entiende. Ceuta puede ser un puente digital entre Europa y África, podemos desarrollar un producto turístico genuino… Toda la vida hemos tenido una presencia de la administración con un peso específico por encima de las medias nacionales, pero también puede haber una Ceuta con vida propia y los hechos lo están demostrando porque, con todas las dificultades que hemos superado, hoy tenemos un 10% más de cotizantes a la Seguridad Social que antes del cierre de la frontera.

¿Sabe algo de la aduana comercial prometida por el Gobierno central?

Debería estar ya establecida y regularizada. Comprendo que es difícil y aspiramos a la normalización del tránsito de mercancías con Marruecos por la frontera como hemos conseguido, a la espera de que se formalice la eliminación de la transitoriedad de la norma que exige visado a todos los extracomunitarios, con el de personas.

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