El primogénito del expresident de la Generalitat Jordi Pujol, Jordi Pujol Ferrusola, se ha desmarcado de la venta en 1991 de la empresa Grand Tibidabo y de las supuestas mordidas que se pagaron por esta operativa, y ha atribuido el ingreso de 8,5 millones de pesetas (unos 51.000 euros) en una de sus cuentas en Andorra, que los investigadores vinculan con esta operación, a un producto bancario que él denomina “láminas financieras” y que le reportó beneficios. Informa Europa Press.
Así lo ha manifestado Pujol Ferrusola en la declaración que ha prestado este viernes ante el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata, que investiga el origen de la fortuna de la familia, una investigación en la que está imputada una treintena de personas, entre ellas todos los miembros de la familia Pujol, por delito fiscal, contra la Hacienda Pública, blanqueo de capitales y organización criminal.
Las fuentes consultadas han explicado que Pujol Ferrusola no ha querido contestar a las preguntas del abogado de Grand Tibidabo, que fue quien solicitó su comparecencia, ni a la acusación que ejerce el partido Podemos, mientras que ni Fiscalía ni Abogacía del Estado han planteado ninguna cuestión. Sí ha respondido a su letrado, Cristóbal Martel.