El PP asume a regañadientes la recuperación económica pero trata de desvincularla del Gobierno

Iñigo Aduriz

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Uno de los principales ejes en los que el Partido Popular basa su labor de oposición contra el Gobierno es la política económica. Bajo la premisa recurrente de los sectores conservadores de que la derecha gestiona mejor que la izquierda las finanzas, la dirección de Pablo Casado siempre ha defendido políticas ultraliberales -durante la pandemia ha vuelto a insistir en rebajas fiscales generalizadas que descartan ya la mayoría de organismos internacionales-, frente a una izquierda a la que acusa de crear parados, “freír a impuestos” a los españoles y, en definitiva, de “arruinar” al país.

Su tono apocalíptico durante los últimos meses choca ahora con la realidad de los datos de la recuperación tras la pandemia. El Ministerio de Seguridad Social pronostica un agosto de récord en materia de empleo con un incremento en la afiliación de 80.000 personas “que permitirá recuperar los niveles previos a la pandemia”, según aseguró el ministro José Luis Escrivá el pasado martes, en un tuit. Y todos los organismos internacionales auguran que España será el país de la Unión Europea que más crecerá en los próximos años, con unos incrementos en torno al 6% para este ejercicio y el que viene.

El PP empieza a aceptar a regañadientes que en esa España abocada al desastre que retrataba por culpa de PSOE y Unidas Podemos y que destruía empleo al mayor ritmo de la UE lidera ahora los mismos rankings de recuperación. La tesis de Casado es que el desplome del PIB durante la mayor pandemia en un siglo de una economía condicionada por el turismo fue culpa de Sánchez -en su día el líder del PP llegó a culparlo de “estabular” a los españoles-, y que la recuperación tiene lugar a pesar del Gobierno. “España es un gran país que se va recuperando de la crisis”, reconoció el propio Casado el pasado 29 de julio, en su última comparecencia pública antes de las vacaciones estivales, en la que hizo balance del curso político.

El líder de los populares trata sin embargo de desvincular la reactivación económica de cualquier acción puesta en marcha por el Ejecutivo progresista. Paradójicamente, en esa misma intervención ante los medios de hace menos de un mes en la que reconoció la buena marcha de la economía española, Casado acusó a Sánchez de ser “medalla de oro en la destrucción de la economía nacional”, de querer instaurar “la ruina” en el país, de una “mala gestión de las cuentas públicas” por parte del Ejecutivo durante los últimos años y de plantear políticas “comunistas” y “peronistas” con la llegada de los fondos europeos para hacer frente a las consecuencias de la pandemia que el PP trató de torpedear en Bruselas.

Casado: “España vive una catástrofe social”

Ahora, a través de sus argumentarios internos –las consignas que difunde cada día la dirección popular entre sus dirigentes de todo el país para que las repitan en sus comparecencias públicas– y en las últimas intervenciones públicas de los miembros de la cúpula de Casado –que ha estado tres semanas de vacaciones–, el PP insiste en que Sánchez gestiona esos fondos “de forma oculta, entre bambalinas, sin que los españoles sepan a dónde van”.

“Hay que vertebrar la reconstrucción económica a través de los distintos niveles de la administración, como dice la Unión Europea. Urge una autoridad independiente, que las comunidades autónomas sean actores activos, y no meros gestores, y que los Ayuntamientos perciban parte de los fondos europeos, porque han sido y son fundamentales en la gestión de la crisis”, insiste la dirección de los populares.

Obviando los datos positivos reconocidos públicamente por el propio Casado, la consigna oficial de la dirección del PP es que “el Gobierno se ha convertido en un elemento tóxico y su política económica responde a una ingeniería social”. Esta acusación en materia económica que se lleva produciendo desde la llegada de Sánchez a la Moncloa se suma a las gruesas palabras que suele dedicar el líder de los populares al Ejecutivo, al que acusa de “dictatorial”, de connivencia “con los herederos de ETA” por sus acuerdos con EH Bildu, o de querer acabar con la Constitución, el rey y la propia unidad del Estado por su diálogo con las fuerzas independentistas catalanas y su alianza con Unidas Podemos.

En las últimas semanas, la dirección de Casado ha pedido a todos sus cargos que defiendan que “España vive hoy una auténtica catástrofe social como consecuencia de los casi cinco millones de españoles que quieren y no pueden trabajar”. “Todavía tenemos cerca de 400.000 personas más en desempleo que en el momento anterior a la pandemia, y la juventud, que padece el desempleo más alto de Europa, con cifras que superan el 40%, está instalada en el desánimo y la desesperanza”, sostiene Génova 13.

“Lo volveremos a hacer cuando gobernemos”

Otro de los mensajes en materia económica que lanzan Casado y los miembros de su equipo desde hace meses es que “las colas del hambre se extienden por toda la geografía española”, o que en realidad no existe el llamado escudo social que durante la pandemia ha prohibido los cortes de suministros y los desahucios de las familias vulnerables, y que recientemente fue prolongado por el Gobierno hasta finales de agosto. “Llevan tres años en el Gobierno y prefieren culpar a los demás antes que reconocer su errática política. Ocultan su incompetencia, no asumen sus responsabilidades, ni toman medidas”, insiste la dirección popular, que en las últimas semanas ha cargado contra el Gobierno por los precios de récord alcanzados por la electricidad en España y hasta ha culpado a la izquierda de privatizar Endesa, que pasó a presidir su amigo Manuel Pizarro.

La propuesta que plantea la dirección de Casado es que “hay que dejar hacer, invertir, emplear y, en definitiva, hacer país a los autónomos, pymes y empresarios, que son los que crean riqueza, prosperidad y suben la persiana todos los días” Génova 13 plantea su “plan de competitividad” frente al “desastre” del Gobierno progresista en cinco pilares: bajada de impuestos, flexibilidad laboral, reducción de la burocracia, mejora en la formación y seguridad jurídica. “Es la única manera de salir de la crisis y levantar el país. Lo hemos hecho cuando hemos gobernado y lo volveremos a hacer cuando gobernemos”, sentencian fuentes populares.

“El PP ha demostrado que con impuestos más bajos y menos trabas burocráticas la economía funciona y se crea empleo. Y eso es algo que la izquierda no soporta ni admite. Por eso, el 'sanchismo' se dedica a torpedear a las comunidades autónomas y ayuntamientos que, con la hoja de ruta económica de éxito desarrollada por el PP, lideran el crecimiento y la creación de empleo. Madrid, Andalucía, Galicia: el denominador común es la rebaja de impuestos a las familias, las clases medias y los autónomos y emprendedores”, resumen en el equipo de Casado.

Guerra contra los empresarios

Los populares no reconocen ninguna capacidad de gestión al Ejecutivo de PSOE y Unidas Podemos y por eso su máximo líder declaró la guerra a los empresarios –agudizada cuando desde la CEOE y otros grupos empresariales no vieron con malos ojos los indultos a los presos independentistas– que, en los últimos meses, han logrado distintos acuerdos con el Gobierno progresista en materia laboral o de pensiones. El PP no perdona que la patronal, un sector al que consideraba afín, haya “traicionado” a las derechas pactando con un Gobierno de PSOE y Unidas Podemos.

“Cuando se convoquen las elecciones llegará el cambio político en España y lo arreglaremos”, insiste Casado, cuando se le pregunta por la situación económica. “Estamos preparados para gobernar”, zanja.