Sánchez celebra el récord de vacunación y elude referirse a los conflictos en los tribunales por las restricciones autonómicas
Pedro Sánchez quiere pasar página de la derrota del PSOE el 4M pero también del estado de alarma. El presidente del Gobierno ha dejado claro a su llegada a Oporto, donde participará en una cumbre informal de líderes de la UE, que España está centrada en “lo que es importante”: la salida de la emergencia sanitaria, la recuperación económica y la transformación del país. Sin embargo, ha eludido referirse al conflicto en los tribunales que se está produciendo ya ante las restricciones que plantean las comunidades autónomas para poner en marcha una vez que el 9 de mayo decaiga el estado de alarma. Sánchez ha evitado responder a las preguntas de los periodistas en las declaraciones que ha hecho a su llegada a la ciudad portuguesa.
El Gobierno considera que ha dado el paraguas necesario a las comunidades autónomas para que pongan en marcha restricciones, como cierres perimetrales, limitación de las reuniones sociales o incluso toques de queda, a través de la legislación ordinaria siempre y cuando las ratifiquen los tribunales superiores de justicia, al aprobar un decreto ley en el que les daba la oportunidad de recurrir en casación al Supremo en caso de que los tribunales inferiores rechazaran las medidas, como sucedió en otoño. Sin embargo, la mayoría de comunidades ha cuestionado esa herramienta por ser insuficiente. Incluso el alto tribunal -con cuyo presidente, Carlos Lesmes, habló la vicepresidenta Carmen Calvo antes de aprobar la normativa- ha puesto en duda su eficacia. En un informe, el Supremo considera que puede plantear un “problema de constitucionalidad” que puede suponer al situar a los tribunales “como una suerte de copartícipes ejecutivos en el proceso de adopción de medidas administrativas”.
Por el momento los tribunales han secundado las medidas propuestas por los gobiernos autonómicos como el de Baleares -que inicialmente temía que no fuera así- o el de la Comunidad Valenciana. Pero ha fallado en contra en Euskadi, tumbando el cierre perimetral y el toque de queda. Se trata del mismo juez que frenó las restricciones en octubre y que movió al Ejecutivo a decretar un estado de alarma por seis meses que amparara las limitaciones que pudieran necesitar las comunidades. El Gobierno vasco no pretende agotar la vía del Supremo que le ha dado el Gobierno.
Sánchez ha descartado en esta ocasión prolongar el estado de alarma en la recta final de la pandemia. En la decisión pesa la necesidad de salir de la excepcionalidad de cara a la reactivación económica, pero también la complicación para sacar adelante la prórroga en el Congreso. Desde el Gobierno se han quejado en numerosas ocasiones de que los que ahora piden el estado de alarma -en referencia al PP, por ejemplo- son los que lo demonizaron en los peores momentos de la pandemia.
“El conjunto de la UE y en particular la sociedad española tiene puesta la mirada en la salida de la emergencia sanitaria y la recuperación económica”, ha sido el mensaje que ha querido lanzar Sánchez en su declaración sin preguntas en la que también ha asegurado que “el ritmo de vacunación va como un tiro”, usando la misma expresión que la ministra de Sanidad, Carolina Darias. “Ayer vimos cómo se mejoraba el récord de vacunación con más de 530.000 vacunas administradas -ha celebrado-. Vamos a llegar a ese objetivo del 70% de la población vacunada antes de que termine el verano”.
Sánchez ha asegurado que España está en “lo que es importante” y se ha referido a que los españoles “no solo tienen ganas de recuperar la economía y el empleo sino también hacer un país más digital, más verde, más igualitario y más cohesionado desde el punto de vista territorial”.
El presidente ha dado, además, la bienvenida a la propuesta de Joe Biden de liberalizar las patentes de las vacunas para que lleguen a los países más desfavorecidos, pero ha asegurado que es “insuficiente” y que hay que ser “más ambiciosos” acelerando “el proceso de transmisión de tecnología y conocimiento al conjunto de países” y reforzando “la capacidad de fabricación” y acelerando “la distribución”.
El Gobierno español ha elaborado una propuesta que presentará a sus colegas europeos, aunque algunos como Alemania han mostrado ya reticencias a la propuesta de EEUU.
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