Sumar trata de navegar la crisis más complicada de la legislatura en una disyuntiva de difícil solución. Los escándalos que salpican al PSOE les obligan a presionar como nunca antes a su socio para que se mueva y tome medidas, pero chocan al mismo tiempo contra su voluntad de mantener el Gobierno. La coalición de Yolanda Díaz no romperá de momento con el objetivo de que los socialistas acepten alguna de sus propuestas y den un gesto claro al electorado progresista que sirva para salir de esta coyuntura.
Los partidos de Sumar que forman parte del Ejecutivo exhibieron este martes una foto de unidad para reclamar a los socialistas una reunión de urgencia. No es la primera vez que esto ocurre. Ambas fuerzas ya se reunieron a mediados de 2024, casi de forma protocolaria, para activar algunas medidas del pacto de coalición. Y lo volvieron a hacer hace unos meses, tras el estallido del caso Santos Cerdán.
El PSOE aceptó la reunión tras la petición de los partidos y estima que se celebrará esta misma semana. “Hay proyecto. Hay ganas de acuerdos para este país”, trasladaron fuentes socialistas sobre el encuentro al que acudiría la secretaria de Organización, Rebeca Torró, y miembros de su equipo. En otras ocasiones también han estado presentes los ministros de Presidencia, Félix Bolaños, y de Hacienda, María Jesús Montero. Por parte de Sumar, tratarán de que haya como la última vez representación de todas las fuerzas de la coalición.
La petición por parte de Sumar responde a una estrategia de presión que ejercen desde el viernes contra su socio después de la multiplicación de denuncias contra dirigentes socialistas por acoso sexual a raíz del caso de Francisco Salazar. A todo ello se han sumado las últimas novedades judiciales que la semana pasada derivaron en la entrada de la Guardia Civil en algunos ministerios y en la detención del expresidente de la SEPI Vicente Fernández, junto a la exmilitante del partido Leire Díez.
La semana pasada la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, exigió una remodelación “radical” del gabinete de ministros. “Así no podemos seguir”, dijo. Aunque el propio Pedro Sánchez ha descartado de plano esa opción, en Sumar esperan que la situación cambie en las próximas semanas. Algunos dirigentes daban por descontado que los socialistas no se moverían inmediatamente.
En paralelo, el líder de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, ya pidió este lunes una reunión de la coalición para evitar que los movimientos de la coalición queden sin respuesta por parte de su socio. Esa petición es la que formalizaron este martes los cuatro partidos con presencia en el Gobierno: Movimiento Sumar, la formación de Díaz, IU, Más Madrid y Catalunya en Comú.
En verano, en pleno estallido del caso Cerdán, ya ocurrió una situación similar en la que Sumar mostró su disconformidad con la respuesta que el PSOE les dio incluso en la reunión que celebraron entonces. El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, acompañado de representantes del resto de partidos, exhibió su malestar en unas declaraciones en el patio del Congreso. “El PSOE no es consciente de la gravedad del caso ni de la urgencia de tomar medidas”, dijo entonces.
Pero unos días más tarde, Sánchez compareció en el Congreso para dar explicaciones sobre el caso y anunció un paquete de medidas que incluía varias de las peticiones que le había trasladado Sumar sobre regeneración democrática. Y tras aquella comparecencia, la coalición mostró su satisfacción por una respuesta que, entonces sí, le parecía adecuada y dimensionada con lo que estaba ocurriendo.
El problema es que las exigencias de Sumar ahora son más fuertes que entonces. “No estamos en julio”, dijo Díaz el viernes en La Sexta. Y, pese a todo, lo que trasciende tanto en público como en privado por parte de los dirigentes de la coalición es que su intención es mantener su presencia en el Ejecutivo. “No haremos nada que sirva para facilitar la llegada de la derecha al Gobierno”, traslada una importante cara visible de Sumar.
“Nosotros no queremos salir del Gobierno, queremos salvar al Gobierno”, certifica otra fuente que cree, eso sí, que para que esta voluntad se mantenga en el futuro el PSOE tiene que dar pasos determinados. Si se quedan en el “inmovilismo” o si aparecen elementos sólidos que apunten a que el PSOE se financió de forma irregular las cosas podrían cambiar radicalmente, tal y como señaló hace unos días el diputado de los Comuns Gerardo Pisarello. Algunas fuentes se muestran incluso más contundentes si el escenario empeora: “No vamos a sostener a un gobierno de corruptos y puteros”.
Semanas decisivas
Por eso son determinantes para Sumar los pasos que tomen los socialistas en las próximas semanas. “Estoy seguro de que vamos a alcanzar una síntesis que permita dar una salida, es obvio que algo hay que hacer. Lo que no es opción es no moverse”, dijo este martes en la rueda de prensa Enrique Santiago, el portavoz de IU en el Congreso. “Tenemos el compromiso porque en España sigue habiendo un gobierno ejemplar”, defendió. “Hace falta trabajar en medidas concretas y revisar lo que se está haciendo. ”Mientras el PSOE no hace nada, nosotros tenemos la obligación moral y política de apretar en esa dirección junto con el bloque de investidura, con todos los que tenemos un interés en que el Gobierno de coalición se sostenga“, trasladan otras fuentes de la coalición.
Parte de las dudas sobre la estrategia a seguir tienen que ver con el desgaste que puede llegar a suponer para Sumar sostener a un PSOE que termine alargando una situación insostenible para el electorado progresista. “No vamos a cargar con una crisis del PSOE”, sostienen en la coalición, conscientes de que aunque toda esta situación la ha generado únicamente su socio está afectando ya al conjunto del Ejecutivo.
La disyuntiva en la que está Sumar la sufren también aunque de manera menos intensa los partidos que dan apoyo al Gobierno. “Estamos por primera vez ante un chantaje o un dilema que tiene mala solución porque muchos no queremos que Abascal sea vicepresidente, pero tampoco queremos seguir pasando vergüenza cada día”, dijo el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, este mismo lunes.
Los partidos de Sumar optan de momento, dentro de esta disyuntiva, por mantener su apoyo a Sánchez. “Nos debemos a una mayoría social que hizo posible un Gobierno de coalición progresista para mejorar la vida de la gente y para frenar cualquier retroceso democrático”, reza el comunicado que lanzaron este martes tras la rueda de prensa. “Reafirmamos nuestro compromiso con impulsar y acelerar la agenda social y democrática del Gobierno”, añade la nota.
Para la coalición es muy importante que el PSOE, además de aceptar una remodelación del gabinete que dé “impulso al Gobierno”, acepte también la agenda de medidas sociales que le han puesto encima de la mesa. No son políticas que hayan propuesto a raíz de esta crisis, sino una demanda que viene de atrás. La prioridad ahora mismo para Sumar está en la prórroga automática de cientos de miles de contratos de alquiler de viviendas que vencen en los próximos meses y que se firmaron en la pandemia, en un contexto de bajadas de precios.
Sumar quiere que esta medida, que va dentro de un paquete más amplio, se apruebe en forma de decreto para evitar subidas disparadas en los próximos meses que pueden incluso expulsar a miles de familias de sus casas. El problema es que por ahora los socialistas se muestran muy reacios a aceptar algo así. Y aunque aceptaran, la medida tiene difícil recorrido para salir adelante en el Congreso en un momento en el que Junts ha anunciado su rechazo a cualquier medida que provenga del Gobierno.