Sumar espera una respuesta contundente del PSOE a pesar de su rechazo a una crisis de Gobierno: “Les toca moverse”

Sumar cree que la crisis que afronta el Partido Socialista pero que golpea también al Gobierno no es como las demás. El diagnóstico que nace de los partidos de la coalición plurinacional es que la situación es incluso más delicada que hace seis meses, cuando estalló el caso de Santos Cerdán. La mala gestión de las denuncias contra Francisco Salazar por supuesto acoso sexual, entienden, es todavía más corrosiva para el electorado que los casos de corrupción que se han ido destapando. Por ello, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, pidió este viernes por primera vez a Pedro Sánchez una reforma “radical” del gabinete.

Los partidos del socio minoritario del Gobierno se reunieron este viernes de urgencia para valorar la coyuntura de la legislatura después de una semana especialmente dura para los socialistas, que han visto cómo el caso Salazar les estallaba en las manos al tiempo que se multiplican los frentes judiciales tras la detención de la exmilitante Leire Díez y el expresidente de la SEPI Vicente Fernández, que pasará a disposición judicial este sábado.

La conclusión de esa reunión fue la de reclamar a Sánchez una remodelación del Gobierno. “Un nuevo ejecutivo que aborde el impulso de medidas sociales de la legislatura ya”, trasladaron fuentes de la coalición que forman Movimiento Sumar, el partido de la vicepresidenta, Izquierda Unida, Más Madrid y Catalunya en Comú. La petición la esbozó la propia Díaz en una entrevista en La Sexta en la que calificó la situación de “insostenible”. “Así no puede aguantar. Se acabaron las reflexiones, los cambios y reformas cosméticas. Hay punto y aparte y toca actuar”, dijo Díaz en la entrevista.

La reforma del Gobierno que propone Sumar no se limita a cambiar los nombres de algunos ministros y ministras de la parte socialista, sino que pasa por una propuesta programática para dar respuesta a los múltiples casos de violencia sexual y machismo que afectan a los socialistas, pero que salpican también al Gobierno. 

Pocos minutos después de la petición pública de una remodelación “radical” del gabinete, en Moncloa descartaban un escenario de esas características. “No nos lo planteamos”, señalaron sin ocultar su sorpresa por el movimiento de la vicepresidenta segunda. Los socialistas defienden que no hay en estos momentos nadie dentro del Gobierno involucrado en casos de corrupción. 

En la coalición relativizan esa negativa y creen que el PSOE tendrá que actuar tarde o temprano. Aunque reconocen que la remodelación del gabinete es una competencia exclusiva del presidente, esperan que en los próximos días haya pasos contundentes en la línea de lo que le exigieron tanto la vicepresidenta como el conjunto de partidos de la coalición este viernes. 

En Sumar no quieren pedir cabezas concretas ni van a señalar a ministros o ministras directamente. Pero creen que la remodelación es una de las pocas “salidas políticas” que el Gobierno tiene en sus manos ante la crisis por un asunto tan sensible para el feminismo. El problema, defienden en la coalición, es que ya no vale una salida como la de julio, cuando el presidente compareció ante el Congreso y expuso una serie de medidas que en mayor o menor grado contentaron a sus socios parlamentarios y sobre todo a la coalición de Yolanda Díaz. 

“Les toca moverse”, resumen los partidos de la alianza, más preocupados que nunca por la estabilidad de un gobierno que, sostienen, tiene una gran agenda de reformas por delante. “La situación es la más difícil de la legislatura”, resume un miembro del espacio político que cree que a diferencia de otras crisis esta ataca “el centro de contradicción: viene de dentro del PSOE”. “Y no hay mayor corrosión de un edificio que el de sus vigas maestras”, resume. 

La crisis actual no tiene por qué acabar con un adelanto electoral, razonan fuentes de esa coalición que ven al presidente determinado a terminar la legislatura. El riesgo está en la desafección que puede generar una situación como esta si no se resuelve de la manera adecuada.

Una de las vías para salir del paso, entienden, es esa remodelación del Consejo de Ministros, pero Sumar cree que hay medidas sociales que no admiten mayor demora, entre ellas, el decreto que propusieron a los socialistas para prolongar los más de 300.000 contratos que, según sus cálculos, se firmaron durante la pandemia en un contexto de bajadas de precios y vencen ahora. Su renovación puede conllevar incrementos durísimos que incluso obliguen a muchas familias a buscar otra vivienda. 

“Auditoría inmediata, reformulación completa del Gobierno y dar esperanza a la gente, porque estamos haciendo cosas muy positivas: hemos revalorizado las pensiones, hemos subido el salario mínimo, estamos mejorando la vida de la gente y ahora toca cambiarlo todo de manera radical”, dijo este viernes la vicepresidenta. 

Precisamente, esta semana Sumar ha cosechado importantes victorias en el Congreso de los Diputados. El martes, Trabajo consiguió que su nueva ley de Economía Social saliese aprobada en dirección al Senado; y el jueves, el Ministerio de Derechos Sociales, que lidera Pablo Bustinduy, vio su primera ley aprobada de forma definitiva, la ley de atención a la clientela. Además, otro de sus principales proyectos, la reforma del sistema de dependencia y discapacidad, superó el primer trámite parlamentario, ambas normas con un consenso prácticamente inédito en esta legislatura. 

“Necesitamos un nuevo ejecutivo que aborde el impulso de medidas sociales de la legislatura ya. La gente en la calle lo necesita y quieren ver que este gobierno de coalición progresista merece la pena”, trasladaron fuentes de Sumar este viernes tras la reunión. Se deben dar respuestas contundentes, claras y certeras, y hacerlo ya“, escribió en sus redes el coordinador general de Izquierda Unida, Antonio Maíllo. 

“La ciudadanía merece respeto. Tiene que dar explicaciones y tomar decisiones en este momento. Esto de resignarse, no hacer nada y permanecer, no. Gobernar no es resistir. Este punto es de inflexión, no hay marcha atrás, toca reaccionar, actuar, defender nuestro país”, reivindicó Díaz. 

Sumar trata así de resolver una crisis que afecta de lleno al PSOE, pero que les salpica directamente como socios de Gobierno. La salida del Ejecutivo no pasa de momento por las cabezas de sus dirigentes, pero temen que el electorado perciba un seguidismo a los socialistas sin exigencias claras. Por eso esperarán ahora a los próximos pasos de Sánchez antes de evaluar nuevos escenarios. “Si su alternativa es quedarnos como estamos, el temporal no va a pasar”, razonan.