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Panadera, jefa de obra, chulapa o futbolista: los mil y un 'disfraces' de Ayuso para sus ruedas de prensa
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha presentado este lunes el Plan de Inclemencias Invernales de Emergencias de cara a la temporada de invierno y las previsibles nevadas en la Sierra de Guadarrama. Una vez más, lo ha hecho ataviada con un chubasquero reflectante, en el que no faltaba el logo regional. Unos 'disfraces' que la líder autonómica conservadora no pierde la oportunidad de utilizar cada vez que puede.
Y es que no hay nada como un responsable político con casco y chaleco reflectante para poder decir aquello de “disculpen, estamos trabajando”. Para ello, no sabemos si por decisión propia, por indicación de su famoso jefe de gabinete Miguel Ángel Rodríguez o por imitación de la 'lideresa' madrileña Esperanza Aguirre, hay que aprovechar las oportunidades que ofrece el cargo.
¿Hay una obra de un colector de aguas? Casco y chaleco. ¿Se construye un centro de salud en algún municipio de la región? Casco y chaleco. ¿Se presenta un plan de inclemencias invernales y hace buen tiempo? Casco, chaleco y llegada triunfal en helicóptero. Y si el tiempo no lo permite: chubasquero. Lo importante es que sea reflectante.
Pero no todo iba a ser usar chalecos reflectantes. Como representante de todos los madrileños es importante intentar representar a la mayoría de profesiones posibles. Y para ello hay, de nuevo, que aprovechar los regalos que te ofrece el alto cargo político. Por ejemplo, si visitas un centro de formación profesional, para qué hacerlo con ropa de calle. Siempre puedes vestirte con un traje de cocinera y ser una más entre los estudiantes.
No faltan tampoco las oportunidades de visitar hospitales, centros de salud, centros sanitarios especializados o el Zendal (sea lo que sea esa nave industrial). El ámbito sanitario es perfecto para el mundo del disfraz político porque siempre se puede encontrar alguna oportunidad para ponerse una bata blanca, ropa esterilizada o incluso algo sobre la cabeza.
En estos casos, siempre es mejor que sean visitas a lugares en los que no estés obligada a llevar mascarilla. O, en su defecto, no tener barba y que se te pueda ver bien la cara.
Por desgracia para nuestros políticos, no siempre es posible el disfraz o no hay nada a mano que favorezca. En ese caso, lo importante es ponerse al volante, a veces literalmente, y ofrecer a los fotógrafos oficiales o a los fotoperiodistas algunas instantáneas para el recuerdo.
Es cierto que los vehículos agrícolas, especialmente los tractores, están bastante vistos, por lo que encontrar vehículos menos habituales siempre incrementa la épica de las fotografías. Ya se trate de una locomotora, un metro o un coche de rallies.
Pero mención aparte merecen los eventos deportivos. Aunque una alta autoridad suele acudir a los palcos, no es menos cierto que se deben aprovechar los éxitos del deporte para introducirse en el disfraz político, aunque solo sea de cintura para arriba.
En estos casos no importa el motivo: sirven ascensos de división, títulos nacionales o internacionales, o incluso en carreras multitudinarias, donde hasta se puede participar si la juventud lo permite.
Tampoco hay que dejar de lado los deportes minoritarios. No vaya a ser.
Eso sí, nunca hay que olvidar quién te ha puesto en el cargo, así que es muy, pero que muy importante tener en cuenta para quién trabajas y aprovechar las fiestas regionales para calzarte el traje regional y llevarlo con orgullo. Y si no te gusta del todo, siempre puedes optar por usar el masculino, que queda más moderno.
Mención aparte, como decíamos anteriormente, tiene la verdadera pionera del disfraz. La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, no solo se calzaba el casco y el chaleco reflectante. También echaba algún palazo e incluso bailaba chotis. Porque siempre vale la pena disfrazarse, pero vale aún más una imagen del político arrimando el hombro y cogiendo la pala, aunque sea solo simbólicamente.