Andrés Ceballos, Dvicio: “Mucha gente nos dice que le pone 'Paraíso' a sus suegros”
Nunca pensó que aquella experiencia tan divertida como “traumática” con una novia de la adolescencia se acabaría convirtiendo en la canción de su vida. La que le lanzó al éxito y supuso un antes y después para la banda que había formado con sus amigos de siempre en Rivas-Vaciamadrid. Allí estaban, en México, con los ojos como platos a las cuatro de la mañana, esperando para escucharla por primera vez en Cadena Dial. “Nos quedamos despiertos toda la noche, fue un día muy especial”, recuerda Andrés Ceballos con una sonrisa que no se desvanece en todo lo que dura la entrevista. Con casi cuarenta y cinco millones de reproducciones en Youtube, Paraíso se convirtió en un hit, sonó en todas las radios e incluso fue la banda sonora de un anuncio de Mcdonald's con los cinco miembros del grupo como protagonistas.
Desde que ha llegado, Andrés no ha parado de tararear, chasquear los dedos y cantar cualquier melodía que se le pasa por la cabeza. Irradia felicidad. La misma que debió transmitir el día de 2012 en el que entró por la puerta del estudio en el que grababan covers y les tocó, entusiasmado, Paraíso. Lo había compuesto en el metro cuando iba a la universidad. Solo tenía dieciocho años. “No recuerdo con otras composiciones una reacción tan buena como aquella”, reconoce mientras gira la mirada hacia sus compañeros Nacho y Missis, buscando su aprobación. “Generalmente, tienes que escuchar una canción por lo menos tres veces para que te guste, pero esta era tan alegre que nos encantó desde el principio”, termina Nacho Gotor, apoyado en su guitarra.
El tema surgió a raíz de una vivencia que tuvo el vocalista con el padre de una chica con la que estaba saliendo cuando tenía dieciséis años y les pilló estando en su casa. Tu padre no me quiere ni un minuto al mes, tu madre te prohíbe la palabra Andrés, empieza la canción. No le quiso, no. “Se fue a trabajar por la mañana, nos metimos en su habitación y pusimos música. Estábamos en pleno momento romántico, pero no oímos que había vuelto a por el bocadillo y abrió la puerta. No me dio tiempo a esconderme, ni a meterme debajo de la cama, ni a salir por la ventana. Se me quedó grabado en la cabeza”, recuerda con una carcajada aquel embarazoso momento. “Estos últimos años, mucha gente nos ha dicho que le ponen la canción a sus suegros. Conectó de una manera muy graciosa, aunque ahora nos vemos con tanta laca en el pelo en el videoclip y alucinamos”.
'You copied us, motherfuckers!'
Pocos meses después de sacar el disco, el grupo canadiense Magic! publicó Rude, una canción muy parecida a la suya que también hablaba de la tensión y los conflictos con los suegros, pero Paraíso ya era un éxito en España y Latinoamérica. “Me atrevería a decir que nos copiaron. De hecho, les conocimos una vez en Puerto Rico. Cenamos con ellos y les dijimos: 'You copied us, motherfuckers!'”, recuerda con sorna Andrés. Con un ritmo reggae imposible de sacar de la cabeza y unos estándares que —aunque él no lo sabía en aquel momento— encajan a la perfección dentro de las características que debe tener cualquier canción comercial, Paraíso no necesita ni sintetizadores ni percusión. “Es una canción sencilla, que funciona solamente con una guitarra, nada más”, explica Missis al tiempo que se lanza a tocar los acordes del estribillo.
Mi paraíso es tu paraíso, es el paraíso… Para Andrés, el paraíso al que tanto canta en su primogénita nunca fue una playa desierta escondida del Caribe, ni siquiera tener éxito, algo que ha sabido colocar en su sitio durante la pandemia: “Para mí, sería viajar en tren e ir tocando con Dvicio en cada ciudad, sin bajarnos”. De forma que en cada parada el público, al que estos días echan tanto en falta, les esté esperando. Publicaron su último disco, Impulso, una semana después de que se decretase el estado de alarma y desde entonces solo han dado tres conciertos. “Vemos que lo presencial se va retomando poco a poco y eso nos da motivos suficientes para saltar de la cama y ser optimistas”.
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