¿Feria larga o corta? Sevilla enciende los farolillos en plena 'campaña electoral' del referéndum sobre el futuro de la fiesta

Las casetas ultiman los preparativos de la Feria de Abril 2024

Antonio Morente

Sevilla —

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Este año hay elecciones europeas, pero antes en Sevilla toca ir a votar por una cuestión que esta semana va a generar debates más encendidos que los que protagonicen los aspirantes a Bruselas. La capital hispalense arranca la medianoche de este sábado su Feria de Abril y lo hace en plena campaña electoral. Si el año pasado los días de farolillos fueron en la antesala de las municipales –y ahí los políticos asumieron con dignidad que no tenían nada que rascar–, ahora va a ser difícil escaparse del ambiente preelectoral porque del 23 al 25 de abril se votará sobre el futuro de la fiesta en sí: ¿se mantiene el modelo actual o se vuelve al anterior con un día menos?

Y esa va a ser la gran cuestión este año: ¿tú eres de Feria larga o corta? Si en otros comicios el personal (salvo militantes y los muy convencidos) tiende a ocultar el sentido de su voto, en esta cuestión lo que se hace es pregonarlo. De hecho, ya hubo debate en 2023 a cuenta de si se estaba haciendo muy larga, y que si eso retrasaba la hora de llegada al Real o acortaba el paseo de caballos, cuestiones respondidas por el Ayuntamiento hispalense (entonces gobernado por el PSOE) con que la del año pasado fue “la Feria de los récords”. Pero en esta cuestión todo el mundo tiene una opinión y no se la calla, otra cosa es que después vote, porque para implantar el formato largo (de domingo a sábado) se convocó en 2016 otro referéndum y fueron 40.000 los sevillanos que acudieron a la llamada de las urnas.

Muy pocos según el PP, que hoy manda en el Consistorio, y a eso se une que el hoy alcalde, el popular José Luis Sanz, no ocultaba cuando era candidato su querencia por el modelo clásico, el corto (de martes a domingo). Pero por guardar las formas, el gobierno local dice ahora que no va a hacer campaña ni por una ni por otra opción, aunque a la hora de la verdad cruza los dedos para que gane la Feria de menos días. Una cuestión que tendrá su repercusión en el impacto económico que deja la fiesta, que el año pasado se cifró en cerca de los mil millones de euros, por mucho que calibrar una celebración por su facturación sea mordisquear su esencia.

Cascada de números

Embarcados en este debate, Sevilla alza el telón de una Feria de Abril que se anuncia hasta con calima. Los números son más o menos los mismos que los de un tiempo a esta parte: 1.056 casetas distribuidas en un recinto de 450.000 metros cuadrados, 220.000 bombillas y una portada que este año homenajea al Museo de Artes y Costumbres, uno de los edificios que legó la Exposición de 1929. La gran estructura que da la bienvenida al Real (de 47 metros de ancho y 39 metros de alto) cuenta este año con 25.000 bombillas led, 30.500 metros de tubo y 3.700 metros cuadrados de panelado.

Pero hay más números, muchos más, como que los hoteles están al 85% de ocupación media y que la previsión es que estos días se consuman más de medio millón de botellas de manzanilla y un millón de litros de cerveza. Todo ello en un recinto ferial en el que se genera un tráfico diario de datos similar al de ciudades como Alicante, Córdoba o Bilbao y con un consumo de luz equivalente a una urbe de 50.000 habitantes. En este último capítulo, se ha continuado con la mejora de unas instalaciones eléctricas que tenían medio siglo de antigüedad y por primera vez la fiesta va a contar con una red exclusiva, con lo que de paso se evitan apagones en el anexo barrio de Los Remedios.

¿Alguna novedad más al margen de la eléctrica? Pues alguna hay, como que también por primera vez habrá un puesto de primeros auxilios (en Juan Belmonte 103-105 y en horario de 13 horas a medianoche) o que se amplía el horario sin ruido en la Calle del Infierno para que personas con trastornos del espectro autista puedan disfrutar de los cacharritos. La franja horaria acordada para el desarrollo de esta iniciativa será de 15 a 19 horas, en las jornadas del lunes 15, martes 16, jueves 18 y viernes 19 de abril. El gobierno local también ha anunciado un acuerdo con las asociaciones de caseteros para que el desmontaje sea “escalonado” en busca de minimizar el caos del avispero de camiones en el que se convierte el Real.

La vertiente económica

Pero si hablamos de números, al que se le da más vueltas es al ya referido del impacto económico, que cada vez está más cerca de los mil millones de euros. El dato es por aproximación, porque se basa en un estudio de la Universidad de Sevilla nada menos que de 2009 que año a año se afina actualizándole el IPC, y a tan contundente cifra ayuda todo lo que orbita alrededor de la fiesta. El sector de la moda flamenca, por ejemplo, factura muy por encima de los 100 millones, y la hostelería calcula que la incidencia en su ámbito supera los 170 millones, aunque con el matiz de que se resienten muchos establecimientos de barrios lejanos al Real.

Sea como sea, y aunque este tipo de estudios de impacto tengan sus detractores, lo que es evidente es que se trata del principal evento económico de la ciudad, ya que aporta nada menos que un 3% de su Producto Interior Bruto (PIB). La facturación de la Semana Santa, sin ir más lejos, se sitúa por encima de los 400 millones, frente a los 930 millones que se calcularon para la Feria de 2023 que al final se acercaron a los ya famosos mil millones porque la del año pasado fue la edición de los récords: el gasto en el Real creció un 40%, la ocupación hotelera rebasó el 92% el último fin de semana y se calculó un incremento del 12% en la afluencia de público.

Todos estos números irán en teoría a menos si al final gana el referéndum la opción de la Feria corta, que se implantaría ya en 2025. Un día menos repercutirá no sólo en la cifra de asistentes o de basura recogida, sino también en la cuenta de resultados del negocio: en su momento, se estimó que la jornada adicional de farolillos tenía un impacto de 183 millones de euros.

El embrollo de las casetas

Lo de la consulta popular sobre el modelo de Feria se ha comido el titular que en principio iba a acompañar a la edición de este año, que iba a estar centrado en los líos con la titularidad de las casetas, que se han multiplicado de un tiempo a esta parte. Para estupor de la militancia –y de los que deambulan por las que son de acceso público–, el PSOE perdió la suya por no pagar a tiempo las tasas municipales, un sofocón que contrastaba con la felicidad de los que han conseguido la suya cuando la de los socialistas (que era de las grandes) se despiezó en cinco pequeñas.

Si duro ha sido lo del PSOE, no se queda muy atrás el susto que ahora mismo tienen en el cuerpo los titulares de tres casetas que se estrenaron el año pasado en los números 173, 175 y 177 de Juan Belmonte. Aquí residen Ven Acá Pa Cá, Los Atornillaos y el Círculo Juvenil Andaluz de Tebeos) y que ahora se han encontrado con que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) le ha dado la razón a los antiguos propietarios en la reclamación que han planteado para recuperarla (era una de tres módulos que se dividió en tres partes en 2023).

Mientras el gobierno local se piensa si recurre o no, una resolución judicial ha decidido que en todo caso la reversión se aplicaría a partir del año que viene. Los actuales titulares están confiados en que sus recursos prosperen, y en todo caso consideran que los perjudicados no pueden ser ellos si este 2024 la han conseguido aspirantes que estaban tras ellos en la lista de espera, pero por si acaso anuncian que van a esmerarse en el disfrute como si no hubiera un mañana. Como hará la ciudad, que siempre se zambulle en la Feria como si fuese la última que se celebra.

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