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Sanidad marca el siguiente objetivo para frenar el coronavirus: reducir los contagios dentro de las casas

Sanidad pone el foco ahora en reducir los contagios dentro de los domicilios.

Sofía Pérez Mendoza

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Tras casi dos semanas de confinamiento en España, la principal amenaza de contagio del coronavirus ha dejado de estar fuera de casa. Las transmisiones en el exterior se han controlado. Ahora el objetivo primordial para el Ministerio de Sanidad es reducir los contagios entre las personas que conviven dentro de una misma vivienda. El Gobierno insiste en las medidas de precaución intradomiciliarias cuando, según sus datos, España se aproxima al pico de la epidemia y el número de días de confinamiento (13) ya se acerca al plazo máximo de incubación del virus (15).

“El riesgo no está solo fuera. Si una persona inicia síntomas tiene que hacer aislamiento interno. Es igual de importante que evitar el contacto fuera del domicilio”, insistía este miércoles el director de Alertas Sanitarias, Fernando Simón, en la rueda de prensa diaria desde el Ministerio de Sanidad.

Sanidad informa de que “la reducción de contactos sociales es completa”, que una “importante parcela de trabajo se realiza desde casa” y que la “movilidad es reducida”. Solo se producen entre un 5 y un 10% de los desplazamientos que se registraban en la misma fecha del año pasado, según los datos aportados por el Gobierno. Por eso, el Ministerio insiste de forma especial en que para contener la epidemia se deben mantener de forma estricta las medidas de seguridad dentro de los hogares con uno o más miembros con sospechas o síntomas de COVID-19. En todos los casos. También si no son población de riesgo.

El Gobierno no ha dado datos sobre los contagios intrafamiliares. Una de las líneas de investigación actuales de la Organización Mundial de la Salud es determinar, precisamente, la tasa de expansión intrafamiliar. Un estudio realizado en China, con datos limitados, advierte de que los contactos en casa (y también si viajas con alguien con el virus) tienen un mayor riesgo de infección que otros contactos cercanos. La posibilidad de transmisión secundaria dentro de los hogares alcanza el 15%, según la misma investigación.

“Por la cuarentena, fuera del hogar los contagios son más difíciles. Ahora la importancia de los contagios intradomiciliarios es mayor. Sucede en las residencias, por ejemplo, o con matrimonios que ingresan conjuntamente. En la experiencia clínica ve que hay convivientes diagnosticados, pero no sabemos de todos los casos cuántos se están produciendo en el mismo hogar”, explica Fernando Rodríguez Artalejo, director del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Esas cifras pronto se conocerán, avanza el experto, pero con toda probabilidad, solamente para una muestra.

Ante los temores de contagiarse dentro de casa, Rodríguez Artalejo asegura que, tras 10 días de confinamiento, “estamos cerca de alcanzar el periodo máximo de incubación del virus”. “Si en unos días no nos hemos contagiado con nuestros convivientes es raro que lo vayamos a hacer, a no ser que salgan de casa”, explica. “También hay que enviar este mensaje a las personas que están viviendo con mucho miedo”, añade.

¿Cómo aislar a un contagiado en casa?

El Ministerio de Sanidad ha dado directrices sobre cómo aislar a las personas son síntomas del resto de las que conviven con ellas. La conducta básica es obligarse a pasar el mayor tiempo posible en una habitación independiente y, si se sale, hacerlo con mascarilla, guantes y manteniendo una distancia de dos metros del resto de personas de la casa.

Lo óptimo es que el enfermo tenga su propia habitación y su propio baño con un cubo apartado de basura que tenga tapa con pedal. Si no hay dos baños en casa, el único debe desinfectarse antes de que lo usen otras personas. Si la persona contagiada está en condiciones de hacerlo es recomendable que limpie con una solución de agua y lejía las superficies que pueda tocar, como los pomos de las puertas o las encimeras. Tampoco se puede compartir vajilla o toallas.

El enfermo debería tener, además, productos de higiene de manos en su habitación. Lavarse las manos a menudo, tanto la persona con sospechas de tener el virus como el resto de la familia, es fundamental. En la web del Ministerio también hay directrices sobre cómo limpiarse bien las manos. El proceso debe durar al menos un minuto, con mucho jabón y cuidando que se alcanzan todas las partes de la mano.

Los expertos en Salud Pública insisten en que las medidas de protección suponen alterar conductas individuales y colectivas y, como todos los procesos, “llevan un tiempo de adaptación”. Por eso Sanidad insiste ahora especialmente en ello, apuntan. “Las directrices van cambiando con el paso de los días. Hace diez días no estábamos igual que hoy. En el microcosmos del hogar también pasa”, apunta Manuel Franco, profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad de Alcalá de Henares.

“La cuestión práctica es qué medidas sensatas se pueden tomar en casa cuando el hogar es relativamente pequeño”, remarca, por su parte, Rodríguez Artalejo. Las desigualdades entre los hogares españoles, en este sentido, son enormes. El número de metros cuadrados por persona oscila entre los 24 de media en Ceuta o Santa Coloma de Gramenet (Barcelona); a los 64 en municipios como Villanueva de la Cañada (Madrid).

También, según indica Sanidad, hay que extremar las precauciones con la ropa sucia (para vestirse, de cama o toallas) de la persona contagiada. Lo recomendable es manipularla lo menos posible: meterla en una bolsa cerrada para trasladarla directamente a la lavadora, sin mezclarla. La persona que atiende al contagiado debe usar guantes.

¿Es recomendable que las personas que conviven con un paciente se muden temporalmente (si es que tienen dónde)? La pregunta es complicada porque no todo el mundo puede plantearse esta opción, pero para quien sí: “Parece de sentido común que, si es alguien vulnerable, como una persona mayor con enfermedades crónicas, se valore la posibilidad de trasladarla a otro domicilio”, explica Artalejo. El doctor añade: es mejor que se traslade la persona vulnerable y el enfermo se quede en el hogar, que probablemente ya tenga posibles focos de contagio.

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