El mundo perdió una superficie de bosque equivalente a España y Alemania juntas en los primeros 15 años de este siglo
En los primeros 15 años del siglo XXI se perdieron de forma definitiva unos 850.000 kilómetros cuadrados de bosque en todo el planeta, una superficie equivalente a la de España y Alemania juntas, según las cifras de un estudio publicado hoy en la revista Science. Aunque la alteración de zonas arbóreas a nivel global es mayor, más de 3 millones de kilómetros cuadrados, la pérdida solo es permanente en aquellas zonas donde las prácticas humanas no permiten la regeneración del bosque. Los investigadores destacan que la mayor parte de estas pérdidas se deben a la expansión de la ganadería y a la presión de la agricultura de monocultivos en Latinoamérica y el sudeste asiático.
Según los resultados de esta investigación, a pesar de los esfuerzos internacionales la tasa de deforestación se ha mantenido estable a lo largo de los 15 años analizados, con una pérdida aproximada de 50.000 kilómetros cuadrados cada año. Las únicas variaciones que se han observado han consistido en un desplazamiento geográfico desde Brasil, principal foco de deforestación a principios de siglo, hacia los bosques tropicales de otras partes de América Latina y el sudeste asiático.
“En los países del sudeste asiático, como Indonesia y Malasia, identificamos la deforestación generalizada por la expansión agrícola a través de la evidencia visual de plantaciones de palma aceitera”, afirman los investigadores, mientras que “a lo largo de América Central y del Sur, los bosques fueron convertidos en tierras de cultivo intensivo y de pastoreo de ganado”.
“Es lo que se conoce como el avance de la frontera agrícola”, explica a eldiario.es Sergio de Miguel, profesor de la Universidad de Lleida y miembro del comité directivo de la Global Forest Biodiversity Initiative, que no ha participado en el estudio. “La expansión de los monocultivos de palma aceitera en el archipiélago de Indonesia o los cultivos de soja en varias regiones de Latinoamérica están provocando un cambio de uso del suelo”.
Una cuarta parte del bosque perdido no se recupera
Los autores del estudio han enfatizado la necesidad de distinguir entre una pérdida temporal de zonas boscosas, que se pueden deber a la gestión forestal, los incendios o la agricultura itinerante, y la deforestación, definida como “la conversión permanente y a largo plazo de los bosques para un uso no forestal de la tierra, como la agricultura (incluyendo la palma aceitera), la minería o las infraestructuras energéticas”.
Sumando todas las alteraciones observadas durante el periodo analizado, los investigadores concluyeron que “el 27% de la pérdida mundial de bosques puede atribuirse a la deforestación a través de cambios permanentes en el uso de la tierra para la producción de productos básicos”.
Aunque la urbanización se considera una forma de deforestación, los autores la incluyeron como una clase separada y solo representó una pequeña fracción de la pérdida total (0,6%). Más de dos tercios de esta pérdida ocurrieron en el este de los EEUU y el resto se asoció con la expansión de ciudades en China, Brasil, Indonesia y Australia.
Europa, cada vez con más bosque
En Europa, los resultados del estudios reflejan que la gestión forestal es prácticamente la única causa de alteración de la superficie de bosque, con unos 150.000 kilómetros cuadrados afectados. Sin embargo, los investigadores estiman que hay cero deforestación, dado que no hay un cambio de uso y el bosque se sigue regenerando.
“Con este dato”, explica de Miguel, “uno podría interpretar que ha habido una pérdida de bosque en Europa, cuando en realidad en los últimos 25 años ha habido una ganancia neta de bosque en todo el continente”.
Según el informe The Forest Europe, publicado en 2015, los bosques europeos no han dejado de crecer desde 1990, a un ritmo de unos 7.000 kilómetros cuadrados al año. España es el país europeo en el que más han crecido los bosques en este periodo, con una media de 1.840 kilómetros cuadrados ganados cada año, un área equivalente a más del doble de la ciudad de Barcelona.
Es necesario evitar la degradación de los bosques
Sin embargo, a pesar del crecimiento en Europa, de Miguel advierte de que en muchos países, como España, los bosques se están degradando. “Tan importante o más que los procesos de deforestación pueden ser los procesos de degradación forestal que conllevan una pérdida paulatina de biodiversidad y de su capacidad de proveer los múltiples servicios ecosistémicos que son importantísimos para la supervivencia del ser humano”.
De Miguel asegura que se deben aplicar “estrategias de conservación de la biodiversidad, junto a una gestión forestal sostenible que dé valor a los recursos forestales”, como pueden ser la gestión de los acuíferos, la producción de madera o de setas, etc. Este investigador también destaca la importancia del efecto mitigador del cambio climático que tienen los bosques a través de la captura de carbono, así como la importancia “intangible de su belleza escénica”.
“Dependemos de los bosques para la vida y debemos reconocer el valor de todos sus recursos”, al fin y al cabo, concluye de Miguel, “la palabra humano viene de humus, la fracción de suelo de los bosques donde se concentra la mayor parte de la materia orgánica y donde reside en gran medida la fertilidad de la tierra”.