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ANÁLISIS

¿Un cónclave en medio de la pandemia? El Vaticano también tiene protocolos para esa posibilidad

La Capilla Sixtina, sede del cónclave

Jesús Bastante

en religiondigital.com —

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Imaginemos, sólo por un instante, que el papa Francisco muere mañana. O que, de repente, decide renunciar al pontificado, abriendo así el paso a su sucesión. Es únicamente una hipótesis, pero, ¿qué sucedería?

En plena pandemia de coronavirus, con decenas de miles de muertos en Italia y centenares de miles en todo el mundo, con el Vaticano cerrado y el espacio aéreo italiano clausurado. ¿Cómo sería un cónclave en tiempos de coronavirus? La Iglesia católica puede presumir de haber vivido más de una epidemia y también de la profusión y detalle de sus escritos, códigos y directrices. Por supuesto, también han previsto cualquier situación que amenazara la elección de un nuevo líder del mundo católico.

Y el problema no solo sería el cónclave. También los funerales de Estado, que en el caso de los papas son un acontecimiento diplomático único. Aquí, la hipótesis es doble, porque hoy por hoy hay dos sucesores de Pedro vivos: Bergoglio y Benedicto XVI. Si cualquiera de los dos fallece ahora, nadie iría a su funeral, el anillo del pescador se rompería y sería sepultado en las grutas vaticanas, pero con una imagen (otra más) inédita: sin esa pequeña ONU que congrega a casi todos los jefes de Estado y Gobierno en torno al Papa de Roma muerto. El último ejemplo, el de Juan Pablo II (hace 15 años de eso), retransmitido en directo a todo el mundo, fue simplemente espectacular. Hoy, no se daría.

No hay voto telemático

Lo primero que habría que definir sería el dónde, y el cuándo. Según la Universi Dominici gregis, de Juan Pablo II, el cónclave “se desarrollará dentro del territorio de la Ciudad del Vaticano”. ¿Cuándo? Como mucho, en el plazo de 20 días después de la muerte, o renuncia efectiva del Pontífice.

Benedicto XVI estableció que “desde el momento en que la Sede Apostólica esté legítimamente vacante, se espere durante 15 días completos a los ausentes antes de iniciar el Cónclave”, aunque deja al Colegio de los Cardenales “la facultad de anticipar el comienzo del Cónclave si consta la presencia de todos los cardenales electores, así como la de retrasarlo algunos días si hubiera motivos graves”. Con un límite: “Pasados al máximo 20 días desde el inicio de la Sede vacante, todos los Cardenales electores presentes están obligados a proceder a la elección”.

¿Quiénes pueden formar parte del cónclave? “Todos los Cardenales electores, convocados por el Decano, o por otro Cardenal en su nombre [...] están obligados [...] a acudir al lugar designado al respecto, a no ser que estén imposibilitados por enfermedad u otro impedimento grave, que deberá ser reconocido por el Colegio de los Cardenales”. En este punto, hay que concretar que al hablar de enfermedad, se habla de enfermedad personal, no de algún familiar, por muy cercano que sea. De modo que un cardenal enfermo de coronavirus podría reincorporarse al mismo, una vez comenzado, si logra recuperarse.

¿Significa eso que solo votan los que consiguen llegar a tiempo? No exactamente. “Si algunos cardenales electores llegasen re integra, es decir, antes de que se haya procedido a la designación del nuevo pontífice, ”serán admitidos a los trabajos de la elección en la fase en que éstos se hallen“, se lee en el punto 39 de la Dominici gregis.

El 'impedimento grave' sí podría ser, por ejemplo, la imposibilidad de acudir a Roma porque, como sucedería en esta hipótesis, el espacio aéreo italiano, y las fronteras europeas, estuvieran cerradas.

¿Qué ocurriría entonces? Que, transcurridos 20 días de la muerte o renuncia del Papa, sólo los obispos con sede en Italia, los curiales o los que puedan llegar al Vaticano, podrían participar en un cónclave. Con la actual situación socio-sanitaria mundial, se antoja imposible, por ejemplo, que los cardenales españoles o norteamericanos pudieran votar en el mismo.

Electores italianos, candidatos 'extranjeros'

En realidad, si el cónclave fuera hoy, nadie podría entrar ni salir de Italia. Es más, tal vez ni los italianos no romanos pudieran llegar a la Capilla Sixtina. Sería, en todo caso, un cónclave muy 'curial', y con un papel decisivo de los italianos, como sucedía en la Edad Media, antes de que el Colegio de Cardenales se internacionalizara (hasta Juan Pablo II, el anterior pontífice no romano fue Adriano VI, en 1521). Curiosamente, hoy los dos grandes candidatos no serían italianos: hay dos candidatos claros: Robert Sarah (Guinea) y Luis Antonio Tagle (Filipinas). Pero estamos hablando de meras hipótesis de trabajo.

En su punto 40, la normativa aprobada por Juan Pablo II establece que si algún cardenal con derecho a voto “se negase a entrar en la Ciudad del Vaticano para llevar a cabo los trabajos de la elección o se negase a permanecer para cumplir su cometido sin una razón manifiesta de enfermedad, los otros procederán libremente a los procesos de la elección, sin esperarle ni readmitirlo”.

¿Un Papa con coronavirus?

Por el contrario, “si un Cardenal elector debiera salir de la Ciudad del Vaticano por sobrevenirle una enfermedad, se puede proceder a la elección sin pedir su voto; pero si quisiera volver a la citada sede de la elección, después de la curación o incluso antes, debe ser readmitido”. ¿Qué quiere decir esto? Que en el hipotético caso de que un purpurado enfermase de coronavirus en el cónclave, podría salir a curarse y, si una vez repuesto, los cardenales siguen sin nombrar Papa, reincorporarse y votar, o ser votado. Rizando el rizo, también podría exigir entrar aun estando enfermo (“después de su curación o incluso antes”, dice el decreto).

En este improbable caso, podríamos asistir al primer pontífice con coronavirus de la Historia. Aunque, dada la edad de los cardenales, su condición de grupo de riesgo no haría albergar grandes esperanzas de longevidad. Pero, insistimos: se trata de meras hipótesis. Hoy por hoy, tanto Francisco como Ratzinger, los dos papas, siguen 'blindados' en la jaula de oro vaticana.

Toda la información en www.religiondigital.org

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