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La emergencia climática halla su hueco en el teatro para concienciar al mundo

Imagen cedida por el teatro La Abadía sobre los ensayos de la obra Antropoceno.

EFE

Madrid —

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La puesta en escena de problemáticas tan actuales como la emergencia climática, más allá de los clásicos, ha irrumpido en el teatro con una explosión de obras sobre esta temática que apenas había calado hasta ahora en los escenarios.

Es novedoso que en el teatro se empiece a abordar el cambio climático dentro de una corriente que bebe de la realidad contemporánea. El madrileño teatro La Abadía, con motivo de la celebración de su vigésimo quinto aniversario, estrenará el próximo jueves “Antropoceno”, una pieza del director estadounidense Thaddeus Phillips, para alertar del futuro apocalíptico de la humanidad por el calentamiento global, aunque sin dramatismos.

“Estamos llegando a un punto muy peligroso para la civilización por los cambios en el clima, que están haciendo que se derritan los polos, aumente la temperatura y el nivel de los mares, que surjan nuevas enfermedades”, ha advertido Phillips en declaraciones a Efe.

Ha añadido que las obras clásicas en el teatro tienen la ventaja de nutrirse de guiones ya creados, algo que se complica con temáticas actuales como el cambio climático, que exige generar el texto para los personajes, además de introducir una gran carga de simbolismo para que el mensaje cale en el público.

El propio nombre de la obra que dirige es de por sí muy ilustrativo, teniendo en cuenta que Antropoceno es la época geológica para designar el calentamiento climático que está causando la rápida acumulación de gases de efecto invernadero por la actividad humana, además del excesivo consumo de recursos naturales del planeta.

La producción, que sitúa un gran domo o cúpula en el escenario como parte de un espectáculo muy lúdico y didáctico, con mucha poesía visual, a la par de riguroso sobre los riesgos de la era del Antropoceno, se nutre de libros de éxito contemporáneos e ideas futuristas, como las del visionario arquitecto Richard Buckminster, aunque también de los alarmantes informes de la ONU sobre el grave impacto del cambio climático.

La joven activista Greta Thunberg, el fallecido físico estadounidense Robert Oppenheimer, que dirigió el desarrollo de la bomba atómica, o el asistente virtual Siri, de Apple, dotado de inteligencia artificial también tienen su representación en la obra.

“Es muy divertida, llena de ingenio para sensibilizar, no obstante, de un tema muy grave como el cambio climático”, con símbolos como Greta, teléfonos móviles, asistentes virtuales de voz, embarazos que simbolizan la vida sin futuro del planeta y “la pasividad de la humanidad frente a la crisis climática”, advierte su director.

Desde centros de creación como La Abadía, añade por su parte el director del teatro, Carlos Aladro, es muy importante “encarar dilemas como el cambio climático, un problema que genera paradojas, porque tenemos que vivir de una forma diferente: usar menos el coche, reciclar y hacer muchos otros nuevos gestos para convivir”.

Carlos Aladro, que cumple un año como director de La Abadía, ha añadido que “su teatro seguirá ocupado de cuestiones que preocupan a la sociedad” y por ello, “la relación con la naturaleza seguirá siempre presente”.

Por otra parte, de la mano del centro cultural La Casa Encendida, en Madrid, han llegado en los últimos meses iniciativas como “Planeta vulnerable”, con lecturas dramatizadas vinculadas al medio ambiente. En la Sala Cuarta Pared, también en Madrid, se han estrenado obras como “Deshielo”, que habla de soluciones personales ante el cambio climático, del deterioro del ecosistema, etc.

En la Sala Mirlo Blanco del madrileño Teatro Valle-Inclán, con el montaje “Pulmones”, del dramaturgo Duncan Macmillan, se ha representado el drama de una pareja que se desestabiliza al plantearse el impacto ambiental de traer un hijo al mundo.

La Agrupación Señor Serrano ha estrenado “Contra Natura”, que habla de las fuerzas del hombre frente a la naturaleza; la compañía de Blanca Marsillach ha lanzado “Mi mundo limpio”, y en el Kamikaze, en Madrid, se ha representado “Los hijos”, con la energía nuclear como tema principal.

La compañía Ibuprofeno Teatro, que fue finalista en los premios Max, ha estrenado “La miel no caduca”, también sobre cambio climático, mientras que el dramaturgo Darío Facal representará en breve en Matadero “La Realidad”, con temas como el cambio climático.

El Teatro del Barrio ha lanzado una comisión para su evaluación ecológica y se propone transformar la sala en sostenible, con la idea de generar una corriente de Teatros por el Clima.

En el ámbito internacional, una de las grandes figuras en este área es la dramaturga canadiense Chantal Bilodeau, y ha sido muy sonado “Greenland”, en el Teatro Nacional de Londres, uno de los primeros intentos de una gran compañía teatral en Reino Unido para ofrecer al unísono ciencia y temas de actualidad al gran público.

Es destacable, además, el director alemán Christoph Baumann por su obra “Punto de quiebra” sobre la crisis del clima, y asimismo el Teatro Marabú, de Bonn, que ha realizado varias piezas sobre el clima en un contexto global.

Amaya Quincoces Riesco.

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