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La falta de regulación incentiva el comercio online de leche materna

Matraz de leche en un banco. /AEBLH

Raúl Rejón

“Flujo interminable de leche (fresca o congelada): madre de tres con más leche de la que los granjeros puedan soñar”. “Madre de un bebé de dos meses con sobreabundancia”. Son los anuncios que algunas mujeres cuelgan en internet para aprovechar el boyante mercado online de la lactancia humana. Una práctica que “está creciendo rápidamente en EE UU pero que también gana popularidad en otros lugares”, según advierte un artículo publicado en el British Medical Journal (BMJ).

La idea de comprar leche humana para suplir o completar las tomas de los bebés gana adeptos. Por una parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que “la lactancia materna es la forma ideal de aportar a los niños pequeños los nutrientes que necesitan para un crecimiento y desarrollo saludables”. Por otra, se está experimentando un boom de la lactancia materna que ha seguido al pico de la moda de las leches artificiales que se dio en los años 70 del siglo pasado.

Pero, según exponen Sarah Steele y Jens Foell –ambos catedráticos en la London School of Medicine– “algunas mujeres que no pueden amamantar, en lugar de apoyarse en los médicos están buscando consejo en internet”. Tantas como “un 75% de la nuevas madres”, explica el estudio. Y ahí, en internet, es donde ha nacido y se hace fuerte este mercado totalmente desregularizado. “No es que haya una normativa que incentive o permita vender y comprar leche humana sino que no existe reglamento alguno”, cuenta el presidente de la Asociación Española de Bancos de Leche Humana (AEBLH), el doctor Antoni Gayá.

El documento aparecido en el BMJ incide en que se advierte poco sobre los peligros de adquirir el producto por esta vía: “Parece que es la mejor forma de actuar si una no puede dar el pecho”, detalla. Lo que no se tiene en cuenta es que la leche es “como cualquier otro tejido humano y se debe atender a esas características”, relata el doctor Gayá. De hecho, un estudio microbiano llevado a cabo sobre dosis de leche materna compradas por internet publicado en Pediatrics sentenciaba: el líquido analizado “presentaba una alta proliferación bacteriana y frecuente contaminación con bacterias patógenas, reflejando una deficiente recolección, almacenaje y transporte”. Hasta un 74% de las muestras estaba en mal estado.

El doctor Gayá explica que, a día de hoy, la opción de dar el pecho es tan preferida que “hasta se da la circunstancia de que parte de las madres que, por la razón que sea, no pueden hacerlo desarrollan un sentimiento de culpa”. Ese cóctel que une la evidencia científica de los beneficios de la leche humana, con el deseo de conseguir ese beneficio y la facilidad que ofrece el comercio online es lo que está favoreciendo el negocio. Los catedráticos británicos subrayan que las madres con dificultades “deben saber que hay opciones mucho más seguras”.

Esa opción la ofrecen los bancos de leche. “Actúan igual que los bancos de sangre”, detalla Gayá. “Están especialmente dedicados para niños prematuros o que no pueden recibir la leche de sus madres”, comenta el doctor al tiempo que incide en que el tratamiento del líquido es “el mismo que se proporciona al plasma o a unas córneas”.

A pesar de las garantías que ofrecen y su función de “utilidad terapéutica”, no existen en toda España. Sólo siete comunidades autónomas disponen de este servicio: Islas Baleares, Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana, Aragón, Extremadura y Andalucía. Las donaciones son altruistas y los receptores están orientados por los médicos. En 2013 se donaron 3.900 litros que llegaron a 1.154 personas, según los datos de la AEBLH. Tampoco están regulados por una normativa específica “se aplica la general de tejidos humanos”, indica el presidente de la asociación. Europa no ha redactado ningún reglamento común y únicamente Francia posee legislación ad hoc.

“Explotación de mujeres”

La cuestión es que el mercado libre de leche materna del que advierte el BMJ ampara la dinámica de oferta-demanda y búsqueda de rédito económico propio de cualquier negocio. Lo ilustra la evolución de los precios que, calculan los analistas, ya llegan hasta los 3,6 euros la onza en el puntero panorama norteamericano. Eso significa que cada litro se vende hasta por 123,9 euros. Por eso se pide una “urgente regulación que asegure la calidad, una extracción segura así como el procesamiento y transporte adecuados”. Sin ir muy lejos, se avisa de que hay dispensadores que han “diluido” el producto en busca de beneficio.

“Y no es sólo eso. ¿Cómo se sabe el estado de salud de la madre que vende esa leche? Es un vector perfecto para la transmisión de enfermedades desde el adulto”, remacha el doctor Gayá a quien no le “consta” que este fenómeno tenga el mismo impacto en España. Aunque “otra cosa es que haya cosas parecidas a una escala más local”. La Asociación Europea de Bancos “entiende que la leche materna, cuando se dispensa a otro niño diferente al hijo puede suponer algunos riesgos para la salud. Sin un análisis de los donantes y su leche no es posible saber que peligros pueden existir”.

La alerta levantada por los analistas de la London School hace hincapié en la parte oscura que va aparejada al comercio. Los autores del estudio atisban prácticas fraudulentas al solicitar “protección legal contra la explotación de mujeres en la producción de leche materna para la venta”.

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