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Los obispos agradecen al Gobierno poder abrir los templos el 11 de mayo frente a las prohibiciones de Francia o Italia

La Conferencia Episcopal trabaja con el Gobierno para recuperar las misas

Jesús Bastante

en religiondigital.com —

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Los obispos españoles respiran: el Gobierno no ha suprimido las misas como en Italia o Francia. La buena relación entre el presidente de la CEE, Juan José Omella, y el ministro de Sanidad, Salvador Illa, permitirá que, a partir del 11 de mayo, vuelvan las misas a España, sin subterfugios legales de los ultras. Y la Iglesia lo ha reconocido. En una nota, la Conferencia Episcopal asume, y acepta, las cuatro fases para la desescalada decretada por el Ejecutivo, y propone a las diócesis que mantengan el criterio de abrir los templos desde este 11 de mayo en un tercio de su capacidad, siguiendo las normas y evitando caer en inútiles disputas políticas.

Entre las medidas a tomar, los obispos siguen dispensando de la participación en la misa dominical y piden expresamente a las personas mayores o enfermas que se abstengan de acudir a los templos por el momento. Las pilas de agua bendita seguirán vacías, no habrá coros ni hojas de canto; los cepillos se colocarán al final del templo; la comunión se hará en silencio (se recomienda a los curas mayores no impartirla, y el cura deberá desinfectar sus manos antes y después de distribuir la comunión); se deberá procurar un desalojo desordenado tras las celebraciones y desinfectar continuamente bancos y objetos de liturgia.

En cuanto a los sacramentos, se podrán celebrar confesiones, pero en espacios amplios y con ambos –confesor y confesado– con mascarillas. El agua del bautismo deberá salir de un recipiente “al que no retorne el agua utilizada”. Los anillos y arras de las bodas sólo podrán ser manipulados por los contrayentes, mientras que los funerales seguirán los criterios de la misa dominical.

Se podrán celebrar confesiones, pero en espacios amplios que garanticen la distancia entre el sacerdote y el fiel, al mismo tiempo que la privacidad de la conversación. Ambos deberán ir provistos de mascarillas. “En la administración del agua bautismal, hágase desde un recipiente al que no retorne el agua utilizada, evitando cualquier tipo de contacto entre los bautizandos. En las unciones se puede utilizar un algodón o bastoncillo de un solo uso, incinerándose al terminar la celebración”, abunda la nota difundida por los obispos españoles.

“Todos estamos llamados a ser responsables en la convivencia para evitar en lo posible la expansión de la enfermedad y ayudar a los pobres y a quienes más padezcan las consecuencias de esta pandemia”, afirma la Comisión Ejecutiva en una nota titulada 'Ante el inicio de la salida del confinamiento'.

“Nos alegra y damos gracias a Dios de que la enfermedad vaya siendo controlada y pueda iniciarse, aún con reservas y precauciones, la recuperación de las actividades habituales de nuestra vida común. Tras este tiempo de dolor y sufrimiento a causa del fallecimiento de seres queridos y de los graves problemas sanitarios, sociales, económicos y laborales, hemos de afrontar esta situación con esperanza, fomentando la comunión y sintiéndonos llamados a ejercer la caridad personal, política y social”, apunta el escrito, que ofrece una normativa general tanto para la participación en la misa como para la apertura de templos y locales adjuntos.

Una normativa menos restrictiva que en Italia o Francia

También, se dan normas para la comunión, la ubicación de los fieles, el canto, las confesiones y algunos ritos, como la exequias, el intercambio de anillos en los matrimonios, la unción de enfermos o la ceniza a los confirmandos. Se nota un cierto alivio en el episcopado español, especialmente después de comprobar cómo, a diferencia de lo sucedido en Francia o Italia, el Gobierno no ha prohibido el culto sine die ni puesto trabas a su celebración, más allá del aforo y de las normas higiénico-sanitarias generales para toda la población.

“Queremos recuperar progresivamente la normalidad de la vida eclesial”, apunta la nota, que mantiene, “en esta fase de transición” la propuesta de “dispensar del precepto de participar en la Misa dominical y sugerimos a personas de riesgo, mayores y enfermos, que consideren la posibilidad de quedarse en casa y sigan las celebraciones por los medios de comunicación”.

Al tiempo, piden a “sacerdotes y colaboradores que hagan un esfuerzo por facilitar la celebración y la oración, cuidando las medidas organizativas e higiénicas”, siempre “a expensas de las normas de las autoridades sanitarias”. También, los obispos “pedimos especialmente por los investigadores a fin de que alcancen un remedio a la pandemia”.

Cuatro fases

En lo concreto, la Conferencia Episcopal ofrece cuatro fases, las mismas planteadas por el Gobierno. Son estas:

Fase 0: Mantenemos la situación actual. Culto sin pueblo. Atención religiosa personalizada poniendo atención especial a los que han perdido a seres queridos. Preparamos en cada diócesis y parroquias las fases siguientes.

Fase 1: Se permite la asistencia grupal, pero no masiva, a los templos sin superar el tercio del aforo, con eucaristías dominicales y diarias. Quizá con preferencia al acompañamiento de las familias en su duelo.

Fase 2: Restablecimiento de los servicios ordinarios y grupales de la acción pastoral con los criterios organizativos y sanitarios –mitad del aforo, higiene, distancia– y medidas que se refieren a continuación.

Fase 3: Vida pastoral ordinaria que tenga en cuenta las medidas necesarias hasta que haya una solución médica a la enfermedad.

Toda la información en www.religiondigital.org

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