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El Papa responde a las acusaciones de encubrimiento con una inédita petición de perdón pública por los abusos sexuales

El papa Francisco en la Misa de clausura del Encuentro Mundial de Familias llega en el Phoenix Park de Dublín

Jesús Bastante

“Que Dios mantenga y acreciente este estado de vergüenza y compulsión y nos de la fuerza para comprometernos y trabajar para que nunca más suceda y para que se haga justicia.”. El mismo día en que el ex nuncio en EE.UU., Dario Viganò, filtraba una carta en la que acusaba al Papa de encubrir los abusos del cardenal McCarrick en Washington, Francisco quiso despedirse de Irlanda cumpliendo la promesa que hizo anoche a las ocho víctimas de abusos con las que se encontró en Dublín, lanzó una solemne petición de perdón al comienzo de la misa conclusiva de su viaje, ante medio millón de fieles.

Un texto duro, leído íntegramente en castellano al comienzo de la Eucaristía, y que Francisco preparó solo anoche, tras escuchar las historias de las víctimas de abuso y robo de bebés. En el mismo, el Papa quiso pedir “perdón por los abusos en Irlanda, abusos de poder, de conciencia y sexuales por parte de miembros cualificados de la Iglesia”

“Ayer estuve reunido con un grupo de personas víctimas de abuso de poder, de conciencia y sexuales. Quisiera poner este crimen ante el Señor y pedir perdón por ello”, arrancó Francisco, quien pidió perdón “por todos los abusos cometidos en diversos tipos de instituciones dirigidas por religiosos y religiosas...por los casos de explotación laboral a que fueron sometidos tantos menores”.

“Miembros de la jerarquía guardaron silencio”

“Pedimos perdón por las veces que, como Iglesia, no hemos brindado a los sobrevivientes de cualquier tipo de abuso, compasión, búsqueda de justicia y verdad con acciones concretas. Pedimos perdón”, clamó Bergoglio, quien puso especial énfasis en denunciar a “algunos miembros de la jerarquía que no se hicieron cargo de esta situaciones y guardaron silencio”.

Tal y como había prometido a una de las víctimas, Francisco fue más allá y pidió perdón “por los chicos que fueron alejados de sus madres, y por todas aquellas veces en las que se decía a muchas madres solteras que trataban de buscar a sus hijos o a los hijos que buscaban a sus madres decirles que era pecado mortal. Esto no es pecado mortal, es cuarto mandamiento. Pedimos perdón”. Un perdón que no se ciñó sólo a Irlanda, según adelantaron las víctimas que se encontraron con Francisco y que citaron, expresamente, la situación de bebés robados en España.

¿Quién es Viganò?

Francisco no hizo referencia directa a las acusaciones de Viganò, aunque seguramente tenga que hacerlo durante el vuelo de regreso a Roma, en la tradicional entrevista en el avión papal. Fuentes vaticanas, no obstante, han querido matizar extraoficialmente que la carta del ex nuncio en EE.UU. se basa única y exclusivamente en acusaciones personales, sin aportar documentación o prueba alguna de los hechos que relata.

¿Por qué Viganò habla ahora? Fuentes vaticanas subrayan que el arzobispo italiano, de 77 años, y que fue secretario general del Governatorato de la Santa Sede en 2009. Ya entonces, dentro del primer 'caso Vatileaks', filtró una campaña de difamación hacia el entonces papa Benedicto XVI, quien en 2011 lo destinó a Estados Unidos. En 2015, Viganò fue acusado de silenciar una investigación de encubrimiento de abusos contra el arzobispo de Sant Louis y Minesotta.

Además, Viganò está considerado uno de los miembros más destacados de la oposición a las reformas del Papa Francisco, junto al también estadounidense cardenal Burke. Así, el ex nuncio es uno de los firmantes de una declaración que condenaba la exhortación 'Amoris Laetitia' en la que Francisco abría la puerta a la comunión de los divorciados vueltos a casar.

La filtración de la denuncia de Viganò, llevada a cabo por algunos de los medios más ultraconservadores de la Iglesia católica, es vista desde el entorno de la Santa Sede como un paso más en la maniobra de los grupos tradicionalistas para tratar de poner palos en las ruedas de las reformas que impulsa Francisco y que en las próximas semanas se traducirá en cambios en el grupo de asesores del Papa (conocido como C-9), y que ultima cambios definitivos en la Curia romana.

Unos cambios que afectarán a la vieja guardia vaticana, acostumbrada a mandar a su antojo desde los tiempos de Juan Pablo II. Más allá de eso, y además de las palabras de aliento y peticiones de perdón del Papa por los abusos y los encubridores, también se espera que Francisco tome decisiones que, como sucediera en Chile, sirvan de ejemplo para acabar con las maniobras de encubrimiento que, todavía hoy, llevan a cabo muchos obispos en todo el mundo.

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