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Cómo la retirada de un medicamento para dejar de fumar reventó parte de la estrategia española antitabaco

Una persona enciende un cigarrillo en una zona en la que se permite fumar, en la ciudad de Madrid, en una imagen de archivo

Cristina Armunia Berges

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Alba, Javier y Rubén probaron el Champix para dejar de fumar antes de que el medicamento fuera retirado del mercado. A Alba, que tiene 32 años, el fármaco le funcionó. Durante unos días, y de manera radical, desaparecieron las ganas de encenderse un cigarrillo. Como apenas le daba placer la primera calada, a la fuerza, una se olvidaba del mechero y los cigarros. Es verdad que el inicio del tratamiento coincidió con una mudanza desde el estresante centro de Madrid a un pueblo con vida más tranquila, reconoce. Pero lo cierto es que, con el fármaco, “el mono físico” desaparecía como por arte de magia. “Era la segunda vez que intentaba dejar de fumar. La primera vez el mono físico fue muy fuerte. Así que en el segundo intento sí que me ayudó”, recuerda.

Tiempo después, Alba, como muchos otros fumadores que lo intentan, volvió a fumar, “pero mucho menos” y esa reducción en el número de cigarrillos consumidos cada día la relaciona directamente con el medicamento que, más de un año después de su retirada, sigue sin estar disponible en las farmacias.

El famoso fármaco para dejar de fumar fue retirado en España en el verano de 2021 por la presencia de niveles más altos de lo permitido de nitrosaminas, compuestos potencialmente cancerígenos. Al principio, se esperaba que la distribución de Champix volviera a la normalidad una vez retirados los lotes afectados, pero más de un año después, el medicamento sigue fuera del mercado.

Champix se comercializó en España en el año 2007. Por aquel entonces no estaba financiado, por lo que el precio de una sola caja era muy elevado, recuerda Javier, de 28 años, que lo probó hace unos seis o siete años y recuerda que cada pack rondaba los cien euros. En enero de 2020, el Sistema Nacional de Salud financió este medicamento, que se hizo muy popular entre los fumadores que querían dejar de fumar de una vez por todas.

Pfizer, el laboratorio que lo comercializaba, no espera devolverlo al mercado antes de finales de 2023, según ha confirmado a este diario mediante un correo electrónico. Sobre los trabajos que está realizando el laboratorio para poner a punto el medicamento o el número de unidades que se habían vendido hasta su retirada, la empresa no se ha pronunciado.

Por el camino, este deshabituante del tabaco dejó un reguero de dudas y de personas que vieron cómo su ansiado tratamiento se interrumpía.

Actualmente en el mercado sí que existe otro medicamento recetado para dejar de fumar, también financiado por el Sistema Nacional de Salud, el Zyntabac -cuyo principio activo es el bupropion-. Sin embargo, hay personas que después del 'caso Champix' han perdido las ganas o creen que dejaron escapar su oportunidad.

Ese es el caso de Rubén. La retirada de Champix le pilló con el tratamiento a medias y no encontró la manera de reengancharse en medio de sus vacaciones de verano de 2021. “Cuando pedí el Champix me dijeron que solo lo financiaban una vez, solo te daban una oportunidad”, explica al otro lado del teléfono. “Como yo la oportunidad a priori ya la perdí, aunque en realidad retiraron el medicamento y no fue culpa mía, no he vuelto a informarme. Volví a fumar y no he tenido ganas de volver a dejarlo”.

El consumo medicamentos para dejar de fumar se redujo un 44%

Testimonios como el de Rubén explican un dato que reveló hace unas semanas el Observatorio del Medicamento. Con respecto al año anterior, en el año 2021 el consumo de deshabituantes del tabaco se redujo un 44%. Este porcentaje no sorprende al Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo. “Creemos que se produjo un vacío entre la retirada del Champix y la puesta en funcionamiento del bupropion”, explica el portavoz del comité y coordinador del grupo de tabaquismo de la SEMG, Andrés Zamorano.

“De repente, se supo que habían encontrado niveles altos de nitrosaminas, más altos de los habituales y de lo permitido. Las nitrosaminas están presentes en el agua o cuando hacemos una barbacoa”, ejemplifica Zamorano. “Así que Pfizer decidió retirar los lotes y nos quedamos desabastecidos porque en ese momento el bupropion no estaba comercializado en condiciones, no se encontraba en farmacias”.

Los salubristas piden que se financien otros medicamentos

“Si ahora desaparece Champix, lo lógico es que el Sistema Nacional de Salud amplíe la cobertura a otras opciones”, asegura Fernando García, portavoz de la Asociación Madrileña de Salud Pública. Con todo, el especialista recuerda que el éxito del Champix es limitado, “un 30 o 40% a lo sumo” y que hay otras alternativas en el mercado, como el ya citado bupropion, los sustitutivos de la nicotina - parches, chicles, sprays - y el Todacitan, que no esta financiado, “y también debería incluirse”.

El hecho de que un medicamento tan famoso fuera retirado del mercado puede ser un obstáculo, reconocen todos los expertos consultados. “Porque si resulta que los medicamentos que están en boca de todos luego son retirados, pues se hace cuesta arriba. Pero hay otras opciones”, añade García. Con todo, García recuerda que solo el 10% de los fumadores utiliza fármacos para dejar de fumar. “El 90% lo hacen sin ayuda médica”.

En ese mismo sentido se ha expresado el salubrista Mario Fontán. “En términos de salud pública, el impacto que puede tener la retirada del Champix es limitado. El abordaje que se hace desde este ámbito al tabaquismo incide sobre todo en cuestiones de reducir, controlar y regular su promoción. Se busca desnormalizar el consumo de una sustancia”, explica.

“Es verdad que una de las patas de la OMS es ofrecer ayuda a las personas que están fumando”, comenta Fontán, que asegura que “en las últimas décadas” se ha sufrido una “epidemia de tabaquismo”. “Hay que ayudarles, no solo desnormalizando”.

“Si nos quedamos solo con la ayuda farmacológica para dejar de fumar, estamos perdiendo otras esferas donde se puede reincidir. Estamos dejando fuera por ejemplo el de la regulación”, concluye Fontán. 

“Ni de coña volvería a probar”

Aunque este tipo de fármacos son muy aconsejables en los primeros compases del proceso, Alba lo tiene claro. No volvería a probar con otro medicamento para dejar de fumar y cree que parte del éxito de dejar la adicción tiene un gran componente psicológico. El principal obstáculo con el que se topó en su andadura eran los fines de semana. “Con las cañas, las copas, por la noche. Ahí el Champix no te ayudaba en nada. Entonces lo interrumpí porque veía que ya no tenía mono físico y que, en los momentos cruciales, los sábados por la noche, no me ayudaba mucho. Lo dejé y al tiempo volví a fumar los fines de semana”, explica. “Después de lo de Champix, ni de coña volvería a probar otro medicamento para dejar de fumar porque creo que lo importante aquí es lo psicológico. Tu fuerza de voluntad”, zanja.

Eso mismo cree Zamorano, que recuerda que el medicamento aporta un 50% de la efectividad y que el resto lo tiene que poner el que lo intenta. “El tratamiento hay que recomendarlo a todos los pacientes porque les ayuda a pasarlo menos mal con el síndrome de abstinencia. La nicotina es una sustancia súper adictiva, parecida a la heroína”.

Para Javier, Champix supuso un pistoletazo de salida real en su carrera contra el tabaco. Antes de probar con estas pastillas, había intentado dejarlo hasta “ocho o nueve veces” con malos resultados. “Probé Champix hace unos años y lo utilicé durante un mes. En aquel momento, recomendaban utilizarlo durante dos meses. Pero el tratamiento no estaba cubierto y era tan caro que decidí tomarlo solo durante 30 días”, explica. Cada caja valía alrededor de cien euros y él decidió probar con una.

“La sensación era que tú fumabas y era como si no estuvieras fumando. Por una especie de frustración terminabas por no fumar, más que nada, porque no sentías absolutamente nada”. Aquel fue un intento clave para Javier. “Por primera vez me dije a mí mismo que había esperanza para que yo dejase de fumar”. Unos años después lo logró, pero sin medicamentos. En su caso, que hayan retirado Champix del mercado no le causa “ningún miedo”.

A Rubén, a pesar de las pesadillas y las náuseas que le provocó, tampoco le inquieta en demasía, aunque ve en ello un obstáculo para que la gente “consulte a su médico por otro tratamiento”. “Si un medicamento se retira y sale otro, pues tampoco tengo mucho miedo. Pero sí que puede haber gente más hipocondríaca o que le cueste más confiar en los medicamentos”.

El laboratorio asegura que “está comprometido con el retorno de Champix” y que, en estos momentos, “está planeando el reabastecimiento no antes de finales de 2023, a la espera de las aprobaciones regulatorias necesarias”.

Malos pronósticos en cáncer de pulmón

El tabaquismo es el principal causante de cáncer de pulmón en el mundo. El 80% de los tumores de este tipo se asocian al tabaco. Así lo explicaba recientemente el oncólogo del Hospital 12 de Octubre, Jon Zugazagoitia, en una entrevista en elDiario.es. “El 80% de los pacientes con cáncer de pulmón son fumadores. Lo sabemos todos. Sabemos que hay un factor riesgo que es claramente prevenible y que debemos hacer un esfuerzo muy importante ya no solo en investigar, sino en prevenir que la enfermedad aparezca”.



Y los pronósticos no son nada halagüeños. Según los datos que maneja la Sociedad Española de Oncología Médica, el de pulmón es el segundo tipo de cáncer que se diagnostica con más frecuencia en el mundo, alcanzando un 12,2% del total, solo por detrás del cáncer de mama, con un 12,5%. La principal diferencia entre los dos tipos de cáncer es la supervivencia. Según un informe publicado por esta sociedad, en el año 2020, el cáncer responsable de mayor número de muertes en el mundo fue el de pulmón, con un 18% del total de las muertes. El de mama, por su parte, no llega al 7%.



De manera generalizada, la mortalidad por cáncer en España ha experimentado un fuerte descenso en las últimas décadas, con una sola excepción, la del cáncer de pulmón, que ha sufrido un fuerte incremento en la mortalidad en las mujeres, sobre todo en la última década. Entre los varones, sigue en descenso.

“Se estima que el tabaco es el responsable de hasta un 33% de cánceres a nivel mundial, y de hasta el 22% de las muertes por cáncer. En España, el 23,3% de los varones y el 16,4% de las mujeres son fumadoras habituales con un incremento progresivo del hábito tabáquico en las mujeres desde los años 70, con el consiguiente impacto en la incidencia y mortalidad de sus tumores relacionados”, concluye el informe.

La esperada ley antitabaco

Sin embargo, y ante la evidencia, los expertos se preguntan cuándo se reactivará el plan antitabaco del Gobierno. El Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo, que buscaba prohibir fumar dentro de vehículos particulares, empaquetados genéricos o equiparar por ley las restricciones a los cigarrillos electrónico, sigue paralizado.

Y esta es una de las principales batallas que libra en estos momentos el Comité Nacional para la Prevención de Tabaquismo. “El plan integral contra el tabaquismo lleva diez meses de retraso. Estamos insistiendo por activa y por pasiva”, protesta Zamorano. “Hemos pedido reuniones con la ministra y no nos ha recibido”, lamenta. “Esto está parado”.

“Hay que ampliar los espacios sin humos a los coches privados, a los estadios. A todos los sitios donde haya personas que tú, por fumar, puedas enfermar”, explica Zamorano, además de exigir campañas periódicas bien dirigidas y que los cigarrillos electrónicos tengan las mismas restricciones que los cigarrillos clásicos.

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