Hasta ahora se pensaba que los leones rugían de una sola forma, pero un nuevo sonido descubierto por inteligencia artificial ha desmontado esa idea
Las leonas avanzan por la hierba alta con sigilo y dominio del terreno. Su coordinación durante la caza mantiene el equilibrio de la sabana y define la jerarquía de los grandes depredadores. Cada movimiento responde a una estrategia compartida que refuerza su posición como reinas de ese territorio abierto y exigente.
Su fuerza y capacidad de cooperación marcaron el carácter del león como emblema de poder en África. Esta imagen de supremacía se consolidó también a través de su voz, un rugido que parecía único hasta que la ciencia introdujo una nueva mirada sobre su sonido.
La imagen del león como emblema africano se forjó a través de su voz
El descubrimiento científico que modificó esa percepción se basó en la aplicación de inteligencia artificial a la grabación y análisis de miles de vocalizaciones. Los investigadores de la Universidad de Exeter, junto con equipos de Oxford, Tanzania y Alemania, registraron sonidos en el Parque Nacional Nyerere y en la reserva privada de Bubye, en Zimbabue. Colocaron 50 grabadoras autónomas y collares con micrófonos en varios ejemplares. En total, obtuvieron más de 3.000 registros acústicos que permitieron identificar un patrón nuevo en la secuencia de rugidos.
El análisis posterior reveló diferencias notables entre regiones del continente. Los algoritmos detectaron variantes que parecían específicas de ciertos grupos, e incluso clasificaron como atípicos los rugidos procedentes de Botsuana. Esa observación llevó al equipo a plantear la posibilidad de que existan estructuras acústicas comparables a dialectos. Las conclusiones abren nuevas líneas de investigación sobre el modo en que los leones comunican su identidad o delimitan su territorio mediante el sonido.
El rasgo técnico que distingue este nuevo rugido, bautizado como rugido intermedio, se encuentra en su duración y frecuencia. Es más breve que el rugido principal y mantiene una línea más plana, sin los saltos tonales de las vocalizaciones potentes. Los especialistas explicaron en la revista Ecology and Evolution que “este rugido intermedio siempre aparece tras el rugido principal, como si fuera una coda o cierre de la secuencia”. Su reconocimiento había resultado difícil porque se confundía con versiones debilitadas del rugido completo.
La investigación se integra en un campo en crecimiento, la bioacústica aplicada a la conservación. Esta disciplina utiliza el sonido para identificar especies y controlar su número sin necesidad de observarlas directamente. Jonathan Growcott, autor principal del estudio, afirmó en la publicación que “nuestro nuevo método, basado en IA, promete una monitorización más precisa y menos subjetiva, lo cual es crucial para los conservacionistas que trabajan para proteger a las menguantes poblaciones de leones”.
La bioacústica aplicada transforma la conservación de los grandes carnívoros
El equipo destacó que las estimaciones actuales sitúan la población africana entre 20.000 y 25.000 ejemplares, frente a una reducción del 75% en las últimas décadas. Los métodos convencionales, como las cámaras trampa o el rastreo de huellas, resultan costosos y menos eficaces. El uso de grabaciones automatizadas, en cambio, permite cubrir grandes extensiones y recopilar datos en lugares inaccesibles. “Si se pueden identificar rugidos de forma automática, sin intervención humana, es posible censar a los leones por su voz”, añadieron los autores.
El hallazgo del rugido intermedio demostró cómo la tecnología puede aportar nuevas herramientas a la conservación. La identificación precisa de sonidos no solo mejora la estimación de ejemplares, sino que también ayuda a estudiar la estructura social y territorial de la especie.
A partir de este avance, la bioacústica gana relevancia como método para el seguimiento de grandes carnívoros en África. Los leones siguen ocupando la cima de la sabana, pero ahora su rugido también se ha convertido en una fuente de información esencial para entender cómo sobreviven.
0