Australia da luz verde a la vacuna que busca salvar a los koalas de la ceguera y la infertilidad
Las poblaciones de koalas viven sometidas a múltiples amenazas que ponen en jaque su continuidad. La pérdida de bosques de eucalipto reduce drásticamente sus fuentes de alimento, al mismo tiempo que el cambio climático incrementa los incendios que arrasan su hábitat. La consecuencia inmediata de esta degradación es la dificultad creciente para que encuentren refugio y alimento en condiciones estables.
A estas presiones ambientales se suma la propagación de la clamidia, una infección que provoca infertilidad y ceguera. La reciente aprobación en Australia de una vacuna específica busca frenar esa enfermedad y dar un respiro a la especie más emblemática del país.
Un equipo australiano diseña una vacuna de dosis única tras más de diez años de investigación
El desarrollo de este fármaco ha ocupado más de una década de trabajo del equipo de la Universidad de Sunshine Coast, que diseñó una fórmula de una sola dosis para animales en libertad. El profesor Peter Timms, al frente de la investigación, explicó que el producto incluye seis componentes diferenciados y está concebido para no necesitar refuerzos, algo esencial en fauna salvaje difícil de capturar varias veces. En palabras del propio microbiólogo, “tres son las proteínas de la clamidia, diseñadas para cubrir las diferentes cepas que circulan en distintas partes del país”.
Antes de lograr el visto bueno de la Autoridad Australiana de Plaguicidas y Medicamentos Veterinarios, el compuesto pasó por ocho ensayos en los que participaron más de 500 ejemplares. Los resultados mostraron que la vacuna reduce la mortalidad por clamidia en al menos un 65 % y disminuye la aparición de síntomas graves en edades reproductivas.
Samuel Phillips, investigador principal del proyecto, señaló que el preparado ofrece varias capas de protección y detalló que “reduce la infección, previene la progresión hacia la enfermedad clínica y en algunos casos revierte síntomas existentes”.
El Gobierno australiano impulsa el proyecto con inversiones millonarias y nuevos programas de conservación
Las autoridades australianas han acompañado el avance científico con medidas económicas de gran calado. El Gobierno de Anthony Albanese destinó 76 millones de dólares a su Fondo para Salvar a los Koalas, de los cuales 749.000 fueron para el desarrollo del fármaco.
El ministro de Medio Ambiente y Agua, Murray Watt, destacó la importancia de dar soporte a los programas de salud y restauración de hábitats y aseguró que “tener una vacuna registrada y lista para su uso es un gran paso hacia la protección de esta especie icónica”.
En Queensland también se han liberado fondos específicos. El ministro Andrew Powell recordó que la región ha financiado proyectos relacionados con la clamidia en koalas y anunció 39,6 millones de dólares para ampliar áreas protegidas y reforzar hospitales de fauna. Según sus palabras, “esta vacuna mundialmente pionera será una herramienta más en la nueva estrategia de conservación que estamos preparando”.
El trabajo científico fue posible gracias a la suma de esfuerzos de numerosos organismos. El centro de bioinnovación de la Universidad de Sunshine Coast actuó como núcleo coordinador, mientras que la empresa australiana Tréidlia Biovet asumió la producción del fármaco. Su presidente, Mark White, remarcó que se trata de un producto especializado que contribuirá directamente a la protección de uno de los marsupiales más queridos del país.
El proyecto también tuvo apoyo visible de figuras vinculadas a la conservación. La doctora Terri Irwin, del hospital de fauna del Zoo de Australia, valoró la oportunidad de probar la vacuna en condiciones reales, ya que “estas pruebas permitieron a los investigadores obtener datos valiosos sobre los beneficios potenciales del producto”. A su juicio, la colaboración entre ciencia y cuidados directos a los animales demostró el valor de unir investigación y asistencia en la lucha contra la enfermedad.
Los koalas encaran un futuro incierto pese a los avances conseguidos con la nueva vacuna
La situación actual de la especie sigue siendo delicada. La agencia científica nacional estima que quedan entre 224.000 y 524.000 ejemplares, mientras que el Programa Nacional de Monitoreo de Koalas calcula entre 95.000 y 238.000 en las regiones más presionadas. El Fondo Mundial para la Naturaleza recuerda que en apenas dos décadas la población se redujo a la mitad.
El reto inmediato pasa por financiar la distribución de la vacuna en áreas con mayor prevalencia de clamidia, sobre todo en Nueva Gales del Sur y Queensland, donde algunos grupos alcanzan tasas de infección del 70 %. La tarea no es sencilla, aunque el avance científico abre la posibilidad de que los koalas recuperen terreno en medio de un contexto de amenazas acumuladas.
El hallazgo supone un alivio parcial, pero también deja claro que la supervivencia del marsupial no depende de un único frente, sino de una respuesta integral que abarque salud, restauración de hábitats y control de incendios. En esa encrucijada se juega la continuidad de un animal que sigue siendo símbolo natural de Australia y emblema de su patrimonio ambiental.
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