No son una raza más. Porque, entre otras razones, son unos perros que están vinculados al mundo del vino y las bodegas, de ahí su nombre. Y porque fueron reconocidos como Patrimonio Cultural Inmaterial, además de tener un perfil ideal para tenerlo correteando en cualquier hogar, ya que suelen ser ágiles, robustos, cariñosos y juguetones. Los perros bodegueros adoptaron este nombre principalmente en Jerez, ciudad conocida por su extenso patrimonio vitivinícola, una localidad regada de bodegas de las que surge ese vino que ya piropeaba hasta el propio Shakespeare.
¿Y qué hacían los perros de esta raza en dichas bodegas? Pues no solo pasear y juguetear, sino cazar ratones y otras especies no invitadas o, mejor dicho, perjudiciales para la producción de vino.
El ratonero o bodeguero andaluz es, por lo tanto, un perro de caza cuya misión originaria fue la de guardián de las bodegas de Jerez de ratones, una raza muy ligada a la ciudad y a las bodegas, aunque también a las cuadras de caballos, donde puede llegar a ejercer el mismo papel de acabar con ratones como buen perro cazador que es.
Y es que las características físicas de la raza del perro bodeguero andaluz le hacen perfecto para la caza de esos pequeños roedores que en muchas ocasiones se cuelan en bodegas o cuadras. Y, aunque se trata de un animal ágil que es capaz de perseguir ratones, también no dejar de ser una mascota muy popular y solicitada por su carácter cariñoso y juguetón. Por lo tanto, podemos aliarnos con ellos como compañeros de trabajo o como compañeros de juegos para niños y no tan niños, ya que poseen un carácter amable, divertido, activo y fiel hacia su familia.
El bodeguero es una raza de perro de tamaño pequeño cuyo peso suele oscilar entre los 6 y 8 kilos. Mide unos 33 centímetros. De pelo corto, una de las características físicas más destacables de esta raza son sus ojos, que parecen estar enmascarados por un antifaz. El pelaje del resto del cuerpo suele ser de color blanco con manchas negras. Y de rabo largo, cada vez más, ya que en determinados territorios está prohibida la costumbre de cortarles la cola cuando son cachorros.
Una raza longeva
El perro bodeguero, curiosamente, está considerado como uno de los perros más longevos de la línea canina. Si, en general, la media que se estima de vida en un perro suele ser entre 8 y 13 años, en este caso el perro bodeguero puede llegar a vivir hasta los 18 años de vida, llegando a convertirse en un perro con una longevidad más alta de lo normal.
La de bodeguero es una raza que se parece a la de los Jack Russell Terrier. De hecho, los orígenes de esta raza de perro, antes de nacer en Jerez, provienen de Inglaterra, cuando los comerciantes de vino trajeron con ellos los terrier en sus viajes a Andalucía, entre ellos a las provincias de Cádiz y Huelva. Debido al gran instinto cazador de este animal, los perros de estos mercantes empezaron a colarse en las bodegas, cazando ratones o alimañas que se escondían bajo los barriles de vino. Los dueños de estas bodegas se dieron cuenta pronto de la utilidad de estos animales, y empezaron a cruzarlos para conseguir una raza de perro que les permitiera mantener sus bodegas y cuadras bajo el control de plagas de ratones. De los cruces de los perros terrier y los locales surgió el perro bodeguero andaluz.
Desgraciadamente, el ratonero o bodeguero andaluz es una de las razas de perro que más se abandonan, y las experiencias traumáticas que hayan vivido pueden causarle problemas de comportamiento, siempre tratables ya que se trata de un animal que se adaptará perfectamente a su nueva vida, siempre que encuentre el cariño y la comprensión que se merece. Una vez que disfrute de su nueva vida, será todo lo cazador y lo juguetón que haga falta.