Entre 2013 y 2016 la red social Vine capturó la atención de miles de creadores en todo el mundo. Vine rescataba la artesanía audiovisual con varias premisas sencillas: una aplicación móvil que reproducía vídeos cuadrados de 6 segundos en bucle y que permitía grabar vídeo y editarlo en cámara desde la propia aplicación con tan solo pulsar o soltar el dedo generando así diferentes elipsis en un mismo clip y popularizando los stop-motions.
En España Vine sirvió de cantera para muchos creadores audiovisuales que despuntaron en esta red y luego han terminado participando en otros medios o haciendo carrera: Herrejón, Antón Lofer, Andrea Compton, Darío Eme Hache, Rubéntonces, Manuel Huedo, Gazz y un largo etcétera. Otras personas que ya habían iniciado su carrera audiovisual lo consolidaban como un espacio para dar rienda suelta a su creatividad, como fue el caso del cineasta y creador David Sainz.
En 2016 Twitter anunciaba el cierre de Vine. La plataforma no consiguió consolidarse económicamente y muchos de sus creadores más destacados a nivel global decidieron abandonarla para irse a Youtube o empezar a publicar en Instagram. Se ponía fin al corto reinado de Vine como espacio para la creación audiovisual desde apps móviles.
En 2018, uno de sus fundadores de Vine, Dom Hofmann, anunciaba que volverían a lanzar una aplicación de vídeo en bucle para la primavera de 2019 y que se llamaría Byte. Al final ha tardado más de lo esperado, pero con el inicio de 2020 ha regresado Vine. Y algunos de los creadores anteriormente citados ya se han abierto una cuenta.
El problema para Byte es que aparece en pleno reinado de Tik Tok, la app china. Además de 800 millones de usuarios, de ser una de las apps que más crecen en uso entre jóvenes entre 13 y 30 años, sus herramientas de edición están generando toda una generación de contenidos y comienzan a verse como ya no simplemente se suben doblajes y acrobacias sino también vídeos mucho más creativos, narrativamente hablando.
Byte cuenta con un interfaz muy similar al de Tik Tok pero en versión simplificada. Se diferencia de esta segunda en que categoriza los contenidos y los agrupa en: Popular, Experimental, Comedia, Animación, Mascotas, Magia, Arte, Videojuegos, Deportes, Música, Comida, Belleza y Viajes entre otros. En lo que claramente existe una diferencia a favor de Tik Tok es en cuanto a las herramientas de edición. Si bien es cierto que cuando Vine nació fue esa limitación la que precisamente animó a muchos creadores a ser imaginativos.
De momento y a diferencia de Tik Tok, Byte no permite generar un enlace de uno de sus vídeos. Al darle al botón de compartir genera un mp4 que puede ser enviado a cualquier plataforma y al igual que hace TikTok, genera una marca de agua con el nombre del usuario y la red social. Tampoco permite embeber vídeos en otras plataformas de momento.
En sus primeros días de vida ha conseguido captar la atención de muchos y se encuentra como la quinta app más descargada en Estados Unidos. Su creador deja claro que, a diferencia de lo que ocurrió con Vine, su intención es crear un sistema que sea sostenible: “Queremos empezar con un sistema de compensación y complementarlo con otros fondos. Contaremos más detalles pero contaremos con un programa de creadores pronto”.
La intención desde luego es loable, pero lo que realmente hará que Byte se abra paso entre Instagram y Tik Tok es que tal y como dice su eslogan, “la creatividad sea lo primero”. Y de momento la creatividad está en otras plataformas. ¿Migrará a Byte? ¡Pronto lo sabremos!