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La cautivadora aldea de pizarra del norte de Portugal que renació tras años de abandono

Talasnal

Elena Segura

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Si piensas en un destino donde la naturaleza exuberante se entrelaza con la historia y la autenticidad de los pueblos portugueses, Talasnal es el lugar perfecto. Este pequeño pueblo, escondido en la Serra da Lousã en el centro de Portugal, parece detenido en el tiempo: sus calles empedradas, casas de pizarra y tejados rojizos crean un ambiente acogedor y pintoresco. Lejos del turismo masivo, Talasnal ofrece a sus visitantes una experiencia única, llena de tranquilidad y el encanto de la vida rural portuguesa.

Esta pequeña localidad forma parte de la red de las Aldeias do Xisto, un conjunto de pueblos tradicionales construidos con pizarra que se caracterizan por su arquitectura rústica y su integración en el paisaje natural.

Históricamente, Talasnal floreció gracias a la agricultura de subsistencia y la ganadería, actividades que sustentaban a su población. En su apogeo, en 1911, la aldea contaba con 129 habitantes. Sin embargo, con el paso del tiempo y la emigración hacia las ciudades en busca de mejores oportunidades, la población de Talasnal disminuyó considerablemente. En 1981, la aldea apenas tenía dos habitantes.

'Alminhas' y 'eiras'

En la actualidad, Talasnal ha experimentado un proceso de revitalización que ha permitido recuperar su encanto rústico y su identidad cultural. Gracias a iniciativas de restauración y promoción del turismo rural, la aldea ha vuelto a ser habitada y visitada por turistas que buscan disfrutar de su arquitectura tradicional, sus senderos naturales y su ambiente tranquilo.

La aldea conserva elementos tradicionales como la 'alminha' (pequeño altar religioso), los lagares de aceite y las 'eiras' (espacios para secar grano), que dan testimonio de su pasado agrícola. Además, su ubicación en la Serra da Lousã, rodeada de vegetación exuberante y fauna diversa, la convierte en un destino atractivo para los amantes de la naturaleza y el senderismo.

Con la llegada del otoño, el paseo por sus calles se vuelve aún más especial: las temperaturas frescas y el cambio de color de las hojas tiñen el paisaje de tonos rojizos, dorados y marrones. Al adentrarse por las estrechas y acogedoras calles de la aldea, es imposible no admirar la arquitectura de esquisto de color negro azulado de sus casas, armoniosamente integradas en la frondosa naturaleza que las rodea. Se encuentra a solo 45 minutos en coche de Coímbra.

Cómo llegar a Talasnal

Talasnal se encuentra en la Serra da Lousã, a unos 20 kilómetros de la ciudad de Lousã. Para llegar, lo más recomendable es viajar en coche, ya que el transporte público es limitado. Desde Coimbra, la ciudad universitaria más cercana, el trayecto dura aproximadamente una hora y media, y ofrece vistas espectaculares de colinas verdes y bosques densos.

El camino hacia Talasnal es una experiencia en sí misma. Las carreteras serpenteantes atraviesan bosques de castaños, robles y pinos, y ofrecen numerosos miradores para detenerse y admirar el paisaje.

Rutas de senderismo

Uno de los mayores atractivos de Talasnal es su conexión con la naturaleza. El pueblo está rodeado por la Serra da Lousã, un macizo montañoso que alberga algunos de los bosques más bien conservados de Portugal. Senderistas y amantes del ecoturismo encontrarán aquí rutas para todos los niveles.

La zona ofrece rutas que pueden recorrerse en un solo día o combinarse para disfrutar en diferentes jornadas.

Talasnal – Casal Novo (circular)

Esta ruta parte desde Talasnal hasta Casal Novo y regresa al punto de inicio, formando un recorrido circular de aproximadamente dos horas. El camino es accesible y ameno, con un ascenso de 310 metros que recompensa al caminante con vistas panorámicas de la aldea y los bosques circundantes. Muy cerca del inicio se encuentra una pequeña cascada, rodeada de vegetación, que ofrece un punto perfecto para detenerse y disfrutar de la tranquilidad del entorno.

Talasnal – Castillo de Lousã (Castelo de Arouce)

La segunda ruta comienza en el ayuntamiento de Talasnal y conduce hasta el Castillo de Lousã. Apta para todos los niveles, su duración aproximada es de tres horas y media, con un ascenso de 450 metros. El castillo, de acceso libre y gratuito, se remonta al año 1080, en la época mozárabe de la península ibérica, cuando la región fue ocupada por el conde Sesnando Davides. Además de sus muros históricos, el castillo guarda la leyenda del tesoro del emir Aurence, que habría dejado un valioso botín a sus hijos antes de partir en busca de refuerzos contra las tropas cristianas.

Talasnal

Al descender por esta ruta, los caminantes llegan a la playa fluvial de Nossa Senhora da Piedade, un lugar ideal para refrescarse en el arroyo de São João. En sus alrededores hay una cafetería y un restaurante donde se pueden degustar platos tradicionales de la región. Muy cerca se encuentra el Santuário de Nossa Senhora da Piedade, un templo católico ligado al culto mariano del siglo XVI y centro de peregrinación durante la Fiesta Pequeña y la Fiesta Grande, celebradas en honor de la Senhora da Piedade.

Productos locales y gastronomía

No se puede visitar Talasnal sin probar la gastronomía típica de la Serra da Lousã. Los restaurantes del pueblo ofrecen platos elaborados con productos locales, como el cozido à portuguesa (un guiso de carnes y verduras), cabrito asado y quesos artesanales de la región. Los postres son igualmente atractivos, con especialidades como las broas de mel (panecillos de miel) y dulces tradicionales hechos con frutos secos de la zona.

Entre los dulces más recomendados se encuentran los 'talasnicos', pequeños pasteles elaborados por una familia de la aldea, que combinan castañas, miel, almendras, huevo, mantequilla, harina, canela y limón. Probarlos es casi un ritual para quienes visitan el pueblo. Además, los bares locales permiten degustar vinos de pequeñas bodegas de montaña.

Descubriendo más aldeas

Talasnal es también la puerta de entrada a otras aldeas de la Serra da Lousã. La Rota dos Serrano atraviesa Casal Novo, Vaqueirinho y Chiqueiro, mientras que la Rota das 4 Aldeias conecta Talasnal con Candal, Catarredor y Vaqueirinho. Cada recorrido ofrece paisajes de montaña, miradores, bosques y ríos.

Caminar por estas rutas es sumergirse en un mundo donde cada aldea tiene su propio encanto, donde la historia y la naturaleza se encuentran y donde el tiempo parece transcurrir más despacio.

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