Se llama playa del búnker y fue construido para prevenir un posible desembarco del bando aliado en la Segunda Guerra Mundial
Hay una serie de playas en la provincia de Cádiz que destacan, además de por su belleza, por la sensación que regala a los que las visitan de que siguen siendo salvajes y prácticamente vírgenes, que han resistido con dignidad al boom inmobiliario. Están situadas en una zona militar llamada Campo de adiestramiento del Retín, muy cerca del Estrecho de Gibraltar y en alguna de ellas, como la del búnker, se pueden observar construcciones levantadas después de la Guerra Civil.
La playa del búnker, de ahí su nombre o apodo, además de su arena fina y su fuerte oleaje, alberga una construcción levantada en torno a 1940 y cuyo objetivo era prevenir un posible desembarco del bando aliado en la Segunda Guerra Mundial.
En aquellos momentos, la situación estratégica de España, entre Europa y África, era una plaza muy deseada por las potencias aliadas. Aquel temor de verse invadida a través del mar por parte de tropas aliadas llevó al Ejército español a realizar un fuerte despliegue militar entre Málaga y Portugal, que llegó a dividirse en sectores y fortificaciones militares, incluyendo búnkeres desde los que vigilar la costa de posibles ataques.
Una “casa” de hormigón
La playa del búnker está concretamente situada entre las playas de los Alemanes y Atlanterra, en el término municipal de Tarifa. El acceso se logra a través de una escalinata y, al llegar a la arena fina y blanca, uno descubre el porqué del nombre de este trozo de costa.
Se trata de un vestigio de hormigón armado fácilmente identificable. De hecho, hasta parece una antigua y abandonada casa solitaria a unos pocos metros del mar, por el que no llegaron las temidas tropas que motivaron su construcción.
Una vez fotografiado el búnker y conocida la historia de su levantamiento, a quien pise por primera vez esta playa ya solo le queda disfrutar de sus aguas frías y cristalinas, del indescriptible sonido del oleaje que provoca el viento de Levante o decidir en qué lugar disfrutar del atún, otro de los grandes alicientes que ofrece la provincia andaluza.
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