La mezcla perfecta entre el kebab y la pizza calzone solo se puede probar en Túnez

Makloub

Adrián Roque

20 de septiembre de 2025 09:00 h

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Si piensas que lo has probado todo en gastronomía, espera a conocer el afamadísimo -al menos en las ciudades tunecinas- Makloub, un manjar donde la tradición culinaria se transforma en una experiencia sorprendente. Más allá de sus playas de arena blanca y aguas cristalinas, Túnez esconde un plato que combina lo mejor del kebab y la pizza calzone -quizá, quién sabe, por su cercanía al país de la bota-, ofreciendo una explosión de sabores que no encontrarás en ningún otro lugar del mundo.

Makloub y su cocina con historia

El Makloub refleja la riqueza cultural de Túnez: influencias árabes, mediterráneas y africanas se mezclan en este plato que es a la vez sencillo y sofisticado. Este híbrido entre kebab tunecino y calzone italiana se elabora con masa de pizza -tirando a una especie de masa de pan-, carne especiada de pollo o ternera, verduras en crudité -como en los clásicos kebab: lechuga, tomate, cebolla, zanahoria, pepino y encurtidos- y sus salsas tradicionales -que van desde una salsa típica hecha a base de zanahoria, dulce y suave; hasta la ardiente harissa triturada-.

Todo ello es horneado hasta lograr un equilibrio perfecto entre jugosidad y textura crujiente. Comerlo es viajar por la historia del país, desde los aromas de especias traídas desde el norte de África hasta los sabores que recuerdan a la cocina mediterránea.

Probar este kebab-calzone no es solo una experiencia gastronómica: es un recorrido sensorial. Cada bocado combina la intensidad de la carne especiada con la suavidad de la masa, y los ingredientes frescos del mercado local hacen que el sabor sea auténtico y único. Comerlo entre la medina de la capital permite además disfrutar del ambiente del pueblo: mercados con frutas y especias, aromas que se mezclan con la brisa marina y la calidez de la comunidad local.

Más que un plato: una experiencia tunecina completa

El Makloub no solo se disfruta a través de la comida callejera. También los restaurantes más sofisticados lo venden -más caros que los escasos 5TND que cuestan en la calle, 2€ al cambio-. Tras un paseo por la costa o un recorrido por los monumentos históricos, probar el kebab-calzone se convierte en el broche de oro de la jornada. Además, los locales recomiendan acompañarlo con un té de menta o un zumo natural tradicional de limón amargo -pues en Túnez usan la parte blanca de la cáscara dsta fruta- con menta, potenciando la experiencia gastronómica y cultural.

En definitiva, si viajas a Túnez y quieres vivir algo realmente diferente, el makloub es un destino que combina historia, sabores italo-tunecinos y cultura. Un plato que redefine los límites de la cocina tradicional. Esta mezcla entre kebab y calzone no solo sacia el apetito, sino que deja una huella imborrable en quienes buscan experiencias culinarias auténticas.

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