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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

De plantación en plantación, un viaje por el mejor café de Centroamérica

Un viaje por los países productores de los mejores cafés del mundo.

Roberto Ruiz

El café levanta pasiones. Y si es bueno, es capaz de convertirse incluso en todo un atractivo turístico. Eso es exactamente lo que sucede en Centroamérica, donde la histórica calidad de su café es capaz de ofrecer un importante aliciente a los amantes de este oro negro líquido que mueve el mundo tras apagar cada mañana el despertador.

Centroamérica lo tiene todo para ser un excelente productor de café y países como Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica están ahí para demostrarlo. Cuentan con unas condiciones geográficas ideales, con suelos fértiles y climas tropicales, donde los cafetos encuentran su lugar para desarrollarse y ofrecer sus mejores frutos. Pero aquí el café va mucho más allá del sabor y sus matices. Aquí el café es una cultura, un producto ancestral que se siente muy dentro, y que se cuida con esmero para que siempre ofrezca una calidad y unos aromas difíciles de superar. 

Si te gusta el café y visitas Guatemala, Honduras, Nicaragua o Costa Rica estás de suerte. Porque en cualquiera de estos países centroamericanos tendrás la oportunidad de visitar plantaciones en las que conocer en primera persona cómo es el proceso que hay detrás de ese aroma capaz de mover montañas. Y ya que estás, dejarte llevar por alguna que otra cata para que tus papilas hagan el resto.

Guatemala, un café de altura

Si la geografía define el carácter de un café, en Guatemala lo que encontrarás es un café de altura. No solo por su calidad, sino porque sus montañas y volcanes son los responsables de sus sabores. Hablamos de plantaciones que crecen como mínimo a 1.500 metros de altitud, sobre suelos fértiles y ricos en nutrientes, bañados por un clima tropical de intensos periodos de lluvias. Eso hace que el café guatemalteco se distinga por su personalidad y su reconocimiento mundial. Algo que se cuida con mimo a lo largo de todo el proceso de producción mediante técnicas artesanales que garantizan sus matices más auténticos. Para defender el valor del café guatemalteco Anacafé, la Asociación Nacional del Café de Guatemala, representa al sector caficultor del país.

Además de visitar alguna de las plantaciones de Guatemala tu viaje no estaría completo si no dedicas parte de tu tiempo a conocer el Museo del Café de Antigua Guatemala. En él verás maquinaria de principio de siglo, antiguos molinos de distintas partes del mundo y un gran número de recursos para conocer la plantación y creación del café de Guatemala, donde por supuesto se incluye la cata de café de variedades Bourbon y Caturra, las más típicas del país. 

Honduras, en la variedad está el gusto

Honduras es el principal productor de café de toda Centroamérica y en ello se implican hasta seis de sus regiones. El café hondureño tiene fama mundial por lo que merecerá la pena dedicar un buen tiempo de tu viaje si de verdad quieres conocer de primera mano uno de los mejores cafés del mundo. Copán con sus montañas es la región que sobresale en calidad y prestigio. Su café se caracteriza por mantener un aroma dulce y afrutado, con matices de caramelo y cacao. Su fama está más que corroborada gracias a la denominación de su etiquetado como HWC, Cafés del Occidente Hondureño. Los granos más selectos del país se merecen eso y más, así como una organización que defienda sus valores, el IHCAFE, el Instituto Hondureño del Café.

Los expertos catadores de café no se pueden saltar Montecillos, una región de café fino y gourmet, donde los sabores cítricos obtenidos son gracias a la altitud del terreno. En Opalaca, una región montañosa y silvestre, el café es ácido y afrutado, mientras que Paraíso, con temperaturas más elevadas, es productora de un café más dulce, suave y acaramelado. En Agalta los sabores mezclan cacao y frutas, mientras que Comayagua se distingue con un café exótico y ácido, resultado de los intensos periodos de lluvias de la región. Con tanta variedad tienes fácil encontrar una visita a una finca de café que se adapte a los gustos de tu paladar. 

Nicaragua y sus cafés aromatizados

Nicaragua es un país para recorrer tranquilamente de costa a costa, subiendo a sus volcanes y navegando por el lago Cocibolca para no perderse la isla de Ometepe. Para adentrarse en la espesura de la Reserva Biológica Indio Maíz y volar hasta la paradisiaca Corn Island, pero siempre dejando un hueco para conocer de cerca su café. En un país donde las lluvias son abundantes se consigue un grano que se caracteriza por sus altas dosis de cafeína, su sabor cítrico y floral, con matices dulces y de diversas variedades.  

El café en Nicaragua se cultiva a la sombra, generalmente bajo árboles de cacao, laurel o bananos, y la tipología más producida es la Bourbon. Es un café al que en muchas ocasiones se le añade sabores, como por ejemplo vainilla, chocolate o frutas. Aunque otras variedades, como el Maragogype, mantiene un sabor de mayor acidez y carácter al tratarse sus grandes granos de forma artesanal. Una ruta cafetera por Nicaragua te llevará por los departamentos de Estelí, Jinotega, Madriz, Matagalpa y Nueva Segovia, mientras que el Museo Nacional del Café de Matagalpa te mostrará un buen repaso a la historia y el presente cafetero del país.

Costa Rica, poco pero excelente

Costa Rica es el mayor productor de piñas del mundo, pero la exuberancia natural del país tico le permite ser también un referente en el mundo del café. Los atractivos turísticos de Costa Rica son innumerables, cuenta con espectaculares Parques Nacionales repletos de biodiversidad y volcanes que quitan el hipo, pero los amantes de ese oro negro líquido también encontrarán su lugar. No es difícil dar con plantaciones que ofrecen visitas guiadas para conocer cómo se lleva a cabo el cultivo del café.

Costa Rica es un país que produce poco café pero de muy alta calidad, y para defenderlo ahí está el ICAFE, el Instituto del Café de Costa Rica. Se producen numerosas variedades 100% arábica y parte de su cultivo se lleva a cabo sobre ricos suelos volcánicos, lo que unido al clima tropical del país permite obtener un sabor poco ácido y penetrante. Con la máxima de que ‘en tarro pequeño está la buena confitura’ por bandera, Costa Rica centra sus esfuerzos en conseguir la excelencia de su café, aunque eso suponga producir pocas cantidades.

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