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Una artista plástica pone caras de animales a las imágenes de la Semana Santa sevillana

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Raúl Solís Galván

Vírgenes con cara de lagarta, leona, perra, borriquita o gata, un cristo barroco con más pinta de Drag-Queen que de ser divino o un nazareno con un dedito vibrador como capirote es la irreverente y sugerente manera que Alejandra Martínez tiene de representar la pasión de Cristo en una ciudad donde la Semana Santa es una manifestación de masas que, en muchos casos, traspasa lo religioso.

“Con esta exposición, he querido expresar mi sentir ante el arte sacro que invade mi ciudad y que, como la peste, ha ido extendiéndose a lo largo de su historia por el espacio público y político”, expresa la autora de la exposición de collages 'Imaginería Animal'.

Alejandra Martínez critica abiertamente en esta muestra, elaborada con materiales reciclados, la “estética del sufrimiento, el sacrificio y la virginidad que reprime la libertad íntima, emocional e individual de todos nosotros, especialmente de las mujeres”.

“Los muñequitos con caras de animales ganan en simpatía y ternura, algo de lo que carecen las imágenes originales”, dice esta artista sevillana que, además de collage y pintura, ha publicado hasta el momento tres poemario, invadidos, como toda su creación artística, de feminismo, humor, defensa del laicismo y ética de la alegría frente al sufrimiento que propagan las religiones.

Canto a la libertad de expresión

La exposición, compuesta de 15 obras y elaborada por materiales reciclados, es una revisión de la idiosincrasia sevillana en plena Cuaresma, una transgresión arriesgada en una ciudad en la que no sería la primera vez que una creación artística, considerada por el mundo cofrade como poco acorde a los valores católicos y de respeto a la Semana Santa, es señalada con el dedo apuntador del alma más conservadora de Sevilla.

“Si todos somos Charlie Hebdo, también tenemos derecho a revisar nuestro imaginario, siempre en clave de humor”, recuerda la artista, quien sabe que su obra puede ser vista como un ataque a los sentimientos religiosos por las cofradías y la Sevilla más tradicional, a lo que ella responde desde ya: “Yo también siento que ofenden mis sentimientos no religiosos y no pido que prohíban o censures sus manifestaciones. Esto se llama democracia”, apunta rotunda.

Alejandra Martínez, nacida en Sevilla en 1974, compagina su actividad artística con su trabajo de educadora social en la ONG Adhara, asociación que trabaja en el ámbito de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS). Ha publicado varios poemarios, entre ellos, 'Vertiginosamente' y 'Como rompe a hervir un huevo'.

Toda su obra está impregnada de su compromiso social, su reivindicación de la alegría, el feminismo y el rechazo a los dogmas eclesiales que, a través de la culpa, el pecado, el sufrimiento y la flagelación, “vampirizan la libertad de los seres humanos”.

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