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Luis Yáñez: “Andalucía debe participar en los grandes debates europeos”

El socialista Luis Yáñez, en un reciente debate en la sede del Parlamento Europeo.

Javier Ramajo

A Luis Yáñez le quedan 30 días para cumplir 71 años. Este próximo junio haría diez como eurodiputado, aunque hace ya unos meses anunció que no repetiría. El fin de su dilatada trayectoria coincide en el tiempo con el relevo generacional en los líderes de PP y PSOE a nivel autonómico, ambos nacidos en los 70. Esta circunstancia, su experiencia como jefe de campaña de Josep Borrell en las primarias del PSOE en 1998 y su posición de andaluz en el exterior le sitúan como obligado referente a la hora de analizar el devenir de la política en la sociedad actual y el papel de Andalucía con respecto a Europa y el mundo. El de Coria del Río (Sevilla), actualmente presidente la Delegación para las Relaciones con los Países de Mercosur en el Parlamento Europeo, atiende a eldiario.es/andalucia vía telefónica desde Estrasburgo.

¿Se ha cansado ya de la política o entiende que tocaba dejar paso?

No es que estuviera cansado pero creo que ya está bien. He cumplido un ciclo suficiente. Aunque es muy interesante e importante trabajar a nivel europeo también es muy complicado desde el punto de vista logístico, alejado de la familia, viajando continuamente... Ya creo que con haber estado dos legislaturas he cumplido de sobra.

¿Y ahora qué vendrá?

No viene nada en particular. Yo ya tengo una edad de jubilación. Me voy a jubilar, voy a cobrar mi pensión y a vivir de eso. ¿Quiere eso decir que no haga nada? No, haré cosas, pero no remuneradas, no en un cargo parlamentario o institucional, sino colaborar con el partido y con las ONG de las que soy socio en trabajos puntuales o informes o en algún viaje, aunque no quisiera viajar en los próximos años tanto como he viajado en los anteriores. No hay una cosa concreta que vaya a hacer. Voy a dedicar más tiempo a mi familia, que está creciendo. Tengo ahora dos nietos. El plan es un poco indeterminado pero tengo las ideas claras sobre lo que quiero hacer y, sobre todo, lo que no quiero hacer.

¿Le ha intentado convencer alguien de que siga dedicándose a la política?

Yo he creído siempre en toda mi vida en los procesos de renovación, de cambio generacional. Hay gente que te quiere halagar y te dice que es que nuestra generación es muy importante, que tiene que estar, etc. Pero ninguna generación es imprescindible por razones puramente lógicas. Todas las generaciones pasan, todos vivimos, envejecemos y desaparecemos. Y el mundo continúa. No es normal, a mi juicio, seguir a determinada edad. Se tienen menos facultades físicas y menos facultades intelectuales con 70 que con 40. Eso es de cajón y no me puedo engañar yo en el solitario.

En Andalucía, la nueva líder del PSOE y presidenta de la Junta precisamente cumplirá este año los 40.

Para nosotros ha sido una grata sorpresa, y lo digo sinceramente, la aparición de una estrella en el firmamento como es Susana Díaz. Yo la conozco desde que era pequeña, conozco a su padre y a su abuelo, ambos socialistas, obreros y trabajadores, por lo se ha formado en un ambiente muy socialista. Confieso, quizás porque no me había puesto a pensar, que no lo había pronosticado. En estos casos hay mucha gente que dice 'yo ya lo decía'. Yo no había pronosticado que Susana Díaz emergiera como dirigente del PSOE de Andalucía. Y además que lo hiciera tan bien. Desde el primer día no ha cometido errores ni en su discurso ni en su presencia ni en su agenda.

Y el recientemente nombrado presidente del PP-A, Juan Manuel Moreno Bonilla, ¿qué le parece?

A Moreno Bonilla le conozco menos, sólo de vista. Pero aparte del respeto a la persona yo creo que el PP ha imitado lo que ha hecho el PSOE. Y en política hay una cosa que se cumple casi al cien por cien: las cosas que se copian no funcionan. La gente prefiere el original. No tenían por qué, desde el punto de vista de la eficiencia política, buscar un mismo modelo. Pero bueno, ahí está, vamos a ver cómo funciona esa competencia. Tienen cosas en común, que son de la misma generación y que traen, sobre todo, nuevos modos de hacer.

Usted fue director de la oficina de Josep Borrell en las primarias del PSOE de 1998 donde se midió a Joaquín Almunia, actual vicepresidente de la Comisión Europea ¿cómo cree que se deben afrontar estos relevos, en este caso generacionales, en los partidos políticos?

Soy absolutamente partidario de las primarias. La experiencia de las primarias competitivas entre Borrell y Almunia fue un ejemplo, también para los que lo vivimos además desde dentro, intensamente. Borrell salía como perdedor como una especie de sparring frente al entonces secretario general. Y luego no solo ganó sino que lo hizo con una amplia mayoría. Aquello interesó no solo a los militantes socialistas sino al conjunto de la sociedad. Se demostró que nadie debe decidir con el dedo quién debe ser el candidato de un partido político a la Presidencia del Gobierno.

Eso mismo deben pensar las más de 50.000 personas no afiliadas a su partido que participaron en las primarias abiertas celebradas este pasado fin de semana en Valencia, ¿no?

Todavía son pocas, pero ya es el triple de los militantes que el PSOE tiene en la Comunidad Valenciana. Eso fortalece, legitima y da fuerza a quien es elegido y da respeto al partido que lo hace.

Entonces, ¿cómo definiría el proceso de primarias que elevó a Susana el pasado julio como única candidata a la Junta, antes de convertirse en presidenta tras la salidad de Griñán?

Creo, y lo digo por mi propio partido, aunque mucho más en el PP, que hay miedo a la libertad, miedo a la competencia, miedo a qué va a salir de esa urna. De las urnas nunca va a salir nada malo. La gente no es tonta, la gente va a votar al que cree que es mejor. No hay que tenerle miedo a las urnas. Si Susana se hubiera enfrentado con otros candidatos que en aquel momento surgieron pero que no encontraron avales suficientes hubiera sido mucho mayor el impacto, que ya ha sido grande. No fue su culpa pero deberían haber facilitado las firmas para que se presentaran otros candidatos. No me vale eso de las primarias con un solo candidato porque los demás, por razones burocráticas, no han podido llegar al día del voto.

Le pregunto ahora como eurodiputado ¿Cuál es la posición de Andalucía respecto a Europa?

Andalucía, en primer lugar, es una región muy conocida y muy respetada en Europa, lo que no es el caso de otras muchas de otros países distintos. Andalucía, que se ha beneficiado por su nivel de desarrollo de los fondos europeos durante 30 años, ahora se está preparando, y tiene que hacerlo con inteligencia, para una nueva situación en la que ya no será Objetivo 1 pero sí puede beneficiarse de fondos relacionados con I+D+I. Ese es el futuro. Luego están los temas clásicos, básicamente el turismo y la agricultura y la pesca, que deben seguir estando muy cuidados por los responsables políticos, los empresarios y los sindicatos. En ese terreno estamos muy bien pero tenemos que cuidar la calidad de la oferta, en el caso turístico, y la calidad de nuestra industria pesquera y agroindustria.

¿Cuál es el papel que ha de jugar Andalucía en Europa?

Andalucía no debe ceñirse ni limitarse a mirar a Europa como algo de lo que recibe sino también como aportadora, como oferente. Debe participar en los grandes debates europeos como el de la banca europea que se está generando, los debates sobre el Banco Central Europeo, e incluso en los que ahora se están planteando como el de Ucrania y Crimea, es decir, el tema de la integridad territorial. Andalucía no es un territorio menor en los grandes debates. Tiene nueve millones de habitantes. Tiene que participar y emitir su opinión, en los citados debates y otros muchos.

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