El PSOE cambia su criterio con los pactos y bloquea la moción de censura en La Laguna

Patricia Hernández, en la campaña electoral de 2015.

Carlos Sosa

Las Palmas de Gran Canaria —

Se desvanecen las posibilidades de que prospere una moción de censura en la ciudad de La Laguna tras el cambio de criterio del Partido Socialista Canario, que ha dejado en manos de la gestora local cualquier decisión al respecto. Así lo confirmó este martes a Canarias Ahora Marian Franquet, miembro de la gestora regional de los socialistas canarios, que aseguró que no se va a imponer a sus concejales que firmen la moción de censura que han propuesto tres fuerzas de la oposición y dos de los cinco ediles del PSOE.

La posición de la dirección regional del PSOE es diametralmente opuesta a la que sostenía hace poco más de un año. Efectivamente, en diciembre de 2015 el secretario de Organización, Julio Cruz, envió una carta a todos los concejales y a la agrupación local de La Laguna advirtiendo severamente de que “cualquier decisión en relación con los pactos es competencia de la Ejecutiva Federal y de esta dirección regional” y de que “cualquier militante del partido tiene que seguir lo acordado por los órganos competentes en relación con los acuerdos de gobierno”.

En aplicación de esa doctrina y salvo que los estatutos del PSOE hayan cambiado, cosa que no ha ocurrido, bastaría una orden de la actual gestora regional socialista para que se ejecutara una moción de censura contra el alcalde de La Laguna, el nacionalista José Alberto Díaz, que gobierna en franca minoría.

Sin embargo, la posición que sostiene la actual dirección regional es “escuchar lo que tiene que decir la gestora de La Laguna”, impuesta por la ultima Ejecutiva Federal de Pedro Sánchez al ser depurado el secretario regional y cabeza de lista del PSOE en las elecciones de mayo de 2015, Javier Abreu, considerado por todas las fuerzas consultadas el verdadero obstáculo para una acción así.

Ni la gestora ni su verdadera líder, Patricia Hernández, quieren dar el menor margen de maniobra a Javier Abreu, que vive en estos momentos una situación política verdaderamente peculiar: concejal del PSOE en la oposición, a pesar de que su partido cogobierna con Coalición Canaria en la ciudad de La Laguna. Le acompaña en ese calvario otro concejal,  Yeray Rodríguez, mientras que en el bando del gobierno se alinean la actual presidenta de la gestora local, Mónica Martín, así como los concejales María José Castañeda y Zebenzuí González.

Abreu y Rodríguez están dispuestos a prestar su apoyo a la moción de censura, pero la decisión está bloqueada porque la gestora local y las dos concejalas, Mónica Martín y María José Castañeda, se niegan a romper el acuerdo con el alcalde nacionalista. La gestora regional parece apoyarlas en esta posición.

A pesar de que Javier Abreu ha asegurado no tener interés en disputar a Patricia Hernández la secretaría general en el inminente congreso regional de los socialistas canarios, el veto que pesa sobre él impide el cambio político en La Laguna.

Otro obstáculo no confesado aún por ninguna de las partes es la posibilidad de que el alcalde que sea propuesto por los censurantes sea Santiago Pérez, el portavoz de X Tenerife, veterano político que se despidió del PSOE tras décadas de militancia y de relevantes cargos públicos y orgánicos. La presidenta de la gestora socialista en La Laguna, Mónica Martín, mantiene con él una insalvable enemistad por haber sido Pérez quien durante su etapa de secretario general del PSOE en Tenerife depurara al padre de aquella, José Luis Martín, a la sazón concejal en Santa Cruz de Tenerife cuando se votó y se aprobó con los votos socialistas el convenio de Las Teresitas que desembocó en el pelotazo del mismo nombre. Martín llegó a estar imputado por cohecho en aquella causa, un delito que misteriosamente luego fue retirado por la jueza instructora de todos los investigados a los que se lo atribuyó. Santiago Pérez, para colmo, fue el autor de la denuncia de ese escándalo, que tramitó ante la justicia el colectivo Ínsula Viable.

También parece existir entre los integrantes de la gestora regional cierto temor a que, en respuesta a una posible censura en La Laguna, pueda responder Coalición Canaria expulsando a los socialistas de otros gobiernos locales, o incluso insulares. Actualmente el PSOE preside el Cabildo de La Palma apoyado por Coalición Canaria y forma parte de los gobiernos de Lanzarote y Fuerteventura, donde los respectivos presidentes son nacionalistas.

No habrá censura regional, de momento

Mientras el PSOE se aclara en La Laguna, en el Parlamento de Canarias las cosas pintan de otro color. La visita girada esta semana a las islas por el portavoz de la gestora federal del PSOE, Mario Jiménez, solo ha servido para confirmar el interés socialista en que las cosas cambien en Canarias. Pero los números no salen de momento, a la espera, enfatizan, de lo que decida el Partido Popular.

Nadie da en estos momentos un céntimo porque Génova autorice a Asier Antona hacer presidenta de Canarias a un o una socialista, y mucho menos quedando fuera del Gobierno. Del mismo modo que hay que descartar por completo que Podemos (por poner solo un ejemplo) vaya a apoyar una moción que suponga que el PP forme parte de un Ejecutivo autonómico.

Así las cosas, Jiménez se reunió este martes con el socio de referencia del PSOE en las islas, Nueva Canarias, cuyo presidente, Román Rodríguez, ratificó que el nuevo escenario permite mucho margen de maniobra a las fuerzas de la oposición. El PSOE, Nueva Canarias, Podemos e incluso el Partido Popular “podemos encontrar puntos de encuentro” en los que ponerse de acuerdo. E incluso “marcar la agenda” al Gobierno de Fernando Clavijo en asuntos como la sanidad y la situación creada tras la incorporación de un consejero procedente del sector privado; o liderar en las Cortes Generales la reforma del Estatuto de Autonomía incluyendo una reforma electoral que no estará ahora condicionada por los pactos que Coalición Canaria mantenga en el Archipiélago.

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