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Ester Quintana: “Que Felip Puig me mire y me diga que no hubo cargas”

Ester Quintana, en un instante del vídeo (cc 15mbcntv)

Lluïsa Farré

Barcelona —

Ester Quintana, la mujer que perdió un ojo por un impacto durante los altercados con la policía en la manifestación del 14N, ha hecho sus primeras declaraciones a un equipo de 15mbcntv. Quintana, de 42 años, sostiene que su lesión es producto del lanzamiento de un proyectil por parte de los Mossos d'Esquadra, denuncia que la Administración catalana niegue los hechos y no se haya interesado por su caso, y lamenta el trato recibido en el Hospital de Sant Pau durante su ingreso en el centro.

“El señor Felip Puig dijo que no se dispararon proyectiles, pues no sé con qué me dieron a mí, si una bala de goma u otra carga, pero fue, seguro, un mosso d'Esquadra con un proyectil”, asegura Quintana en el vídeo. Y se pregunta: “Si él [Puig] no dio la orden, ¿quién la dio? Yo lo vi. ¿Por qué dice que no hubo cargas policiales? Podría venir, verme a mí y contarme que no había policía y que no cargaron”.

La mujer, muy afectada, detalla cómo se sucedieron los hechos el día de la agresión. “Yo soy una persona pacífica y no muy valiente, no habría ido a un lugar donde hubiera gente provocando o donde yo pudiera recibir. Nos rodearon los mossos y la gente, claro, empezó a correr. Tal y como actuaron [la policía], es lo que querían, que la gente se fuera”.

Quintana recibió la agresión sobre las 21.00 horas, cuando la manifestación tras la jornada de huelga general se disolvía. “Fui a la manifestación con unos amigos y queríamos salir por abajo, por Plaça de Catalunya, pero estaba cortado. Entonces intentamos ir hacia arriba, pero los mossos cortaron también el paso por Gran Vía con los furgones, no había ningún otro lugar donde ir sino era dirección a la calle Casp, y eso hice con cinco o seis amigos, pero nos dispersamos. Yo estaba con Lluís [Cabot, uno de los amigos de Ester], me giré para no perdernos y entonces vi a los policías y noté el impacto en la cara”, detalla. “Le dije a Lluís 'me han tocado', y noté un dolor indescriptible. Le dije 'no tengo ojo'. Sabía que me habían dado muy fuerte. Me dolía toda la parte izquierda de la cara, pedía hielo y una ambulancia. Apareció un agente de la Guardia Urbana, me preguntó si me dolía, él llamó a la ambulancia y no venía, decían que no la dejaban pasar. El guardia me llevó a su coche, desde allí llamó a la ambulancia de nuevo y le decían que no la dejaban pasar”.

Quintana fue ingresada en urgencias en el Hospital de Sant Pau y operada por explosión del globo ocular y fractura del suelo orbital. “Me desperté en el box, donde estaba mi familia, me habían reconstruido el globo ocular. Tengo todos los huesos del pómulo rotos. El nervio óptico lo tengo seccionado y me dijeron que me tendrían que hacer una segunda intervención para ponerme una placa, no estaban seguros de qué me harían”.

Confirma que, finalmente, además de perder la vista, también precisará una prótesis: “Primero me dijeron que había perdido la visión y que no la recuperaría jamás. El nervio seccionado hace que no tenga sensibilidad. No puedo comer bien ni tan siquiera bostezar. Tenía la esperanza de conservar el ojo y salir adelante, pero el médico me ha dicho que no, que el ojo se tiene que quitar”.

Después de estar cinco días en el hospital, desde el entorno de la mujer sospechan que el centro recibió presiones para echarlos. “Esto me pasó el día 14, el día 19 la oftalmóloga me dijo que debía irme a casa porque así lo decía el protocolo, le dije que yo no estaba para irme a casa y que mis padres ya son mayores. Me dijo que fuera al CAP a hacerme las curas, pero son cada 8 horas. Me las tiene que hacer mi madre y yo creo que no es la persona indicada para hacerlo. ¿No es lo suficientemente duro que a un hijo le pase esto? ”, lamenta. Y añade: “No me han ofrecido asistencia psicológica a pesar de que la he pedido. Insistí, pero no me la han facilitado, no sé si no la tienen o no entra en mi caso. Lo que me ha pasado no lo deseo a nadie”.

Por último, Quintana concluye: “Nadie de la Administración se ha interesado por mi estado de salud ni por qué ha pasado. No sé si es el procedimiento normal, pero no es humanitario. Necesitamos apoyo y alguien de la Administración podría haber respondido. Dicen que no cargaban, pero sí lo hicieron, yo lo vi y tengo la prueba en mí misma de que lo hicieron. Este estado de represión y violencia no nos lleva a ninguna parte y también he oído al señor Mas justificando esta represión”.

Los abogados de la mujer ya han denunciado los hechos y esperan que el juez responda al requerimiento urgente de pruebas para presentar una querella criminal contra los mossos.

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