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24 horas rodando en circuito con los híbridos de Toyota

Las 24 Horas Híbridas de Toyota se celebraron en el Circuito de Albacete

E. D.

Ya van tres ediciones de las 24 Horas Híbridas de Toyota, con los que la marca quiere emular las carreras de resistencia más emblemáticas del calendario mundial; en la memoria de todos, claro está, las 24 Horas de Le Mans, que este año 2016 dejaron al fabricante japonés con la miel en los labios al perder en los últimos minutos una prueba que tenía ganada.

Al igual que los dos años anteriores, el objetivo de la 24 Horas Híbridas de Toyota fue dejar patente la capacidad de los híbridos de conjugar el placer de conducción y la eficiencia de consumo, además de su economía de uso y fiabilidad a través de una competición que un año más se celebró en el Circuito de Albacete.

Eso sí, esta edición hubo diferencias. La primera, y más importante, es que en pista había no uno, sino seis modelos distintos. Todos los híbridos que vende en estos momentos Toyota en España: Yaris, Auris, Auris familiar, Prius, Prius+ y RAV4 (faltaba el C-HR que está comenzando su comercialización).

Los seis equipos, compuestos por periodistas especializados en información del motor y un seguidor de la marca en redes sociales, tenían que conducir todos los vehículos, por lo que la carrera se dividió en seis bloques, conduciendo cada equipo cuatro horas cada coche. Por lo tanto, la otra particularidad de este año es que la carrera se detenía 20 minutos entre coche y coche, empleándose para cambiar los neumáticos delanteros (del proveedor Kumho Tyres) y repostar los tanques.

Te recuerdo que la tecnología híbrida de Toyota es no enchufable, está basada en un motor de combustión interna (de distinta cilindrada según el modelo), un motor eléctrico, un cambio automático de variador continuo (CVT) y unas baterías de níquel que se recargan en fases de frenada y desaceleración. Con este esquema, los consumos homologados oscilan entre los 3,3 litros a los 100 kilómetros del pionero Prius y los 4,8 del todocamino RAV4.

Con esta carta de presentación, los Toyota híbridos tenían que equilibrar su teórica eficiencia con su rendimiento dinámico… en circuito. Para ello, la organización puso dos cortapisas básicas: un tiempo por vuelta entre los 2 minutos 30 segundos y 3:10 y no bajar de los 50 km/h. Para enredarlo todo un poco más, la media de consumo tenía una importancia del 65% en la clasificación final, por el 35% de número de vueltas dadas.

Después de las penalizaciones correspondientes -incluidas dos descalificaciones- la carrera no se dirimió en la pista, sino en boxes, donde la dirección de carrera tuvo que aplicar el reglamento del que salía el vencedor. Finalmente, el equipo ganador consiguió un consumo medio ponderado de los seis modelos híbridos de sólo 5,23 l/100 km y 418 vueltas completadas, una vez descontadas las penalizaciones.

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