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Internet, la antesala de las relaciones violentas

El ciberbullying es una lacra muy extendida por la red.

Alicia Díaz

Zygmunt Bauman decía en “ Amor líquido” que cuanto más atención y esfuerzos de aprendizaje consume la proximidad del tipo virtual, menos tiempo se dedica a la adquisición y ejercicio de las habilidades que la proximidad no-virtual requiere. “Estar conectado” es más simple que “Estar relacionado”, pero también bastante menos provechoso en la construcción de vínculos y su conservación.

Los datos en la edad adolescente son muy preocupantes, las investigaciones de la última década revelan que, con mayor frecuencia, el maltrato está presente en el noviazgo entre adolescentes y jóvenes. En concreto, nueve de cada diez jóvenes admiten haber ejercido violencia psicológica sobre sus parejas.

Lo que no dicen estas cifras es el tipo de insultos que utilizan, las humillaciones en privado y en público, el control del móvil ajeno y en las redes sociales.

Normalizar esa situación y creer que los insultos, celos, control, etc... son actos de amor, conlleva a relaciones desiguales y tóxicas.

La revolución tecnológica ha conseguido que el espacio virtual forme parte de nuestro presente en el que las generaciones jóvenes se socializan creciendo en estos espacios desde hace varios años. Internet se ha convertido en el primer medio que los jóvenes utilizan para consultar un problema personal, comunicarse con sus amistades, encontrar pareja, e incluso, es el primer medio que se usa nada más despertar. Si nos fijamos en un grupo de jóvenes reunidos en el parque, durante una excursión o mientras viajan en el transporte público, observaremos que siempre están conectados.

Algunos informes recientes cifran en un 95% la magnitud de jóvenes que utilizan Internet con asiduidad y un 83% las redes sociales, siendo los adolescentes los usuarios que más lo utilizan. Se puede afirmar que la juventud vive, siente y se comunica a través de lo virtual, en ese espacio cibernético que los arrastra en etapas de sus vidas donde los conceptos identitarios se forjan y se establecen criterios emocionales y afectivos.

Las TIC ( Tecnologías de la información y la Comunicación ) han cambiado la forma en que la juventud vive sus relaciones, comienzan a ser manifestaciones públicas , leídas e interpretadas por toda una comunidad ya acostumbrada a prejuzgar y a participar de manera activa. En el caso de las parejas se establecen criterios de lo que paso a llamar “ dominio invisible” a través de los sistemas de ubicación, horarios, control de conexión y notificaciones que la red asocia a los contactos o al número de teléfono, por lo que no es difícil saber los movimientos que pueda ejecutar la pareja.

Las imágenes, los medios de comunicación y la publicidad sexista (entre otros) influyen de manera notable a la reproducción de estereotipos tradicionales, aparece de manera más acentuada y en edades cada vez más temprana la hipersexualización, esta última más visible y preocupante en soportes como Instagram . Los efectos de la hipersexualización son terribles, repercuten en la autoestima y en la percepción falsa de que el éxito está relacionado con la imagen alterando el crecimiento durante la infancia con los agravios psicológicos que pueden sucederse.

El dominio invisible nos somete al control pese a que nos encontremos en una sociedad regida por el individualismo y, supuestamente más libre, se siguen conceptos que tienen que ver con la propiedad privada , donde los celos, el chantaje emocional, y el victimismo hacen caer en la dependencia emocional. La Red no puede suplir estas carencias, pero sí pueden servir como instrumento para fomentarlas o fortalecerlas. La falta de habilidades sociales, debido al sometimiento de las redes, nos aleja del diálogo, invita a refugiarnos en el mundo de lo virtual y a crear una vida imaginaria que merma nuestras capacidades de asociación y debate.

La revolución tecnológica, sin embargo, no ha traído con ella la evolución de las formas de concebir las relaciones que, en su mayoría, siguen cánones tradicionales sujetos a mitos relacionados con la búsqueda de la media naranja a través de un modelo de amor romántico que se niega a desaparecer ante la posibilidad, menos cómoda, de establecer otro prototipo relacional.

Las formas más comunes del acoso en la Red son las siguientes:

Bullying cibernético

Hoy en día está tomando mucho protagonismo el bullying cibernético, también conocido como ciberbullying o ciberacoso.

El objetivo es muy parecido al del bullying psicológico: aislar y humillar a la víctima mediante insultos, amenazas, chismes y falsos rumores. Lo que cambia es el canal, o mejor dichos los canales, pues para ejecutar el acoso y ridiculización de las víctimas, los hostigadores utilizan los teléfonos móviles, mensajes por SMS y Whatsapp, blogs y sobre todo las redes sociales como Facebook y Twitter.

Con el fin de acosar, amenazar y ridiculizar a la víctima escogida, se realizan acciones de todo tipo:

  • Envío reiterado de mensajes amenazantes, insultantes y vejatorios al teléfono móvil de la víctima mediante mensajes de SMS , Whatsapp o cualquier soporte de mensajería instantánea.
  • Acoso a través de las redes sociales.
  • Suplantación de la personalidad virtual: creación de falsos perfiles.
  • Subir a blogs y/o redes sociales fotos ridículas o tomadas en situaciones comprometidas sin permiso de la víctima.

Este tipo de acoso es especialmente dañino por la facilidad de propagación y difusión que tienen la Red y la dificultad añadida a la hora de eliminar el contenido malicioso.

Sexting

El sexting consiste en el envío de contenidos de tipo sexual (principalmente fotografías y/o vídeos) producidos generalmente por el propio remitente, a otras personas por medio de telefonía móvil. Se ha convertido en un fenómeno actual practicado por el 40% de la población encuestada. Aunque se manifiestan ciertas diferencias por sexo en la recepción y envío de mensajes de contenido sexual,el 65% está relacionado con la pornografía infantil, el 57% con el acoso en Internet y el 34% con el ciberbullying.

Gromoming

Es una serie de conductas y acciones deliberadamente emprendidas por un adulto con el objetivo de ganarse la amistad de un menor de edad, creando una conexión emocional con el mismo, con el fin de disminuir las inhibiciones del infante y poder abusar sexualmente de él. En algunos casos se puede buscar la introducción del menor al mundo de la prostitución infantil o la producción de material pornográfico. Se manifiesta de las siguientes formas:

  1. El adulto procede a elaborar lazos emocionales (de amistad) con el menor, simulando ser otro niño o niña.
  2. El adulto va obteniendo datos personales y de contacto del menor.
  3. Utilizando tácticas como la seducción, la provocación, el envío de imágenes de contenido pornográfico, consigue finalmente que el menor se desnude o realice actos de naturaleza sexual.
  4. Entonces se inicia el acoso, chantajeando a la víctima para obtener cada vez más material pornográfico o tener un encuentro físico con el menor para abusar sexualmente de él.

Cyberdating:

El cyberdating se da a través de páginas o herramientas destinadas a encuentros o citas a través de las redes. Son muchas las personas las que se han sentido acosadas a través de esta vía, ya que es una forma fácil de esconder la identidad real de quien acosa, o bien, producida tras la negativa de la otra parte a tener una cita real.

Además, muchas aplicaciones móvil dedicadas a encuentros en línea utilizan motores de búsqueda que indican a qué distancia se encuentra la víctima hasta el punto de que, en muchas de ellas, hacen llegar una alerta cuando la persona contactada ha pasado cerca o ha visitado un sitio próximo a su ubicación.

Las chicas son las víctimas del 70% de los casos de ciberacoso, un porcentaje diferente al acoso escolar en general, donde los afectados están más equilibrados por sexos, y el hostigamiento de los jóvenes que sufren “ciberbullying” es diario , así lo indica el “Estudio sobre `ciberbullying’ según los afectados”.

Debido a este fenómeno que va en aumento y al uso continuado de las tecnologías, es imprescindible la implicación por parte de familiares, docentes e instituciones públicas para adoptar un Protocolo de Actuación Unificado para toda España. Esta tarea no solo compete a las instituciones que, a través del Estado, deberá establecer fórmulas de prevención y medidas de protección para las víctimas , sino que, en el caso de menores , hay que exigir a padres, madres y tutores legales mayor implicación a través del control parental , restricciones, seguridad y labores de concienciación apoyado en el diálogo , explicándoles las posibles consecuencias incidiendo en la condena rotunda y el rechazo a este tipo de conductas acosadoras a través de cualquier medio posible. En definitiva, nos compete a todos erradicar este tipo de actuaciones violentas.

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