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Suspenden a última hora la deportación de un nigeriano gay que vive en Cáceres

Todo parecía indicar que en las próximas horas este ciudadano podría ser reportado a Nigeria en un avión junto a más compatriotas, pero finalmente las negociaciones lo han parado, por ahora

Jesús Conde

H.O. es nigeriano y reside con su pareja en Alcántara, una pequeña localidad de la provincia de Cáceres. Llevan años juntos, aunque no han logrado casarse por los antojos de la burocracia.

Tiene que entregar un papel que certifique su soltería, que se expide en su país, pero al mismo tiempo no puede salir de España porque está en situación irregular.

Son unas exigencias prosaicas que han retrasado todo el proceso. Este miércoles, con una oferta de trabajo, el arraigo sentimental de vivir en pareja en Alcántara y el respaldo incondicional de todo el pueblo, ordenaron su expulsión por no tener los papeles en regla. 

La historia es especialmente dura si se tiene en cuenta que se le habría enviado de vuelta a un país donde la pena de muerte sigue vigente para las personas homosexuales. En su entorno todos conocen su orientación sexual, lo que hace presagiar que será castigado.

Momentos de tensión

Tras pasar detenido toda la tarde noche en comisaría, podría haber sido deportado a Nigeria en un avión junto a más compatriotas, de no haber sido por la movilización social que logró que las Delegaciones del Gobierno de Extremadura y Madrid paralizaran la expulsión.

El vuelo de deportación partió hacia Nigeria en la mañana de este jueves. Las negociaciones permitieron 'in extremis' que H.O. no fuera uno de los pasajeros. Finalmente, ha sido puesto en libertad este jueves.

José María Núñez, presidente de Fundación Triángulo, explica que fue la delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, la que pidió al ministerio del Interior que paralizara la orden por “razones sobrevenidas”. Unas negociaciones en las que también ha sido clave la participación del presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, así como de la delegada del Gobierno en la región, Cristina Herrera.

“El Gobierno tiene que rectificar”

Ante estas circunstancias, Fundación Triángulo exigía al Ministerio del Interior que paralizara la orden de manera definitiva. Trabajaron muy duro para intentar frenar la orden, en coordinación con CEAR y la Asociación Extremeña en Defensa de los Derechos Humanos. La orden de deportación ha sido paralizada por ahora, aunque reclaman que sea definitiva.

Antes de la suspensión momentánea declaraban que “si no logramos que esta orden se paralice de manera definitiva puede ver en riesgo su vida, dado que en su país de origen la homosexualidad no solo es ilegal, sino que está penada con la muerte”, ha explicado el presidente de Fundación Triángulo.

Un país en el que la homofobia es muy fuerte

Triángulo solicita que por razones humanitarias se paralice la expulsión, a la que según explica se dio ayer carácter de urgencia de manera imprevista, sin razón o argumento alguno.

Fundación Triángulo advierte igualmente que Nigeria, además de mantener la pena capital para personas homosexuales, mantiene unos niveles de homofobia “alarmantes”.

Explica esta fundación que desde junio todo esto está en conocimiento de Cristina Herrera, actual Delegada del Gobierno de Extremadura, habiendo intercedido esta ante el consulado español en Lagos, para tratar de agilizar la expedición para el procedimiento abierto de arraigo. 

“Si esto no se ha producido es por la negación del consulado español de apostillar los documentos de Fe de Vida y Antecedentes Penales imprescindible para poder desarrollar los procedimientos, bien de arraigo o de matrimonio, a través de los cuales podríamos dar salida a esta situación”, critica Triángulo. 

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