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“Cualquier niña puede estudiar ciencias o tecnología; lo importante es no rendirse”

Marta Macho, durante la entrega del premio Emakunde. Foto: UPV

Eduardo Azumendi

La doctora en Matemáticas y profesora de la UPV/EHU, Marta Macho Stadler, acaba de recibir el Premio Emakunde a la Igualdad por su trayectoria científica orientada a divulgar y promover el conocimiento del área de ciencias entre las mujeres. En este terreno destaca la edición del blog Mujeres con ciencia, promovido por la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU, que aborda la temática género y ciencia visibilizando a mujeres científicas. Según Marcho, es preciso transmitir la idea de que cualquier niño o niña es capaz de hacer lo que quiera si se esfuerza y es consciente de que, a lo mejor, su velocidad es más lenta que la de otro, pero que terminará por alcanzarle. “Lo importante es no rendirse. La ciencia no es inalcanzable, la puede hacer cualquiera con ganas de trabajar”.

¿Cuál es el momento actual de la mujer en la ciencia?

Aunque hay más mujeres en las aulas siempre se esgrime el razonamiento de que hay tiempo para que se alcance la igualdad real, pero el tiempo ha pasado y las que hemos llegado no tenemos puestos de relevancia. Y luego queda un gran número de carreras que no tienen representación femenina. Las ingenierías, por ejemplo, tienen una falta de mujeres terrible y, sobre todo, las carreras de tecnología, las informáticas….

Pasan los años y nada parece cambiar en ese sentido.

Así es

¿Dónde está el problema?

Creo que es un problema de familias y también de la escuela. En esos ámbitos es donde se forman las personas, pero la responsable directa es la familia. Hace poco salió un estudio en el que un grupo de psicólogos habían analizado un grupo de niños y niñas entorno a los seis años. Les proponían juegos para personas inteligentes o juegos para personas trabajadoras. Y a partir de los seis años, ellas se decantan ya por juegos para trabajadoras no por juegos para inteligentes. Los especialistas comentan que hay que cazar a tiempo esos sesgos. Si con seis años las niñas ya piensan que no están dotadas para cosas de inteligentes y la ciencia, la tecnología y las ingenierías muchas veces están vinculadas con más imaginación, más inteligencia….al final lo que consigues es que ellas desde muy pequeñas piensen que ese tipo de carreras vinculadas a más inteligencia son para los varones.

Volvemos al origen: a los padres y madres.

Toda la sociedad influye. Si en tu casa se predica con el ejemplo, pero en la escuela nadie pone un ejemplo de una mujer que trabaje en la ciencia y los juegos para los niños son distintos que para las niñas…. Aunque el entorno familiar apoye, el entorno cercano puede que no.

A través de su blog al menos se visibilizan ejemplos para que las niñas comprueben que están tan capacitadas para la ciencia como los hombres.

Sí. Me consta que mucha gente de la enseñanza Secundaria utiliza los materiales del blog, pero ahora hay otro sistema que se está utilizando más y creo que es más eficaz: que las científicas vayan a la escuela a hacer talleres, a una jornada cultural o como se quiera llamar en la que una científica cuente en primera persona a los niños y a las niñas lo que supone la ciencia. Es importante que los niños también tengan modelos femeninos. Hay que emocionarles con la ciencia, pero a través de una persona real, que les explique el día a día de una científica. Es necesario contar con personas capaces de transmitir a los niños la pasión por la ciencia.

¿Puede ser que la falta de vocaciones científicas se deba a que niños y niñas ven a los científicos como personas dotadas de un extraordinario talento inaccesible para ellos?

Es posible que se esté perdiendo también la educación en el esfuerzo. Pero es verdad que parte del problema reside en vincular la ciencia al genio tocado por una barita mágica. Eso hace que mucha gente huya de la ciencia. Por eso es preciso transmitirles en primera persona que un científico es una persona normal. Las ideas geniales no surgen así como así. El momento de descubrimiento surge después de mucho trabajo.

Ha mencionado que se está perdiendo la educación en el esfuerzo. ¿Cree que los jóvenes eligen carreras sociales o de humanidades porque les resultan más cómodas sin plantearse nada más?

A lo mejor les parece que son carreras más sencillas. Creo que una carrera de letras bien llevada exige un gran esfuerzo de estudio. A mí a lo mejor me parece terrible hacer una carrera de derecho porque me parece que hay una parte memorística muy grande. Lo que hay que transmitir es que cualquier niño o niña es capaz de hacer cualquier cosa si se esfuerza y es consciente de que a lo mejor su velocidad es más lenta que la de otro, pero que terminará por alcanzarle. Lo importante es no rendirse. La ciencia no es inalcanzable, la puede hacer cualquiera con ganas de trabajar.

El mensaje, ¿especialmente para las mujeres?

Sí porque las mujeres somos las que más complejos tenemos. Me incluyo porque seguramente tenga alguno adquirido a pesar de que trabajo en este terreno...No puedo correr los 100 metros lisos como Usain Bolt, pero en materia de estudio con esfuerzo y con pasión se puede.

La educación ha crecido con el machismo como parte de la cultura de esta sociedad.

Hay que sembrar. A las niñas hay que animarlas y a los niños también hay que decirles que no hace falta que sean los grandes ganadores de la humanidad. A los chavales en ocasiones se les anima en exceso, al contrario que a las niñas. Hay muchos alumnos varones en la carrera de matemáticas a los que sus padres les presionaron para hacer ingenierías porque, en su opinión, se trata de carreras con más prestigio. Y son chavales que no quieren hacer una ingeniería, que quieren hacer matemáticas. Lo que pasa que en el reparto de presiones ellas son las que salen perdiendo.

Son esas presiones las que hay que quitarse de encima.

Es una labor del conjunto de la sociedad. En mi blog transmito que la ciencia no es cosa de hombres. Si lo entiende tu abuela, tu primo, tu tío, tu padre y tu maestro o maestra pues entre todos podrán conseguir que la educación, el día a día, los regalos de navidades, sean menos sexistas. Se trata de una labor compleja porque tiene que ver con mucha gente.

En su caso, ¿por qué se decidió por las ciencias?

En mi casa, todos los hermanos hemos cursado carreras de ciencias. En casa nos animaron a hacer lo que quisiéramos con trabajo y siendo serios.

¿Y en qué momento de su vida decide que tiene que promocionar las ciencias entre las mujeres?

Seguramente contribuyeron muchas circunstancias. Hice la tesis en Francia. El área del conocimiento donde yo trabajo que es geometría y topología dentro de las matemáticas está muy masculinizada. En ocasiones eres consciente de los sesgos de género y de las desigualdades cuando empiezas a ‘competir’ y a trabajar. Yo no soy competitiva, pero en ese ámbito con muy pocas mujeres y comportamientos muy competitivos te tiene que ver el jefe. En un momento dado me dije a mi misma: ‘no entiendo lo que está pasando aquí’. Me acuerdo de una vez que fuí a un congreso y había alrededor de 80 hombres. Llevaba dos años de tesis y al contar algo sentí vértigo. Había tres mujeres en el jurado y encima me trataron con condescendencia. Yo salí, conté mi historia y recuerdo que una persona levanto la mano para hacerme una pregunta y de repente hizo un gesto como que no merecía la pena preguntarme nada. Tal vez pensó que no era capaz de responderle porque soy mujer, porque me vio insegura, joven….Luego también está mi experiencia en cooperación al desarrollo en Nicaragua. Allí la situación de las mujeres es mucho pero que aquí porque se trata de una sociedad más machista. Una de mis alumnas me dijo que para ella era un modelo y no me lo podía creer. Tal vez esa fue la chispa.

En su clase, ¿hay más chicos o chicas?

Depende del curso. Las matemáticas no son especialmente una carrera masculinizada. Este año, por ejemplo, en un grupo de tercero tenía más chicas que chicos. Lo que sí es cierto es que los chicos hablan y preguntan más que las chicas en clase.

¿Por qué?

Tal vez por el miedo a hacer el ridículo. No obligo a nadie a que participe, pero lo cierto es que las dinámicas de los chicos es contestar a las preguntas sin pensárselo dos veces, sin ningún pudor. Eso puede llevar a los profesores a pensar que ellos son mejores que ellas, que se quedan en un segundo plano. Y tal vez se deba a que es el lugar al que les han relegado desde pequeñas. La familia y el entorno les han hecho creer que los varones son mejores.

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