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El sector del cine reclama un sistema estable y “alejado de los vaivenes políticos”

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Aitor Guenaga

El sector del cine en España vive un momento agridulce. Mientras algunas de las producciones cinematográficas se pelean por traer una estatuilla de EE UU -Loreak, la película vasca dirigida por Jose Mari Goenaga y Jon Garaño, representará a España a la carrera de los Oscars-, los productores y sus asociaciones esperan ansiosos a poder pinchar en el Boletín Oficial del Estado para conocer la letra pequeña de la orden ministerial que va a regir los destinos de las subvenciones para los próximos años. El Gobierno del PP ha prometido aprobarla antes de que se abran las urnas el próximo 20D.

No ha sido una legislatura fácil: los encontronazos con el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro, los recortes en las subvenciones -que han pasado de los 90 millones de euros en las épocas doradas a los 30 presupuestados en la actualidad en números redondos- y la “falta de una estrategia, de un plan de acción y de voluntad política” por parte del Ejecutivo, en palabras de David Matamoros, productor de Zentropa Spain, han marcado una etapa convulsa.

La pasada semana, productores, presidentes de las asociaciones que agrupan a parte del sector y profesionales del cine compartieron en Euskadi una “jornada intensa de trabajo” -en palabras de varios de los asistentes- en la que se hizo un repaso a la situación de un sector tocado pero no hundido que busca su sitio entre las industrias culturales de este país. El penúltimo capítulo de esta legislatura se ha escrito en clave judicial: la filtración de un informe remitido por el Ministerio de Educación y Cultura a la Fiscalía de Madrid en 2012 sobre un posible fraude ligado con que afecta a varias productoras para conseguir más ayudas estatales ha sido la guinda de una etapa llena de turbulencias. Hasta 228 salas de cine podrían estar implicadas en un supuesto fraude millonario por las subvenciones que otorga el Ministerio de Cultura a las productoras de películas españolas en base a una taquilla fraudulentamente hinchada.

¿Qué es lo que espera el sector del Gobierno que salga de las urnas del 20-D? El sector está pendiente de conocer aún la orden ministerial que desarrollará el “nuevo modelo subvencional, que a partir de ahora se realizará por adelantado en función de determinados requisitos que se tienen que fijar en esa orden gubernamental”, explica la productora navarra Puy Oria, quien junto al director de cine Montxo Armendariz, de la productora Puy Oria films, recogen este jueves en Valencia el Premio Pau y justícia a la trayectoria profesional.

En 2013 se concedieron 44,2 millones de euros (para películas estrenadas en 2011) mientras que en 2012 (para las películas de 2010) habían supuesto 64,4 millones de euros, es decir, 20 millones menos. Para las películas estrenadas en 2012, se estableció en 34,4 millones de euros y para las de 2013 la cuantía fue de 24,3 millones de euros. En 2014, 78 películas y 105 empresas se llevaron 53,5 millones de euros en subvenciones. “Es cierto que puede parecer a priori un mejor sistema el que las ayudas se concedan por adelantado, se quitan gastos de intereses y el que cumpla los requisitos obtendrá el dinero y las entidades financieras ya no nos mirarán de manera sospechosa”, admite Oria. “Pero este sistema va a hacer que se resienta la diversidad actual del cine que se produce aquí”, pronostica.

“Buscar buenas historias y talentos”

Los productores creen que ni las grandes producciones, ni el cine alternativo se verán afectados, pero las “producciones intermedias, las que superan los dos millones de euros, en función de esos requisitos que se marquen, se verán afectadas”, según Oria. Esta idea también la suscribe David Matamoros, quien además percibe una “falta de estrategia y un plan de acción” en el Gobierno, después de haber empleado casi tres años, junto al sector, en aprobar el nuevo sistema subvencional. “Ha sido el parto de la elefanta”.

Matamoros echa en falta “voluntad política”, políticos que dediquen “cinco minutos” a valorar la importancia que tiene la cultura, y dentro de ella, el cine. “Pero no solo a nivel económico, de empleo entre la juventud: es el sector con más gente joven y una puerta de acceso al mercado laboral”, dice. También como 'marca España'. Por eso tiene una petición para el futuro Ejecutivo: “Sea del color que sea el futuro gobierno le pediría que se fijara en lo mucho que aporta el cine al PIB y la propiedad intelectual, pero también al empleo entre los jóvenes”. Y añade: “La cultura es prioritaria, decisiva para un país como España”, por eso considera fundamental consolidar un “sistema estable y alejado de los vaivenes políticos. Lo fundamental es que se genere riqueza y trabajo estable”, sostiene.

Este productor también hace autocrítica. “No somos un sector simpático, pero no solo para el Gobierno, tampoco para los bancos o para la industria”, afirma, al tiempo que defiende que los productores se dediquen a buscar buenas historias y talentos. “Los productores no podemos hacerlo todo y pensar, además, que todo lo vamos a hacer bien. Lo mejor sería crear un lobby fuerte para que actúe en Bruselas, porque la lucha global ya no es en España, se libra en Europa”.

Puy Oria apunta la necesidad de buscar “nuevas fuentes de financiación”. Y Matamoros mira a la experiencia irlandesa y su sistema de incentivos fiscales, o incluso algunas otras fuentes hablan de “céntimo cultural”. En cualquier caso, no se ahorran críticas al Gobierno. “El pim pam pum que ha vivido el sector de la cultura y en lo que me toca del cine nos está llevando a una situación de supervivencia. Medidas como la falta de dotación pública y no solo eso sino los impuestos, gravan la exhibición de las películas como si fuese un producto de lujo, tenemos el IVA cultural más alto de toda Europa, ahí si somos los más grandes”, denuncia en un articulo el presidente de la Asociación de Productores Vascos EPE-APV, Carlos Juárez.

A la espera de conocer la letra pequeña de la orden ministerial que está ya en el horno del Gobierno y de ver qué parte de las alegaciones del sector se han tomado en cuenta, los productores ponen una vela para la consolidación futura del sector. Porque como dice Matamoros, no sin cierta retranca, “nosotros solo podemos competir con el Vaticano, porque nuestro sistema está basado en la fe ciega”.

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