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El PSOE ya no hace ascos a Podemos

Pedro Sánchez, durante su intervención en un mitin electoral en Santander. / Belén Pereda

Irene Castro

“No voy a pactar con los populistas”. Así de contundente se mostró Pedro Sánchez hace tan solo seis meses al responder sobre la posibilidad de que el PSOE llegara a acuerdos con Podemos para gobernar y desbancar al PP. Era una época en la que el recién elegido secretario general de los socialistas ni siquiera pronunciaba el nombre del partido de Pablo Iglesias. Medio año después, y tras las elecciones andaluzas, el discurso de Sánchez ha dado un giro de 180 grados y ha abierto la puerta a negociar con Podemos.

Sánchez se hizo con el poder en el PSOE tras la debacle electoral de las europeas, unas elecciones en las que Podemos irrumpió con 1,2 millones de votos. Los socialistas, primero, no supieron ver la amenaza que suponía el partido de Iglesias y, después, su nueva dirección optó por pasar al ataque. En su primer discurso ante los 300 miembros del Comité Federal, Sánchez llegó a advertir de una “coalición de intereses” entre PP y Podemos para “debilitar al PSOE”.

Durante su gira por distintos platós, el líder socialista se empeñó en su negativa a pactar con “los populistas”. “El populismo ha encontrado su plataforma en Podemos”, le dijo a Risto Mejide en 'Viajando con Chester'. Esa aversión a la incipiente formación suscitó críticas internas. Dirigentes socialistas le advirtieron de que su “adversario” era el PP y que no podía centrar su tarea de oposición en replicar a Podemos.

El ala izquierda del partido fue tajante: “No debería cerrar ninguna puerta a posibles alianzas postelectorales o de gobierno por la izquierda”, dijo su portavoz, José Antonio Pérez Tapias. Ese pensamiento lo compartían algunos barones, conscientes de que podían necesitar al partido de Iglesias para desbancar a los gobiernos conservadores. 

PSOE: “Los que han cambiado han sido ellos”

Tres meses después, Sánchez ya había modificado su estrategia: dejó de hacer referencias al populismo, mencionó la palabra Podemos y permitió que ese tema pasara a un segundo plano. Sucedió poco después de que en Ferraz vieran como una traición que el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y José Bono cenaran con Iglesias e Íñigo Errejón.

El viraje ha culminado con la aceptación en Ferraz de que debe adaptarse a la nueva realidad que dibujan las encuestas: el PSOE necesitará a Podemos y Ciudadanos para echar al PP de los gobiernos autonómicos.

La dirección ha dado vía libre a los barones para que encuentren las fórmulas necesarias para gobernar sin establecer una línea global que pueda condicionar los distintos resultados que arrojen las urnas en las trece comunidades. Las únicas líneas rojas ahora son PP y Bildu.

Ferraz atribuye el actual permiso a pactar con Podemos al giro que ha dado la formación de Iglesias hacia la socialdemocracia. “Los primeros que han cambiado son ellos –señalan fuentes oficiales del PSOE–. El programa de mayo no es el de ahora”. La dirección socialista se refiere, en concreto, al cambio de discurso respecto al impago de la deuda –que ha pasado a ser una reestructuración– y “a lo de los etarras”, en referencia a las declaraciones que ha hecho Iglesias este lunes en 'Espejo Público' (Antena 3) en las que ha condicionado las conversaciones con Bildu a la “premisa de la condena del terrorismo”.

“Ellos dicen estar en la socialdemocracia y que son de izquierdas –continúan esas fuentes–. Podemos sentarnos a hablar con ellos, como hemos hecho con IU”.

PP: “La cabra tira al monte”

En el PP están preocupados por que los pactos postelectorales beneficien a los socialistas. “La cabra tira al monte”, responde Pablo Casado en conversación con esta redacción sobre el cambio de actitud del PSOE hacia el partido de Iglesias. “Al final la izquierda intentará pactar y hacer un cordón sanitario en contra del PP, como siempre”, agrega el dirigente conservador, que pide a las demás formaciones que definan ahora los pactos: “Que lo hagan por ambas partes para que luego no se conviertan en pactos de perdedores”. Casado ha instado también a Albert Rivera a que se posicione sobre un posible acuerdo con Podemos y que diga “dónde” lo va a hacer “y en qué sentido”.

Podemos evita analizar el cambio de postura de la dirección del PSOE. A preguntas de eldiario.es, la formación de Iglesias se ha limitado a decir que no es un asunto que hayan tratado. “No vamos a entrar a hacerlo, es cuestión suya”, agrega un portavoz del partido.

“Son una minoría de bloqueo”

Andalucía ha abierto el escenario que prevén las encuestas: un Parlamento más fraccionado en el que el ganador necesite el apoyo o la abstención de otros partidos para garantizarse la presidencia. Tanto PP como Ciudadanos y Podemos han evitado que Susana Díaz sea investida. Desde el PSOE creen que no lo permitirán hasta que pasen los comicios del 24 de mayo.

“Cuando han tenido que posicionarse, lo han hecho con el PP”, señalan desde Ferraz sobre la postura de Podemos en las votaciones en el Parlamento andaluz. “Están obstaculizando la voz del pueblo del que dicen ser los soberanos representantes”,  reprochan esas fuentes. “El PSOE es un partido mayoritario. Ciudadanos y Podemos son una minoría de bloqueo”, concluyen.

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