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La disputa ante las municipales de 2019 enfrenta a Podemos con miembros de Ahora Madrid

Los concejales de Ahora Madrid en el pleno del Ayuntamiento de Madrid.

Aitor Riveiro

La incertidumbre sobre la fórmula y las personas que integrarán la candidatura sucesora de la de Manuela Carmena en las elecciones municipales de 2019 protagoniza la mayoría de los movimientos políticos alrededor de Podemos, Ahora Madrid y el resto de partidos, movimientos y personas independientes del espacio que logró la Alcaldía de la capital en 2015.

El último encontronazo tiene como fondo un conflicto jurídico, económico y ético que Podemos arrastra desde hace dos años, cuando optó por no presentarse como partido a las elecciones municipales y apoyó candidaturas de confluencia en las que figuraban sus militantes. En mayo de 2015 el partido aprobó un reglamento para exigir a todo inscrito que hubiera logrado un acta, independientemente de la lista en la que hubiera ido, que donara a unas entonces exiguas arcas la parte del salario que excediera de los tres salarios mínimos interprofesionales que marcaba el Código Ético.

Aquella directriz nunca llegó a aplicarse de forma generalizada, pero está en la raíz del expediente informativo abierto por la Comisión de Garantía Democráticas de Podemos en la Comunidad de Madrid a siete concejales y a una asesora de Ahora Madrid. Celia Mayer, Guillermo Zapata, Pablo Soto, Pablo Carmona, Montserrat Galcerán, Romy Arce y Javier Barbero son los ediles; Sarah Bienzobas, la trabajadora.

La noticia saltó cuando Zapata anunció en Facebook que se daba de baja como inscrito del partido ante la disyuntiva de tener que elegir entre las obligaciones de la Carta Financiera (las obligaciones económicas) de Ahora Madrid y la de Podemos, que son parecidas pero no iguales. Zapata retomaba los mismos argumentos que ya se dieron en 2015 cuando eldiario.es informaba del reglamento sobre las obligaciones de los concejales y qué significaba, y significa, estar “inscrito” en Podemos.

Este medio se ha puesto en contacto con varios de los afectados, que se muestran estupefactos ante la comunicación recibida por Podemos. El expediente se inició, según ha podido confirmar eldiario.es, a instancias del Consejo Ciudadano Municipal que dirige Jesús Montero.

Montero defiende su decisión y recuerda en conversación con eldiario.es la vigencia precisamente del reglamento que aprobó el Consejo Ciudadano Estatal a propuesta de la Secretaría de Organización Estatal en 2015 , cuando esta última la dirigía Sergio Pascual. “Pueden desinscribirse como ha hecho Zapata, pueden donar o, si no donan ni se desinscriben, Garantías hará una resolución”.

La dirección autonómica de Ramón Espinar no ha querido hacer declaraciones a eldiario.es.

Sí lo ha hecho la dirección de Anticapitalistas en la región, el sector que se unió a Espinar en las primarias del pasado mes de noviembre y que comparte la dirección del partido. Isabel Serra, que forma parte de la ejecutiva de Podemos en Madrid, asegura a eldiario.es que “no hay ningun expediente sancionador abierto” porque “antes tiene que pronunciarse el Consejo de Coordinación”, algo que todavía no ha ocurrido.

Serra considera “un error político seguir por la vía de cerrar filas desde Podemos frente a la pluralidad de los espacios sociales y políticos que son parte del cambio”. La también diputada autonómica, que hace estas declaraciones como dirigente de Anticapitalistas, asegura que “parte de la riqueza y la capacidad de las candidatura de unidad popular es que son autónomas e independientes”. Serra advierte de que “más concejales de la Comunidad de Madrid están en la misma situación” que los concejales expedientados ya que “cumplen con las cartas financieras o códigos éticos de las candidaturas con las que se presentaron”. Y zanja: “Puede parecer arbitrario que se mande esa carta únicamente a estos concejales”.

Discrepancias políticas

Los afectados aseguran haber cumplido la carta financiera de Ahora Madrid, la candidatura con la que concurrieron, y niegan tener deudas con Podemos. Y recuerdan además lo que durante muchos meses fue una máxima de Podemos: “Cada inscrito puede elegir su nivel de participación en cualquier momento”.

Todas las personas consultadas por eldiario.es aseguran que detrás del debate técnico hay elementos políticos que explican la situación y cuyo hilo habría que rastrear como mínimo hasta septiembre de 2016, cuando la portavoz municipal, Rita Maestre, anunció su intención de concurrir a las primarias de Podemos a la Comunidad de Madrid.

El enfrentamiento, que ganó finalmente Espinar, partió al partido en dos. Tras el resultado hubo movimientos que afectaron por ejemplo a Sarah Bienzobas, quien denunció que sus posiciones políticas habían motivado su salida de la mesa de coordinación de Ahora Madrid, el órgano que dirige el partido instrumental.

Tras la renovación de la dirección autonómica a finales de 2016 y de la estatal en febrero de 2017, Podemos afrontará las pertinentes primarias municipales, que se deben celebrar antes de febrero de 2018. Es uno de los motivos del regreso del secretario de Organización de Pablo Echenique a Madrid.

Esa renovación pondrá en marcha la carrera preelectoral, que gira sobre todo alrededor de la figura de Manuela Carmena y de las escasas posibilidades de que repita, pero que afecta al resto de integrantes de la lista, así como al espíritu jurídico y político de Ahora Madrid.

Zapata, Mayer y Barbero, tres de los expedientados, provienen del Patio Maravillas y de Ganemos, y han lanzado el proyecto Madrid 129. Su intención es reeditar el impulso municipalista de 2015, el desborde que permitió a Carmena lograr la Alcaldía frente a Esperanza Aguirre. Ese mismo espíritu, y el liderazgo de la alcaldesa, han permitido al Gobierno del Ayuntamiento ser más o menos independiente de las directrices de los partidos que lo forman: además de Podemos, IU y Equo, así como movimientos y personas independientes.

Jesús Montero matiza que “Ahora Madrid no es un partido”, sino “una candidatura ciudadana de unidad popular que usó instrumentalmente la figura jurídica de partido político para concurrir a las elecciones porque no había tiempo para presentarse como agrupación de electores y no había condiciones para hacer una coalición”.

Otras fuentes consultadas por eldiario.es añaden un componente a la pugna política: el “agravio comparativo” que existe entre el personal contratado en instituciones o en Podemos. Es decir, lo que cobran las personas que trabajan para el partido, ya sea en la variante orgánica o en trabajos de asesoramiento o técnicos en parlamentos y ayuntamientos.

Las diferencias salariales, así como los distintos grados de exigencia de las cartas financieras, han puesto en alerta a dirigentes de Podemos que temen que el dinero sobrante se esté donando a asociaciones que servirían luego para financiar procesos de primarias.

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