La sociedad colombiana pide presencia activa para implementar la paz con las FARC

Más de 700 personas representativas de la sociedad colombiana elaboraron hoy sus propuestas para implementar la paz que se firme con las FARC, que incluyen una presencia activa de la ciudadanía en la verificación del alto el fuego o la reintegración de excombatientes, entre otros.

Las ideas se recopilaron en tres días de “cónclave” en un hotel de Bogotá que fue escenario del último foro de paz organizado por la ONU y la estatal Universidad Nacional (UN), ya veteranos en este tipo de citas que realizan a petición de los negociadores del Gobierno colombiano y las FARC.

Y es que con este son en total cinco las reuniones organizadas, cada una de ellas referidas a los anteriores apartados de las negociaciones: reforma agraria, participación política, erradicación de cultivos ilícitos y reconocimiento y reparación de los más de siete millones de víctimas que deja el conflicto.

En esta ocasión el tema era “fin del conflicto y refrendación, implementación y verificación” de los acuerdos de paz, que las partes esperan firmar antes del 23 de marzo, una fecha que, por su proximidad, ha provocado que esta convocatoria de la ONU y la UN se haya hecho en tiempo récord.

Así lo destacó hoy en rueda de prensa el coordinador residente de la ONU en Colombia, Fabrizio Hochschild, quien recordó que las propuestas serán enviadas a los negociadores en una semana, lo que reduce a la mitad el tiempo habitual de este proceso.

Unas 715 personas, la mitad de ellas procedentes de las distintas regiones del país, han participado en el evento, al que para garantizar la diversidad se invitó a organizaciones de víctimas, indígenas, afrodescendientes, partidos políticos, exmilitares y población reintegrada, entre otros.

“Destaca la riqueza de las propuestas”, comentó en rueda de prensa el director del Centro de Pensamiento de la UN, Alejo Vargas, en tanto que Hochschild destacó que “a pesar de la diversidad la conversación se desarrolló en un ambiente de respeto mutuo”.

La lista de sugerencias para implementar la paz en el país incluye la petición “enfatizada de que las partes alcancen un cese el fuego lo más inmediato y ordenado que se pueda”, así como que la sociedad civil participe en la verificación de ese alto el fuego.

Además, los ciudadanos quieren tener un papel destacado “en lo relativo a la reintegración de combatientes”, según avanzó Vargas.

Los apartados debatidos en estos tres días incluyen solicitudes para garantizar la seguridad en las regiones tras la desmovilización de las FARC, que se tenga un censo de presos políticos a los que se puede aplicar la amnistía prevista para “delitos políticos” o “reconocer la existencia del fenómeno paramilitar”.

También pidieron que se combata la corrupción, “que contribuye a estimular los grupos criminales” y reformas que tengan especial énfasis en lo local, además de una financiación amplia y variada para una vez superado el conflicto.

Son algunas pinceladas del documento original, que debía contener “soluciones innovadoras y sobre todo prácticas”, afirmó el coordinador de la ONU en la instalación del evento.

Y es que, como resaltó Hochschild, “el mejor acuerdo de la historia no vale mucho si se queda en lo escrito”, por lo que, agregó, “en la medida que los acuerdos no se implementan, la sostenibilidad de la paz es más frágil, por eso la implementación es el verdadero desafío”.

Las conferencias, complementadas con pequeños grupos privados de trabajo, contaron con destacadas experiencias internacionales, como la de la diputada salvadoreña Nidia Díaz, exnegociadora de paz de la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

También se pudo escuchar a Raquel Zelaya, firmante de los Acuerdos de Paz de Guatemala de 1996, quien advirtió de los riesgos de generar demasiadas expectativas en torno al “postconflicto”.