El director de la revista del CSIC que niega la discriminación de género dimite de la Comisión Mujeres y Ciencia
El director del monográfico de Arbor que califica la discriminación de género, los techos de cristal y el “efecto tijera” en ciencia como “tópicos repetidos ad nauseam” presentó su dimisión el miércoles como miembro de la Comisión Mujeres y Ciencia, de la que se hizo miembro a propuesta del presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. La publicación está financiada con fondos públicos del CSIC.
La dimisión se produjo un día después de que eldiario.es publicara las quejas de científicas procedentes de dentro y fuera del organismo público. Un grupo de investigadores e investigadoras del CSIC también registró en Change.org una petición para que se retire el número a la que se han adherido hasta el momento más de 2.300 personas.
El ya exdirector de la revista, a cuya propuesta se empezó a trabajar en el polémico número, justifica que su marcha de la Comisión tiene que ver con “motivos personales”. El mismo día que se hizo oficial, ocho vocales compañeras de Carrascosa publicaron una carta, a la que ha tenido acceso eldiario.es, en la que afeaban la conducta del director de la revista por no haber informado a la Comisión “ni el proyecto ni la publicación de este monográfico”. “Es una muestra de su escaso compromiso”, apuntan en la misiva.
El presidente del CSIC ha comunicado a la presidenta de la Comisión, Pilar López Sancho, que “las hipótesis u opiniones de las autoras recogidas en esa publicación no definen en ningún caso la actuación del CSIC en materia de igualdad de género”. La difusión de la revista –continúa– no debe entenderse como criterios de un órgano público, sino como la expresión de una opinión“.
La Comisión Mujeres y Ciencia se creó en 2002 bajo la dirección de Rolf Tarrach. “Desde entonces –defiende la carta– ha sido pionera como unidad institucional para vigilar y asesorar sobre las desigualdades de género entre las mujeres que se dedican a la investigación en el CSIC”.
Las investigadoras del organismo recuerdan que el monográfico “recoge una crítica directa a las actuaciones de la Comisión”, así como a otras asociaciones cuya utilidad se pone en cuestión.
