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La cooperativa de Las Nubes gana en proyecto educativo, pero es demasiado cara para Ana Botella

Familias de Las Nubes en la concentración frente a la Consejería de Educación para protestar contra el negocio de la educación infantil. \ Pablo Sanjurjo

Raúl Rejón

La subasta de guarderías públicas que ha celebrado este lunes el Ayuntamiento de Madrid ha confirmado la supremacía del interés económico sobre el pedagógico de las ofertas que ha valorado el equipo de la alcaldesa Ana Botella. Dos escuelas infantiles, Las Nubes y Amanecer, son las que han pasado por la apertura de ofertas. Sólo resta por adjudicar una de las ocho adscritas al Ayuntamiento.

La cooperativa de profesores que dirige Las Nubes desde hace una década ha obtenido la mejor puntuación de las 12 aspirantes en el capítulo de proyecto educativo. “Pero somos los últimos en la oferta económica así que hemos perdido la escuela”, valora la todavía directora de la guardería, Pilar García, nada más conocer los resultados. Los profesores habían conseguido paralizar a finales de junio la adjudicación iniciada por el Ayuntamiento de Madrid mediante un recurso ante el Tribunal Administrativo de la Contratación Pública. En poco más de 15 días, este organismo se ha declarado incompetente y el Ayuntamiento ha acelerado la subasta.

Mientras el grupo al cargo del centro ha presentado un plan educativo que ha merecido 37,9 puntos, enfrente se ha encontrado con grandes grupos como Clece, “que se ha llevado 23 puntos” o Kidsco, que “mereció 10,8”, según García. Pero “han presentado rebajas económicas de entre el 20 y el 30% respecto a lo que presupuesta el Ayuntamiento”. Esa capítulo pesa más.

Además de estos Clece o Kidsco han optado a hacerse con la escuela otros grandes grupos como Eulen o Chiquitín. “Esta última es la que más puntos se ha obtenido”, reseña Pilar García. Si Clece o Eulen son ya marcas conocidas de grandes grupos de servicios –sobre todo en el ámbito de la limpieza– vinculados a constructoras como la ACS de Florentino Pérez, Chiquitín es una marca que ofrece franquicias para abrir centros infantiles.

Al explicar su modelo de negocio, explica que la central participa en la “asistencia técnica de la gestión educativa”; ofrece un “equipo de operaciones para introducir en la escuela las técncias desarrolladas con nuestra experiencia, además de contrastar ”los principales parámetros económicos y asesorar en la búsqueda de la mejor gestión económica y el ahorro de costes“. Chiquitín exige una inversión de 180.000 euros para la escuela y un cánon para inscribirse de 24.800 euros. El grupo se queda con el 5% de los ingresos del centro.

“Rebajas temerarias”

“Nos parece muy injusto todo esto porque la prioridad ahora sobre las personas que van a estar con nuestros hijos está en la economía, no en la educación”, explica Miriam, madre de un niño de dos años escolarizado en Las Nubes.

Con todo, la apertura de ofertas no ha revelado un ganador porque, explica la directora de esta escuela, “han existido rebajas temerarias con ofertas que reducían muchísimo el presupuesto base marcado por el Consistorio así que la Mesa de Contratación debería resolver si pide un informe de viabilidad a estas empresas”.

El Ayuntamiento ha hecho casi imposible que un pequeño equipo pueda gestionar guarderías públicas. “Sacaron el concurso con un recorte del 12% respecto a lo que habían asignado en la anterior convocatoria”, recuerda García. Sobre esa base, y gracias a que se otorgan más puntos a quienes propongan mayor ahorro económico por cada plaza, los grupos empresariales se han volcado en eliminar gastos: “Han rebajado entre un 20 y un 30%. Nosotros hemos llegado a un 2,3% adicional y por eso estamos fuera”, analiza.

Miriam asegura que ella y su pareja están “encantados con cómo han llevado la educación hasta ahora” en Las Nubes. Y reconoce que tras la noticia están “dándole vueltas a qué hacer” con su pequeño. “No es fácil”, reflexiona por teléfono mientras vuelve a casa tras recoger al niño de su jornada en la escuela.

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