Nada tan artístico como ser millonario
El Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid acaba de abrir la cuarta entrega de “Miradas cruzadas” y, aunque siempre son interesantes las obras de Lucien Freud y de Watteau, cuesta entender que, según el museo, mucho más interesante debería resultar la acaudalada y oscura figura del barón. Según ellos, este montaje “pone el broche de oro a doce meses de celebraciones, ya que la figura del propio Barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza es el eje sobre el que se articula la relación entre dos grandes artistas: Lucian Freud (1922-2011) y Jean-Antoine Watteau (1684- 1721)”. Quizá valga la pena descubrir cómo “la figura del propio barón”, por el simple hecho de tener dinero para comprar cuadros, puede convertirse “en el eje sobre el que se articula la relación entre dos grandes artistas” separados por siglos de distancia y que, dicho sea de paso, ni siquiera tienen demasiado que ver entre sí. Se esperan en breve otras muestras que nos convenzan de la importancia artística e intelectual de amasar una fortuna y hay rumores de una exposición sobre la generación del 27, en la que la figura del balnquero Isidre Fainè articule la relación entre varios grandes poetas. Se celebraría, como es natural, en la Fundación La Caixa.
